LITERATURA Y ARTE EN LA GUERRA

La memoria oficial iniciada en el siglo XIX, muestra el inicio de una idea de nación, tanto en sus expresiones artísticas, como en la creación de lugares para ese recuerdo nacional de batallas, héroes y costumbres sociales encaminadas a ver el desarrollo y el triunfo de lo social. Fue gracias a esos dominios culturales y de memoria, que se fue creando una idea de nación, sin esos lugares y piezas artísticas no se habría logrado las representaciones de esos momentos. En palabras de Chicangana: “Ahora bien, todos estos grandes museos que surgen en el siglo XIX (Museos como el V&A, en Inglaterra y el museo de arte contemporáneo en España) tienen acumuladas inmensas cantidades de objetos de la vida material de muchas épocas y culturas.”

Los comienzos del sueño de Nación empezaron a ser representados por alegorías y triunfos de Bolívar, América artísticamente se representaba como una mujer, una mujer con rasgos indígenas y rodeada de elementos exóticos propios de nuestra América a las luz de ojos europeos. Luego tal alegoría se adaptó para los propósitos decimonónicos, “Este modo de representación permite incorporar a personajes históricos reales con figuras codificadas en sus atributos que significan ideas abstractas, tales como virtudes, actividades humanas, formas de gobierno .

Durante la guerra el artista atendía a los encargos que se le encomendaba de una u otra facción de la guerra sin tomar posición en ésta; representaba batallas, héroes y familias según el encargo que le hicieran. También el ajuste o repinte de las obras sirvió para determinar los valores de la época o lo prohibido o no visto y no aceptado por el momento. Así, esta flexibilidad y cambio del artista en combatiente y viceversa, le permitió sobrevivir la inclemencia de las guerras, dejando los pinceles para tomar las armas. Las pinturas de las batallas eran reconstruidas a partir de recuerdos y testimonios de sobrevivientes. Se encargaba como homenaje a los héroes triunfantes. No hay que pensar que en ellas se plasmara la realidad, sino que a partir de relatos o recuerdos de la batalla, se creaban escenas cercanas al paisaje que a la batalla misma.

Como parte de la expresión artística de la guerra, la literatura participó de tal escollo: se crearon muchas obras literarias que implantaron una forma de mirar y luchar por la nación. Tomemos como ejemplo a El Padre Casafús de Tomás Carrasquilla, de cómo se vivió en la guerra partidista tradicional en Antioquia, en la siguiente cita el padre Casafús, un sacerdote honrado y correcto así como firme de convicciones, narra cómo es acusado de ser simpatizante del partido contrario a una Antioquia conservadora y religiosa. “Ya me suponía de antemano, que mi silencio en el púlpito, sobre la guerra actual, iba a calificarse de hostilidad al Gobierno y como prueba del liberalismo. Desde mucho antes de mi sermón sobre la paz, vi las consecuencias, y siempre lo prediqué. Lo prediqué porque es el dictado de mi conciencia: siento que la paz es de Dios y no la guerra, bajo ningún pretexto. Si esto ha de tomarse a liberalismo, si por esto me suspenden, que sea en buena hora: la conciencia no se puede cambiar como se cambia la sotana.”

La crítica que hace Carrasquilla no puede ser más suspicaz y también refleja las costumbres y cotidianidad de la época como nos lo demuestran los personajes de la señora Quiteria y don Efrén, dos conservadores religiosos consumados, que juzgan y obligan al Padre Vera a sospechar del Padre sin tacha que es Casafús, “Vea, Señor: cuando yo pienso en estas cosas y veo el liberalismo en un sacerdote, me aterro, me parece que se acerca el fin del mundo. ¿Qué sabemos su es el Anticristo que ya viene?” . Estos dos personajes Quiteria / Efrén muestran con gran destreza las cotidianidades, que en un espectro más amplio denota la costumbre Antioqueña de satanizar un pensamiento liberal sobre un conservador tradicional.

Todo se reunía en Quiterita para el caso: una amistad santa con el cura(…) Y como no era para él para llevarla así a la diabla, se hizo cortar al rapé la ya ondeante greña, afeitóse a dos repasos las balcarrotas y, a fuerza de sobijos y torceduras, logró sacarle al bigote unas puntas de lo más imponente y marcial” . Iglesia y Estado fueron en compañía construyendo los esfuerzos de Nación, permeados por largas guerras que aún nos dejan sin respiro, así como la expresión artística no ha podido ser ajena a todos los acontecimientos nacionales, siempre las expresiones artísticas han criticado, enarbolado, justificado, deplorado una guerra sin tregua que ha caracterizado no solo a Colombia sino también a Latinoamérica.

Bibliografía.

• Chicangana Bayona, Yobenj Aucardo. (2009). La Independencia en el arte y el arte de la Independencia. Bogotá D.C. Ministerio de Educación Nacional.
• Carrasquilla, Tomás. (1967). Padre Casafús, En: Cuadros de Costumbres, Bogotá: Ediciones Sol y Luna, pp. 107 – 192.

Iconografía.
• Alegoría de América. Tomado de:
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/article-237305.html
• Alegoría de América. Tomado de:
http://www.quintadebolivar.gov.co/Es-es/coleccion/Paginas/bolivar-y-la-alegoria-de-america-.aspx.

Escritor: Natalia Carmona David

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