Los sueños con destino a la felicidad

La ilusión de realizar un sueño puede no tener límites para aquellos que realmente buscan o añoran la verdadera felicidad en un destino cada día más cercano. A lo largo de la vida, el hombre ha creado sueños inimaginables, que son difíciles de realizar pero no imposibles de desarrollar, enseñándose a sí mismo que no hay que renunciar a un sueño por miedo a perderse en un camino lleno de obstáculos y dificultades, y un camino trazado por Dios para los personas, aquí en la tierra.

Un sueño puede convertirse en una magnífica obsesión; comienza en la niñez, en la adolescencia, en la adultez y hasta en la vejez, pues lo sueños no tienen edad para que se hagan realidad, y estos se rehúsan a abandonarnos. Todos hemos tenido sueños en algún momento de nuestra vida, pero no todos hemos tenido el valor o el estímulo suficiente que se necesita para convertir aquel sueño, aquella magnífica obsesión, en una realidad.

Lo más bonito que tiene el ser humano es el soñar, los sueños dan sentido a la vida y al ser, porque no se puede hacer feliz a nadie si no se es feliz uno mismo. Por eso el destino de muchos es luchar por intentar conseguirlo y aunque quizás no se logre como se imaginó, tan solo el hecho de haberlo intentado nos hará diferentes para siempre. “Es justamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace que la vida sea interesante” es lo que nos dice Paulo Coelho en su obra, explicándonos que tener un sueño, grande o pequeño y esforzarse por hacerlo realidad, le da un mayor y verdadero significado a nuestra vida, imprimiendo a nuestra cotidianidad un mayor sentido de anhelo. Y cuando nuestro sueño lo compartimos con las personas en quienes confiamos y sabemos que son una ayuda en el camino, entonces ese sueño es doblemente emocionante y tiene más voluntad para alcanzarlo.

Es imprescindible que se tenga fe en sí mismo y en la capacidad para lograr que los sueños sean una realidad, “haz de tu vida un sueño, y de tu sueño una realidad”. Aunque se tiene que tener presente que se han de sufrir derrotas pasajeras o momentos en los que perdemos la fuerza en la lucha por la conquista de estos, como le paso a Santiago con su sueño de encontrar aquel tesoro en las Pirámides y que a lo largo de su camino encontró grandes dificultades, y lo que hizo fue mirar hacia el frente y sonreír. Es sorprendente la rapidez con la que podemos redescubrir ese sueño y volver a luchar con pasión manteniendo viva la esperanza de efectuarlo.

Creándose un momento en el que se desea con todas las fuerzas cierto sueño y se empieza a notar que es una bendición, un camino que Dios ya tiene previsto pues siempre que un hombre hace aquello que le entusiasma, es que está siguiendo su “Leyenda Personal”, así lo denomina Coelho (“Cuánto más se aproxima uno al sueño, más se va convirtiendo la leyenda personal en la verdadera razón de vivir” ). Aunque no se vea, la Leyenda Personal permanece oculta en cada alma, está realmente en el corazón, donde hay un silencio que nos hacer ver cómo somos dignos de la vida. Solo se pide que haya paciencia ya que detrás de esto hay un Universo conspirando a su favor y quiere que se logre este ideal. Cada día, cada hora, es parte de una lucha, no debemos renunciar a la alegría y a la conquista, pero el secreto de la vida es caer muchas veces y levantarse muchas más. Porque “si te ilusionas con un proyecto, un deseo, algo que llene tu vida…hallarás la fuerza que te llevará a encontrar los escalones que suban a ese piso superior, ese anhelo” , dice Ferrán Martínez Gómez.

Se tiene que entender que la vida es como un árbol que da muchos frutos y cada uno es una ilusión. Tener muchos sueños y varias metas cuando se ama, adquiere en la vida aún más sentido pues no es de negar que la mayoría de personas tengan esperanzas, aspiraciones, visiones y sueños, pero están tan ocupados corriendo de un lado a otro que se olvidan y no se dan cuenta de que están perdiendo la ilusión de éstos.

La felicidad es el ingrediente que no debe faltar en la vida y muchos menos en los sueños sin embargo mucha gente no sabe cómo ser feliz, pero en la simpleza de esta afirmación se puede encontrar la misma respuesta pues para ser feliz se tiene que disfrutar cada detalle y cada camino tomado en el recorrido a cumplir el sueño que determina la vida de cada ser humano. La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos, y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.

Para concluir, se dice que una persona está en este mundo para realizar un sueño, su sueño, en donde vive por él, lucha apasionadamente por él y hace hasta lo imposible por alcanzarlo, y si esto no fue suficiente, él analiza las causas y lo intenta con más fuerza, nunca se da por vencido “las paredes de ladrillos se interponen en nuestro camino por una razón, para demostrarnos con qué determinación podemos hacer algo” y cumple así la verdadera misión por la cual vino al mundo. Recordando siempre que el mundo le pertenece a aquellos que creen en la belleza de los sueños.
Escritor: Jakeline Sánchez