Si eres el tipo de persona que corre detrás de la última tendencia en moda, música, cine, literatura o cualquier otro componente de la vida como se le conoce, posiblemente la austeridad no sea lo tuyo, de hecho hasta podrías considerarla algo verdaderamente ofensivo para tu forma de pensar en general. Sin embargo, existe en la actualidad un movimiento estético minimalista que apuesta por esta filosofía: Menos es Más.
¿A qué se refiere esta afirmación? Pues, en Japón ya desde hace algún tiempo vienen levantándose ciertos radicales que han decidido dejar de lado el materialismo consumista y se han fusionado con esta práctica del Budismo Zen en la que la visión del mundo se vuelve algo reducida.
Los motivos no son financieros ni tampoco sicológicos, el trasfondo de este movimiento en sí persigue un enriquecimiento personal y espiritual que visto desde lo material, no necesita la acumulación o renovación constante de artículos, para obtener una real satisfacción humana.
En algunos casos, los practicantes de este estilo de vida (por así decirlo), se han desprendido de muchas de sus posesiones, llegando a contar con tan sólo una mesa y un futón en la sala, o la mínima colección de tres camisas, cuatro pares de pantalones y sólo cuatro pares de calcetines en su armario.
Llegados a este punto se podría pensar en Tacaños Extremos, por lo poco que gastan en compras, pero lo cierto es que para estos minimalistas se trata de la oportunidad de poder reevaluar lo que de verdad les importa, o hacer actividades a las que no podían dedicarse porque pasaban más tiempo, eligiendo qué comprar, pagando deudas o limpiando casas, en lugar de llevar a cabo lo que más deseaban como por ejemplo: viajar o pasar más tiempo con la familia.
Esta adopción del Budismo Zen en la práctica mundana no es reciente, Nahoki Numahata, escritor independiente de 41 años por ejemplo, afirmó: “con las ceremonias de té, o el Zen, las cosas se dejan incompletas a propósito, para que la imaginación de cada uno complete el espacio restante”. Esta austeridad no busca un modo de flagelar al individuo sino más bien de incitarlo a descubrir nuevas y mejores formas de aprovechar su vida, su tiempo y sus espacios, como el caso de dos arquitectos japoneses (Shusaku Arakawa y Madeline Gins) que desde el año 2006 comenzaron a construir y entregar casas con un diseño caracterizado por la incomodidad.
Los Reversible Destiny Lofts (nombre con el cual se identificó a estas casas), contemplan estructuras nada convencionales para los pasillos, el empleo de materiales atípicos, la distribución ilógica de los espacios que comúnmente deberían existir en una vivienda, e incluso la aplicación de colores estridentes y chillones sobre las paredes, con el único propósito de “evitar la monotonía” y como dijera el arquitecto Arakawa “mantenerte alerta y despertar tus sentidos”.
Así que, después de todas estas consideraciones, ¿serías capaz de despertar tu creatividad y aprovechar más tu tiempo, aceptando la austeridad como forma de vida?