MUJER: Viviendo en un mundo de hombres

A través de la historia, la mujer se ha visto como la sumisa, la abnegada, la obediente, la servicial, la buena, la tierna, quien tenía como único destino encargarse del hogar y de cuidar a los hijos. La vida en un mundo hecho para los hombres se veía imposible, mencionar palabra alguna o hacer algo diferente a lo que estaba predestinada iba en contra de lo que se esperaba de cada una; ser mujer en este mundo parecía ser un pecado.

Mujer, tú, como ser pensante, te descubriste viva y libre, ahora al lograr la libertad después de una lucha por años y años, es posible acceder a muchas cosas que antes eran impensables; ahora es posible decir que existes y que vives. A pesar de varios logros, podemos ver, incluso hoy en textos, cuentos y en la vida misma, como la mujer sigue siendo victima y esclava del mundo patriarcal, victimas de abuso sexual, violación, golpes, rechazo, incluso de asesinato ¿Es acaso justo que una mujer sea condenada solo por el hecho de ser mujer? ¿Hay razones suficientes para privarlas de lo que por derecho les corresponde? ¿Por qué les es negada una vida que se han ganado con el sudor y la sangre de su vida misma? ¿Cuáles son los derechos de la mujer en un mundo creado para hombres?

Desde tiempo atrás, el mundo se ha dividido entre lo masculino y lo femenino, lo que deber ser y hacer un hombre y una mujer; se han creado estereotipos que hacen del hombre y de la mujer dos seres diferentes aunque ambos sean humanos. Al hombre se le habían asignado una serie de derechos y cualidades a las que la mujer fue negada, de esta manera se generó un tipo de discriminación hacia la mujer que ha hecho que sea vista como “el sexo débil”; gracias a la subordinación que se le ha dado frente al hombre, poniéndola en el lugar de procreadora y esclava del hogar. Es por ello que la mujer ha sido invisibilizada en la historia, puesto que su papel en el desarrollo de la sociedad nunca se le consideró importante, por el contrario, fue utilizada, sometida y despreciada.

Después de años de sometimiento, las mujeres se dieron cuenta de que ellas también merecen respeto, que no es ningún ser inanimado que puede ser maltratado y humillado, que a pesar de las diferencias también son seres humanos. Desde el momento de esta toma de conciencia, se ha llevado a cabo una lucha incansable para que sean reconocidos los derechos de las mujeres en todo el mundo, sin embargo han sido pocos los logros que se han obtenido, pero muy significativos al compararlos con las condiciones en las que vivía antes.

Los diversos movimientos feministas, han retumbado en todos los rincones de la sociedad; ofreciendo de esta manera a las mujeres nuevas formas de ver el mundo. Así vemos, como cada día las mujeres buscan formas de trabajo diferentes a las labores del hogar, puesto que esta pasó de ser su única labor para convertirse solo en una opción, que puede ser voluntaria. Por eso hoy, encontramos mujeres en todos los sectores, desempeñando trabajos que antes solo les era autorizado a los hombres, lo que permite constatar que las mujeres también poseen grandes capacidades para tareas fuera del hogar y que su desempeño es excelente. Por esto, muchas mujeres en la actualidad, han dejado de ser procreadoras para convertirse en diferentes tipos de mujeres trabajadoras, con ganas de salir adelante y construir un mundo donde puedan desenvolverse con tranquilidad.

Es así, como puede verse que el siglo XXI brinda una nueva oportunidad para la emancipación de la mujer, dándole una participación activa en un mundo que fue, y en menor medida, sigue siendo manejado por hombres. Un aporte importante se está desarrollando en la sociedad, donde se le está dando un lugar a la mujer no como proyección del hombre, sino como un ser en si misma, de esta manera la mujer ejerce un papel diferente al de la cenicienta que “tenía que trabajar desde por la mañana hasta la noche, levantarse temprano, traer agua, encender lumbre, coser y lavar…” , ahora es cada una quien decide qué hacer con su vida y con su tiempo; ya no hay momentos para el sacrificio y la abnegación, la mujer de hoy no es la misma de siglos atrás, actualmente ella piensa y expresa lo que siente. Ahora, el valor de una mujer no lo da el hombre, es la misma mujer quien toma la decisión y se arriesga a enfrentarse por la defensa de sus derechos, porque no es una, sino muchas mujeres luchando por una misma causa, por este motivo deben darse a conocer y promover la toma de conciencia, a través de los medios que les sean posibles.

En resumen, cabe decir que buscar la libertad para las mujeres no implica la superioridad sobre los hombres, simplemente se busca que sea valorada, que la vida de ambos se desarrolle en un ambiente de confianza y respeto mutuo, donde las partes participen de igual manera en los ámbitos de la sociedad y que se modifiquen creencias que culturalmente han pasado por generaciones y aún hoy son practicadas no para el beneficio de todos; por eso exaltar la importancia de los derechos de las mujeres es un deber de cada persona.

Autor: Neliana Saray Vélez Monterroza

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