Desde sus inicios como preparación técnica para el mundo laboral, hasta la actualidad, en donde se ha llegado al consenso de ser un vehículo hacia la formación integral de la persona, tenemos una Educación Artística en las currícula ministeriales que han sufrido distintas transformaciones con el fin claro por parte de los docentes de las distintas disciplinas que conforman la Educación Artística (artes musicales, visuales y manuales) de remover el estigma de ser una actividad puramente de recreación.
Desde la fundación por parte de Manuel de Salas de la Academia de San Luis (1795) y la posterior inclusión de la Escuela de Aritmética, Geometría y Dibujo (1796), la Educación Artística en Chile ha sufrido bastantes transformaciones que han devenido en un sin fin de cuestionamientos por parte de los encargados de generar planes y programas educativos: ¿es realmente una actividad curricular útil? ¿hay razones de peso para mantener estas actividades curriculares dentro del sistema educacional ordinario chileno?
La subjetivización de la enseñanza del arte Lo primero que debemos tomar en cuenta para poder responder en parte estas interrogantes, es que las artes y, sobretodo la enseñanza de las artes, siempre se ha catalogado como un tipo de enseñanza subjetiva, debido a que las apreciaciones al enfrentar una obra de arte generalmente varían de un espectador a otro. La búsqueda de estas interpretaciones comúnmente han tratado de ser unívocas o que el desglose del enfrentamiento a la obra varíe lo menos posible entre espectadores, ergo, la enseñanza del arte tiene una búsqueda objetiva similar. También debemos tomar en cuenta que por lo general los curriculistas no poseen un conocimiento acabado en lo que a arte se refiere, tanto en su rol de espectadores, como de potenciales generadores y/o transmisores de conocimientos artísticos.
Es por esto que la enseñanza del arte en Chile se pasea por distintos estados de ánimo en términos curriculares; dependiendo del equipo curriculista de turno, la Educación Artística es amenazada constantemente con mantener las legales dos horas semanales, con la sustracción horaria de las aulas, e incluso con la supresión total de ellas. Esto produce por lo general un clima beligerante entre dirección y docente, a veces alcanzando este tenso clima a estudiantes y apoderados.
Urgencia material Un factor importante que traba el desarrollo de la Educación Artística a nivel primario y secundario es el poco equipamiento adecuado con el que cuentan los establecimientos, donde sólo se apunta a las especificaciones técnicas mínimas para poder realizar los cursos. Suponemos que se debe a muchos factores, pero el principal es la poca preparación y conocimiento que tienen los directores y sostenedores de establecimientos educacionales primarios y secundarios de la enseñanza por el arte (“Education through art”, como diría Herbert Read), de sus potenciales de desarrollo cognitivo, la inclusión que genera el aprecio por el arte, por el trabajo del otro y, por ende, el aprecio por la otredad, por el producto que genera el de al lado.
Mucho se ha escrito e investigado sobre este desarrollo cognitivo e incluso valórico que genera el arte, entiéndase por esto el arte bien enseñado, la apreciación dentro de los estándares artísticos que se necesitan para poder “entender” una obra. No hay más que niveles de desarrollo humano beneficiosos desde la Educación Artística; desde poder percibir finamente mediante nuestros sentidos, hasta el sentido de permanencia que nos tratan de inculcar desde la cuna con respecto al país en el que nacemos. Esto último se logra de muy buena manera con la enseñanza de la historia del arte nacional, y posteriormente su comparación con la historia del arte universal.
Interdisciplinariedad ¿Qué sucede cuando se intentan mezclar actividades curriculares? La respuesta no es complicada. Al igual que lo que sucede con el desarrollo cognitivo visto más arriba, la interdisciplinariedad, es decir, la capacidad de sobreponer contenidos de distintas asignaturas y observar sus similitudes y diferencias, logra aunar características positivas y necesarias para la persona de hoy, esa misma persona que está ad portas de salir a enfrentarse a un mundo desconocido, del cual sólo ha escuchado y en el que es neófito. Probablemente la característica positiva y necesaria más llamativa es la de contar con las herramientas suficientes para enfrentar una compleja realidad social.
La interdisciplinariedad no se trata de juntar conocimientos de distintas disciplinas y estudiarlas a cabalidad, la interdisciplinariedad trata de articular un número consensuado de materias y saberes por expertos con el fin de generar planes de estudios que propendan al desarrollo integral del estudiante. La variación sistemática en la que se ha visto envuelta la Educación Artística en el último siglo ha servido, con el devenir del tiempo, para entender que el arte educa, forma, genera cuestionamientos básicos en la persona, es un vehículo que plantea cuestionamientos y, desde ella misma, genera las respuestas. Es, finalmente, una herramienta insoslayable de desarrollo humano.
Escritor: Felipe Velásquez Martínez
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