La Modernidad Líquida

En todas las épocas se ha cuestionado nuestro momento histórico. Estudiosos de diversas áreas de conocimiento nos han ilustrado con teorías existencialistas que han tratado de definir y conceptualizar el binomio individuo-sociedad. Existe una necesidad colectiva de cuestionar nuestro presente para entender nuestro entorno. Incluso hay quienes afirman que el presente es un reflejo del pasado. La finalidad de este humilde escrito no es participar en este polémico e infinito debate; por el contrario, de una forma sencilla se exponen algunos aspectos que caracterizan a nuestro tiempo de acuerdo al pensamiento del filósofo Alemán Zigmount Bauman en su obra “la modernidad líquida”.

En primera instancia, podemos observar que existe una tendencia al cambio. Somos actores de un mundo cuyo pulso se mesura a través de la innovación que ofrece la tecnología y en consecuencia nada es estable y todo cambia a un ritmo acelerado. La tecnología ha hecho posible la globalización de la sociedad y la información; y ésta se ha convertido en el eje promotor de los cambios sociales, económicos y culturales. Nos encontramos ante una revolución tecnológica centrada en la incorporación de nuevas tecnologías de la información y la comunicación también llamadas (TICs).

Dos, formamos parte de una cultura sociodigital en la que el espacio físico se diluye y el espacio virtual toma importancia. No existen límites geográficos definidos y la sociedad se enmarca en un lienzo conformado por relaciones humanas virtualizadas. Nuestra cultura sociodigital constantemente está creando realidades híbridas, experiencias nuevas, diferentes modos de percibir y de sentir, de oír y de ver, se trata de una nueva sensibilidad colectiva cuyo entorno es difuso.

Las nuevas formas de vinculación que produce la tecnología nos alejan del sedentarismo, ahora podemos viajar y movernos en un mundo inagotable de significaciones sin salir de casa. Tres, el ser humano se percibe como como un buscador de identidad que privilegia el interés individual. Se depende de las satisfacciones y las necesidades creadas por el mercado generando así una cultura efímera, perecedera en la que la única finalidad es vivir el momento, la satisfacción inmediata, el uso y desuso. En esta concepción la idea de tener un conocimiento permanente y durable se ha sustituido por el conocimiento práctico, el consumismo de nuestros días no se interesa en la acumulación sino en el breve goce de las cosas.

Vivimos una crisis de sentido y esto nos exige la necesidad de repensar en dónde estamos ubicados y hacía donde vamos. Ante dicha incertidumbre lo único certero es que el tiempo transcurre y la fórmula para permanecer consiste en seguir el ritmo y adaptarse al cambio. Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto. Entonces, todo el tema se reduce a esta pregunta: ¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado? Paul Valéry

Referencia bibliográfica.
http://www.youtube.com/watch?v=PSWQEiDBqWw

Escritor: pilar arias