La Diversidad Cultural en nuestra sociedad: un gran desafío para los docentes en las escuelas.

En el presente artículo se abordará el concepto de Diversidad Cultural en nuestra sociedad, su influencia en las escuelas y el desafío que tienen los maestros de enfrentarse a esta realidad. la cual significa distinto, diferente. Entonces, al hablar de Diversidad Cultural, nos referimos a distintas, diferentes culturas. En este caso, me parece oportuno definir el concepto de cultura, aunque sea muy amplia y variada su definición. La cultura puede entenderse como una especie de tejido social que abarca las expresiones propias de una sociedad determinada: costumbres, vestimentas, forma de organizarse, su comportamiento social, político y económico. La misma, forma parte clave en la identidad de cada una de las personas que conforman una sociedad.

A la Diversidad Cultural podemos verla presente a nuestro alrededor, en la cotidianeidad. Ya que en la sociedad en la cual vivimos, estamos en constante contacto con diversas culturas. Este contacto, no solo es pasivo, sino también activo, ya que muchos de nosotros tomamos para nuestra vida ciertas características, costumbres, hábitos, de otras culturas. Éstos son las problemáticas y desafíos con los cuales el maestro debe enfrentarse diariamente en las aulas. , entiéndase a la misma por una posición de impotencia frente a la realidad que se le presenta, generando una violencia sin sentido, que no hace más que seguir produciendo conflictos propios y para su alrededor. inmodificable, en la cual no existen los desafíos, y a la escuela se la presenta como algo inalcanzable.

Nosotros como maestros debemos asumir una identidad cultural y luego respetar la identidad cultural de los educandos, esto nos ayuda como parte de ser ético. La diversidad de identidades culturales demuestra que el educando es diferente uno del otro, por lo tanto esto no debe ser visto como un problema dentro del aula, por el contrario, ser diferente nos ayuda a aprender cosas nuevas y conocimientos nuevos. Dentro del salón de clase algo que es muy alarmante es la discriminación por estas diferencias de las identidades culturales del educando. Por lo que es necesario que el educador genere un clima de respeto y armonía en el aula. frente al mundo, es decir su accionar, su tarea, su objetivo, sus desafíos. Como docentes debemos luchar contra el poder hegemónico a favor de la cultura teniendo en cuenta, siempre la humildad, la solidaridad y ser siempre críticos de nuestra propia práctica.

Uno de las tareas principales como maestros es tomar al futuro como un problema a resolver, y no solo como mera historia, ya que si fuera así se estaríamos negando los sueños, utopías y la propia esperanza. Como docentes a través de la comunicación con nuestros alumnos debemos estar seguros de nuestras acciones en el mundo para poder transmitirles a ellos que la realidad que viven no es así, sino que está así y que puede transformarse. Es por eso que el educador debe formar sujetos libres, autónomos, capaces de optar, decidir por su propio futuro.

En conclusión la Diversidad Cultural es un desafío, forma parte de nuestro presente y nuestro futuro. Por ello debemos tener en claro que enseñar en las aulas es una forma de intervención en el mundo, es decir esto no puede ser neutro o indiferente a la reproducción de la ideología dominante. Hay que elaborar una pedagogía crítica interviniendo en la realidad. Debemos ser capaces de hacer la historia siendo y a su vez ser seres hechos por la historia, dando y obteniendo instrumento para asumirnos como sujetos de la historia, conscientes, autónomos, curiosos, y críticos. De esta manera podemos hacer de la Diversidad Cultural hechos fructíferos dentro y fuera del aula. Manteniendo la humildad hacia el otro, incluyéndolo, sabiendo escuchar, podremos crecer como personas, y enriquecernos en conocimientos y experiencias.

BIBLIOGRAFÍA:

Pedagogía de la autonomía, Saberes necesarios para la práctica educativa, Freire Paulo. Sao Paulo, 2004.

El desnutrido escolar, Rosbaco, Inés Cristina. Rosario, Argentina, 2000.

Escritor: Erika Delgado

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