El mundo de la postmodernidad ha traído varios cambios consigo, en los que se muestra cierto distanciamiento y una ruptura con respecto a lo generado en el lapso de la Modernidad, y sigue retomando algunos de sus elementos. Sin embargo, en esta nueva etapa que se está viviendo las tendencias se van alejando en otros tantos puntos. Por ejemplo, el hombre postmoderno tiende a mostrar menos confianza en algunas orientaciones, presenta un mayor escepticismo y rechazo a las diferentes formas de progreso, a las visiones del pasado, a las esperanzas de cambio o avance, a las formas de trabajo, producción y demás cosas. Ya no se cree en una forma de razón uniforme y capaz de obtener grandes alcances como se pensaba antes.
De igual manera esa razón totalizadora y universal trata de suprimirse o dividirse por sectores, o por otras formas que más adelante se señalarán. En estos planteamientos, se observa que en la postmodernidad se tiene un rechazo al racionalismo, al uso desmedido de la razón y a sus tendencias, como las que se tenían en la Modernidad.
Los filósofos postmodernos toman en cuenta que por la vía de la razón no se tienen grandes alcances, como algunos filósofos modernos había presentado. Se observa un rechazo por las formas narrativas anteriores, lo que se conocen como los metarrelatos, las utopías, y otros planteamientos amplios, como la visión del “sistema” que se había presentado en los grandes pensadores, como “espíritus enciclopédicos y filósofos universales que esperaban alcanzar la Mathesis Universalis.
Otro caso es el de Gianni Vattimo, que habla del pensamiento “débil”, en franca oposición al pensamiento “fuerte.” Ese pensamiento fuerte que se había mostrado en los grandes filósofos del pasado, ha quedado atrás, ya no es posible seguirlo generando. En nuestro mundo se han producido tantos cambios, la ciencia ha avanzado más, pero se ha fragmentado en diversas especialidades, que en ocasiones llega a ser reducido o disminuido, o el ser humano actual se muestra como más pasional, más emocional y sentimental.
La razón como la veían los ilustrados, no era ése gran principio que hacía posible todo lo demás, y tampoco era una autoridad en diferentes ámbitos. Esa forma de pensamiento fuerte viene a ser sustituida por una forma de pensamiento débil, que se encuentra más escindido, más fragmentado, menos fuerte, no permite alcanzar o lograr sus propósitos como muchas veces se ha observado. De igual manera, la irracionalidad parece tener más dominio en los seres humanos, y aunque estos se consideren como seres racionales, muchas veces muestran más el lado irracional o pasional que les caracteriza. Entonces parecemos ser seres racionales, pero impulsados también por una naturaleza irracional. Además de que en la era postmoderna el sujeto manifiesta constantemente otras inclinaciones más emotivas.
Aunque los seres humanos no nos hemos reducido en nuestras capacidades, y si cada generación va avanzando en conocimientos, en ciencia, en técnica y en muchas áreas, se observa que la especialización cada día gana más terreno y los hombres saben cada vez menos de otras áreas y se requiere mayor compromiso en su área de trabajo, de estudio y de competencia. Parece que cada vez más nos alejamos de la visión de seres integrales, de seres universales, o como los filósofos del pasado que pretendían tener amplios conocimientos y resolver múltiples problemas. Es cierto que el sistema, con su forma de vida, condiciones sociales, económicas, sociales, políticas y demás, nos va limitando y nuestra esfera de dominio es cada vez menor. También permanecemos alienados, o el ritmo de vida y de trabajo actuales nos supera en mucho y por eso no ponemos atención y cuidado en nuestro desarrollo. Ya no podemos volver a los ideales del pasado, tal vez ya no podamos reproducir esos grandes sistemas de pensamiento como los generados por Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Kant, Hegel y otros autores, que dejaron lecciones, obras y un quehacer importante.
Hoy en día, se presenta un gran reto, un desafío para los estudiantes, profesores, investigadores, estudiosos y publicadores del área de filosofía, ciencias, humanas, sociales y afines en estos asuntos de la razón. Quizá esos desafíos tengan que ver con el uso de la razón, de los alcances que pueda tener el conocimiento en esas áreas y terrenos. Incluso, las obras escritas cada vez ocupan menos espacio. Anteriormente, los tratados, escritos y obras de los autores ocupaban grandes espacios, era bastante ambicioso su desarrollo, porque se tenía una visión sistemática. Se menciona que Kant desarrolla el último de esos sistemas, y luego cada autor realizó investigaciones más limitadas.
Bibliografía de consulta.
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Escritor: Diego Elías Ortiz Vargas