LA FIESTA ELECTORAL COLOMBIANA 2014

¡Llegó el 2014! Como es de esperarse, el arribo de un nuevo año trae para todos los humanos los mayores anhelos de que los próximos doce meses traigan para todos sinnúmeros de éxitos, logros, salud, alegría y prosperidad. Para los políticos colombianos aun más, pues este año el calendario electoral estipula la realización de elecciones para Congreso, Parlamento Andino y Presidencia de la República, por lo cual esos deseos en sus mentes y corazones estarán tremendamente latentes y expectantes.

La modificación al artículo 197 de la Constitución de 1991 a través de la Reforma Política de 2003 y el Acto Legislativo 01 de 2005, impulsada y propiciada por el entonces presidente en ejercicio Álvaro Uribe Vélez permitió la posibilidad de aspirar a ser inmediatamente reelegido al primer mandatario. En aquel entonces, tanto para Uribe Vélez como para sus aliados políticos, era la panacea a los males del país y ferozmente defendieron ante los críticos y toda la opinión pública colombiana y mundial la reforma a una prohibición que databa de la Constitución de 1886. El cambio a esas reglas de juego, la popularidad del gobierno vigente para entonces, fueron lucrativamente aprovechadas y las elecciones presidenciales de 2006 dieron al reinante Presidente Álvaro Uribe Vélez, cuatro años más al frente del máximo cargo político del país. Igualmente permitió a una gran cantidad de sus aliados hacerse a las curules del Congreso y conformar así un bloque político de apoyo a las tesis del primer mandatario. Bien dice un popular adagio: “Al que a buen árbol se arrima…”

Las elecciones de 2010, según la Reforma Política atrás mencionada, no podría contar en la competencia con el dos veces presidente, Uribe Vélez, como aspirante, no sin antes haber intentado una nueva reforma que lo cuasi perpetuara en el cargo. Aun así, su apoyo y bendición a la candidatura de su “pupilo” en el gobierno, Juan Manuel Santos Calderón, buscaría seguir reinando, así fuese en cuerpo ajeno, o que sus ideas continuasen en el poder. Obtuvo lo primero, Santos fue elegido presidente, pero continuar al mando del país se le fue tan rápido de las manos, como el traspaso de la Banda Presidencial. Hoy día el principal y más encarnizado contradictor del presidente Juan Manuel Santos, no solamente político, sino quizá en muchos otros aspectos, es su anterior jefe, amigo, promotor y mentor, Álvaro Uribe.

Planteada así la “fiesta electoral de 2014”, por supuesto el anfitrión será el reinante presidente Juan Manuel Santos, el cual querrá seguir disfrutando de todos los privilegios que se le dan al agasajado en su ágape. Él es el actual regente del banquete que significa la presente administración del Estado colombiano. Es él quien dispone cuales personas reciben cada porción de dicho banquete, sus platillos, manjares y deleites. En coloquiales términos, cómo se reparte la “torta” (quizá el más esperado platillo de un festín). Todo invitado a un festejo y ante un irresistible postre, llámese torta, ponqué o bizcocho, si no padece problemas de colesterol o diabetes, deseará que se le sirva en bandeja una gran porción de tal manjar, para deleitarse viéndolo, oliéndolo, meter incluso sus dedos, luego saborearlo y finalmente devorarlo hasta consumirlo totalmente, luego digerirlo y bueno, continuar sería poco decoroso.

Muchos de los participantes en los festejos de los períodos de gobierno anteriores y debemos incluir al ex presidente Uribe, ya no están participando del “banquete”. La “torta” la están disfrutando otros y nada más triste que estar en una celebración sin ser partícipes de lo que podríamos decir es lo más apreciado: el postre. Para nuestros políticos, que son los principales invitados a los festejos del poder y que viven literalmente de tales “manjares”, no degustar de ellos es irse desnutriendo, hasta el punto de desfallecer por inanición. De cualquier forma necesitan estar ante la mesa servida y comer de ella. Es por ello que se tornan completamente interesantes las elecciones de 2014.

El panorama nos revela a un vigente Presidente de la República, candidato a repetir, con todo el apoyo de un sinnúmero de políticos de los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) que hoy participan de los beneficios de estar en la actual mesa de viandas. Nada mejor para ellos que la comodidad de continuar lo que ya está servido. ¿Por qué arriesgarse a que otro anfitrión cambie a los convidados del banquete? Por otro lado no se vislumbran rivales de peso que pongan en peligro la reelección “santista”, pues la gran mayoría de aspirantes están de alguna manera participando del actual gobierno. Sólo unos cuantos ausentes se dejan oír como contrincantes, a los cuales Álvaro Uribe, el anterior presidente, infructuosamente ha intentado nutrir de sus ideas con el anhelo de cambiar algo que parece poco reversible. La ley que él mismo se “inventó”, hoy lo aleja de seguir en la mesa. Sin un anfitrión de su designación, tendrá que abrirse puesto por sí mismo, por lo cual intentará llegar al Congreso como cabeza de una lista de aspirantes, para tratar de siquiera untarse de manjar. Los demás, poco o nada suenan para siquiera oler las delicias del festejo.

Diálogos de paz con las FARC o Seguridad Democrática; diplomacia para resolver las diferencias o mano firme para enfrentar a los enemigos; continuidad a las políticas económicas actuales o basar el atractivo del país para invertir en un Estado con mano firme, socialdemocracia o izquierda, centro-izquierda o derecha política, en fin, muchas propuestas y actores en competencia, para definir el próximo cuatrienio. Interesante “fiesta electoral” que cada colombiano debería seguir de cerca, con el principal compromiso de buscar ser los reales invitados al “festín” llamado Colombia, para participar verdaderamente de sus manjares y no conformarnos con las migajas que hemos comido por más de dos siglos de vida política como nación libre.

Escritor : Isaac José Pereira Márquez