LAS BASES MATEMÁTICAS EN COLOMBIA

Cada vez se hace más preocupante el rendimiento escolar respecto al área de matemáticas en Colombia, y no sin razón, ya que tanto en las pruebas nacionales como en las internacionales nuestros jóvenes estudiantes evidenciaron una vez más los grandes vacíos que existen en esta área y la gran desventaja que tenemos frente a aquellos países que pretendemos (o al menos eso nos hacen creer) alcanzar en diferentes aspectos importantes de una nación, pero; ¿cómo pretendemos estar a la par de países que demuestran con cifras que su nivel cognitivo aventaja y por mucho Al de nuestro país?.

En las últimas pruebas PISA de los 64 países que participaron, Colombia se ubico en el puesto 62 de acuerdo al promedio general, descendiendo 7 puestos desde la prueba realizada en el 2009, esta prueba evalúa tres áreas fundamentales; lectura, matemáticas y ciencias, de estas tres como era de suponer viendo años tras año los resultados de las pruebas internas, el área que menor puntaje obtuvo fue la de matemáticas, demostrando que en lugar de ir mejorando vamos haciendo un retroceso en el aprendizaje en Colombia, y después de que se publican los resultados y nuevamente nuestra sistema de educación se pone en duda, salen senadores, ministros y el mismo presidente profesando su gran preocupación por estos; pero no pasa de una profesada preocupación, y en nuestras escuelas y colegios siguen enseñando matemáticas en básica primaria profesoras(es).

Normalistas o técnicos en educación infantil, que son los encargados de crear y alimentar esos vacíos matemáticos que hacen tan difícil el trabajar la matemática con los jóvenes en la básica secundaria y la media técnica; y no quiero que se me malinterprete por esta aseveración, yo mismo soy orgulloso normalista superior y respeto profundamente a los profesionales que como yo ostentan este título, pero esa misma condición me hace tomar consciencia que aunque somos profesionales en la pedagogía nuestras bases en el área de las matemáticas son insuficientes para formar los que son los cimientos de esta para el resto de la vida académica de los jóvenes, pues así como una edificación con cimientos débiles se debilitará y caerá al menor movimiento, el amor por las matemáticas y las ganas de aprenderlas se vendrá al piso cuando el docente de secundaria destruya esos débiles o falsos cimientos con los que llegan nuestros estudiantes.

Existe un problema y es evidente en un área tan fundamental como lo es la matemática, pero si en nuestro país no se toma una conciencia y no por parte del gobierno, todos los que seamos un poco letrados sabemos que de allá nunca llegará la ayuda; si no por parte de nosotros mismos los docentes, sobre la importancia de formar a nuestros estudiantes con bases solidas, este problema cada año aumentará y cada año nuestra profesión será denigrada, no se a otros compañeros pero personalmente que amo esta profesión; me duele ver que día tras día más la corrompen y tenemos a ingenieros y técnicos ocupando puestos que le pertenecen a normalistas y licenciados, es tan simple como pedir ayuda a aquel que sabemos puede brindarla, los currículos y los estándares no deben ser una camisa de fuerza, ya hemos evidenciado que seguirlos no garantiza absolutamente nada, pregúntenle a un docente de matemáticas y sin necesidad de un libro o un currículo el te dirá que necesita que el estudiante llegue sabiendo a bachillerato, te dirá que tema puedes omitir y cual debes reforzar, no pensemos en las horas o semanas que se debe dar a cada tema, cuando un joven tiene unas bases claras y fuertes no necesita ya un docente, solo un guía y en un día aprenderá lo que se gastaron semanas en mal enseñar en la primaria, tal vez me equivoco, tal vez ese no sea el problema, y podemos seguir culpando al gobierno a la educación en casa, a los sistemas plagiados de otros países, o podemos intentar mejorar, enriquecer nuestra formación ser normalistas y licenciados, ayudarnos entre compañeros y sacar adelante a nuestros jóvenes, nuestro futuro, juntos podemos lograr que la palabra maestro cobre su real significado en nuestro país y no se convierta en “doctor”.

Escritor: Hernando Rengifo