Manifestación del humor

Anteriormente lo había referido a la dificultad de definir el humor. Priego-Valverde (2003) habla de aceptar la complejidad de este fenómeno y propone un procedimiento de tres pasos para comprender el humor. El primer paso consiste en el planteamiento de seis características necesarias para determinar el humor: la incongruïtat, la distancia, la ambigüedad y la ambivalencia, la connivencia, la agresividad y la benevolencia, y finalmente el carácter lúdico.

La lingüista francesa observa que aunque cada característica es importante y es necesaria para la apreciación de un enunciado humorístico, es necesario que estas características asocien y se interconecten para producir humor. Por si fuera suficiente, parte de esta complejidad a la que me he referido previamente tiene que ver con el hecho que, a menudo, el humor se encuentra en un plano prosódico y mimo-gestual, en la que se puede añadir la ausencia de marcas, tal como ocurre con el humor inexpresivo («Blanck face» v. Attard et al., 2003). En estos casos, la historia conversacional de los participantes, es decir, los implícitos a que éstos hacen referencia, y el grado de connivencia de estos entes ayudan a entender el enunciado humorístico. Todo ello tiene relación con otro de los elementos esenciales del humor: su aspecto cultural, emocional y (inter) subjetivo. Priego-Valverde (2003) concluye que el verdadero problema al que nos enfrentamos a la hora de emprender investigaciones sobre el humor no es tanto su definición -la cual siempre será parcialmente sino su reconocimiento.

El segundo paso consiste en entender que si por un lado, el humor es profundamente cultural y subjetivo, por otro, está estrechamente relacionado con el momento actual y el estado de ánimo de los locutores. Así pues, si queremos hacer un estudio sobre el humor, este dependerá del corpus que tengamos, es decir, partirá de la observación de una situación determinada y por tanto, analizaremos un humor específico que no puede tener lugar en ningún otro contexto. A pesar de saber que el humor es un tema multidisciplinario y que hay un enfoque plural para alcanzarlo, cuando se trata de analizarlo, debemos elegir un enfoque particular para poner a prueba los conceptos que tenemos.

Por último, debemos aceptar su naturaleza paradójica, ya que es un fenómeno corriente y familiar, frecuente en nuestra vida cotidiana, pero que a la vez es difícil de entender: el humor a menudo hace que la interacción sea armónica, pero también puede agravar los problemas. Del mismo modo, el humor facilita la comunicación entre las personas, sin embargo, también contribuye a la opacidad de la interacción, debido a la ambigüedad y la ambivalencia inherentes al concepto humor.

Autor: Meritxell Maza Farran. La reformulación como estrategia de gestión del humor en el aula