El hombre en su afán por domesticar el espacio colonizado, ha trasladado algunas especies introduciéndolas en ecosistemas a los que no correspondían, este acto ha definido la naturalización de algunos organismos entendido esto como su adaptación a un nuevo hábitat. A pesar de las ventajas que en principio se pudieron considerar (establecimiento de cercas vivas o control de plagas), esto se convirtió en un problema a largo plazo pues el impacto ambiental generado por las nuevas especies no se catalogó como una situación de alto peligro hasta que se evidenciaron las consecuencias surgiendo así el problema de las invasiones biológicas. Las especies invasoras se convirtieron en enemigos silenciosos de la biodiversidad lo que se traduce en una de las principales problemáticas a nivel mundial, por tal razón numerosas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales se han dedicado al estudio de estos organismos enfocando sus esfuerzos en el diseño de planes y estrategias dedicadas a su control o erradicación.
Desde el punto de vista ecológico se puede definir el concepto de especie como el conjunto de organismos que comparten el mismo espacio y tiempo, con características morfológicas y fisiológicas semejantes conservando un pool genético; capaces de reproducirse entre sí, originando individuos fértiles (Baquero y Caro 2009). Teniendo en cuenta esta definición, las especies nativas son aquellas cuya dispersión geográfica se extiende al territorio nacional es decir que se desarrollan de forma natural en determinada zona o región tal como lo señala Oviedo (2005). A diferencia de las especies ya mencionadas, las especies invasoras son aquellas especies exóticas con una capacidad agresiva para colonizar y dispersarse en diferentes hábitats naturales, no todas las especies exóticas son invasoras, pues estas se caracterizan por tener alta tasa reproductiva, alta capacidad de dispersión, habilidad para reproducirse sexual y asexualmente, rápido crecimiento desde la etapa plantular hasta la madurez sexual, adaptación al estrés ambiental, capacidad de usar gran variedad de recursos y asociación con ambientes intervenidos por el hombre.
La competencia establecida entre las especies nativas y las invasoras dejan como producto el desplazamiento de los organismos alóctonos y su consecuente desaparición debido a la escasez de alimento, la disminución del área del hábitat o la depredación, generando la homogenización del paisaje asociado a la disminución de biodiversidad en un área determinada y la transformación de las condiciones físicas y químicas del ecosistema, tal como en el caso de los retamos cuyo efecto en el suelo permite que la carga de nitrógeno se eleve, lo que incide en el desarrollo de otras especies. Es de considerar como aspecto importante su predilección por los ecosistemas alterados pues estas especies toman como nichos disponibles dichas zonas, adaptándose a condiciones extremas.
Se han generado varios estudios a nivel global sobre las especies invasoras, de este modo se constituyen bases de datos e informes cuya información se ha convertido en una herramienta para que las organizaciones encargadas de solucionar este problema puedan identificar este tipo de especies con el fin de controlarlas o erradicarlas de las zonas afectadas. Según “The Global Invasive Species Database (GISD)”, base de datos manejada por la IUCN -International Union for Conservation of Nature (Unión Internacional para la conservación de la naturaleza), especies como la Acacia negra (Acacia mearnsii) o el caracol africano (Achatina fulica) son catalogados como dos de las especies más invasoras en el mundo presentando una distribución amplia que abarca más de 20 países alrededor del mundo. En el caso de Colombia, El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt presentó en el año 2006 el documento “Estado de conocimiento de especies invasoras. Propuesta de lineamientos para el control de los impactos” declarando las especies invasoras a nivel local, entre las plantas se encuentra el retamo liso (Genista monspessulana), el retamo espinoso (Ulex europaeus) y el buchón (Eichhornia crassipes), en el grupo de los invertebrados se nombra la hormiga loca (Paratrechina fulva). En anfibios a la rana toro (Rana catesbeiana) y en peces resalta la trucha arco iris (Onchorhynchus mykiss).
Con el fin de mitigar el daño generado por la distribución descontrolada de estos organismos, se ha establecido un marco legal a nivel nacional e internacional limitando su transporte. Pero a pesar de los esfuerzos realizados las invasiones no disminuyen pues la intervención de ecosistemas no cesa debido a la constante búsqueda del hombre por hacer dinero sin tener en cuenta las consecuencias a nivel ambiental que esto acarrea.
BIBLIOGRAFÍA
Baquero, S. y Caro, A. 2009. Estudio del desplazamiento de fanerógamas nativas debido a la presencia del retamo liso (Teline monspessulana) en el sector Morro Negro del Santuario de Flora y Fauna Iguaque-Boyacá-Colombia. Tesis de pregrado no publicada. Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá, Colombia.
GUTIÉRREZ F. ESTADO DE CONOCIMIENTO DE ESPECIES INVASORAS PROPUESTA DE LINEAMIENTOS PARA EL CONTROL DE LOS IMPACTOS. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, Bogotá, D.C. – Colombia. 156 p. 2006
OVIEDO Prieto Ramona ESPECIES INVASORAS EN CUBA CONSIDERACIONES BÁSICAS Cuba 2005 ISBN 959-253-156-4 disponible en www.dama.gov.
Escritor: Ana Lucía Caro González