INTERVENCIÓN DE LA FISIOTERAPIA APLICADO A LA MEJORA DE LA FUERZA MUSCULAR

Muchos estudios han demostrado la importancia del ejercicio físico para recuperar la fuerza muscular, tal como se evidencia en múltiples revisiones. El entrenamiento muscular con resistencias disminuye la debilidad muscular y es un método efectivo para aumentar la masa y la fuerza muscular y atenuar así el efecto producido por la sarcopenia. Un metanálisis que incluye 47 estudios publicados hasta 2009 demuestra una evidencia robusta entre el ejercicio realizado con resistencias y la mejora de la fuerza muscular tanto en la extremidad superior como inferior, y se confirma de esta manera el valor del entrenamiento de la fuerza para prevenir la discapacidad en las personas mayores.

El entrenamiento de la fuerza con ejercicios de resistencia progresiva es un los tipos de entrenamiento de la resistencia muscular más utilizados en gente grande. Durante el entrenamiento de la fuerza con ejercicios de resistencia progresiva (ERP), los participantes ejercitan sus músculos con algún tipo de resistencia que se va incrementando progresivamente a medida que la fuerza mejora, tal como se explica en una revisión sistemática. Esta, que incluye 121 estudios publicados hasta 2007 que evalúan exclusivamente la eficacia de los ERP, evidencia que el ERP es una intervención eficaz para mejorar la funcionalidad física de las personas mayores (en actividades como caminar, subir escaleras o levantarse de la silla), y también la fuerza muscular o facilitar actividades cotidianas más complejas como bañarse o preparar la comida. La mayoría de estudios utilizan máquinas especializadas para el entrenamiento de la fuerza, aunque también se pueden utilizar bandas elásticas o pesas libres. El tipo de trabajo muscular desarrollado durante el entrenamiento incluye tanto acciones isométricas como concéntricas o excéntricas.

Nuevamente la mayoría de estudios incluidos en las dos revisiones presentan muestras pequeñas, lo que puede provocar una sobreestimación del efecto. Ambas revisiones se basan en algunos estudios en los que no hay una ocultación de la asignación, ni análisis para intención de tratar o hay enmascaramiento los evaluadores. Y es necesario comentar que el metanálisis realizado en la revisión de Peterson ha incluido estudios no aleatorizados (22 de 47 estudios). En este trabajo, aunque el análisis por subgrupos no mostró diferencias significativas entre los resultados de los estudios aleatorizados y los no aleatorizados, los mismos autores comentan que los efectos de los estudios no aleatorizados eran relativamente menores que los de los estudios aleatorizados. La baja calidad de los estudios que analizan la eficacia del entrenamiento de la fuerza en mayores ya ha sido considerada en otras revisiones previas a éstas.

A pesar de las debilidades de las revisiones se recomienda un entrenamiento de la fuerza muscular para prevenir la debilidad muscular y la pérdida de la autonomía funcional. Los resultados de los estudios realizados en ancianos evidencian que el entrenamiento de la fuerza conlleva mejoras en la potencia muscular y generalmente el entrenamiento de la fuerza incluye dentro de un programa que combine también el entrenamiento de la capacidad aeróbica, de del equilibrio y de la flexibilidad. Aun así, hay que tener en cuenta que el entrenamiento aeróbico, junto con un entrenamiento de la fuerza puede interferir en la mejora de la fuerza explosiva o potencia, mientras que con un entrenamiento únicamente de la fuerza, esto no pasaría.

Finalmente, dentro de este apartado, un aspecto a tener en cuenta en futuros estudios es que la debilidad muscular de la persona mayor está más presente en las acciones isométricas y concéntricas respecto de las acciones excéntricas. Por tanto, un músculo viejo parece tener la capacidad preservada por producir tensión tras un estiramiento rápido, lo que podría explicar un déficit menor de la fuerza excéntrica en la gente mayor. Una reciente revisión presenta la evidencia de las posibles hipótesis que explican por qué, tanto en personas mayores como en personas que presentan una enfermedad crónica, la pérdida de la fuerza excéntrica es relativamente menor que la pérdida de la fuerza concéntrica o isométrica.

La preservación de esta fuerza parece estar ligada a los elementos activos y pasivos del propio músculo, ya que las propiedades elásticas del músculo durante un trabajo excéntrico evitan que haya un derroche energético porque recluta únicamente las unidades motoras necesarias. Aun así, todavía no es del todo claro si la edad u otros factores como la espasticidad o la actividad física regulan la preservación de esta fuerza excéntrica. Aunque se requiere más investigación sobre este fenómeno, el entrenamiento de la fuerza mediante acciones excéntricas sería una herramienta potencial para la restauración de la fuerza en personas mayores o con enfermedades crónicas (Personas con esclerosis múltiple, accidente vascular cerebral, esclerosis lateral amiotrófica, parálisis cerebral…) que tienen una baja tolerancia a el ejercicio.

Autor: Manuel Rozalen