NECESIDADES DE LA ESCUELA ACTUAL

En las últimas décadas la escuela se ha visto afectada por varias problemáticas: la deserción escolar, poco interés por los procesos de estudio en los educandos, sentimiento de incapacidad, escaso dominio de grupo y juicios de valor acelerados por parte de maestros.

Éstas son algunas de las situaciones con las cuales las instituciones educativas escolares se encuentran a diario y que exponen claramente la necesidad de reestructuración del trabajo en el aula y de ésta manera conseguir la innovación pedagógica que desde los distintos paradigmas de la educación tratan de abordar las innumerables teorías, modelos y métodos pedagógicos y didácticos.
Sin embargo, en medio de la complejidad de los pedagógico, en búsqueda de la renovación curricular, el mejoramiento de la práctica docente y la elaboración de secuencias didácticas efectivas, varias teorías recientes han realizado aproximaciones que coinciden en el reconocimiento de las dimensiones del ser humano en los procesos de formación que tienen lugar en la escuela. Una de las teorías que ha realizado un abordaje significativo es conocida como la Educación Holística donde se ha considerado que el proceso de formación debe incidir en todas las áreas de la vida de un sujeto: espiritual, sentimental, emocional, económica, social, cognitiva, familiar y laboral, buscando la armonización y equilibrio de la relación consigo mismo, con los demás y con el entorno.

Son numerosos los estudios que se adelantan para comprender la complejidad en el aula y en los procesos de enseñanza – aprendizaje que tiene lugar allí, pues son diversas y variadas las relaciones y los factores o elementos físico – sensoriales y lógico – abstractos denominados así por Lurduy (2005) que impactan de manera positiva y negativa en la educación impartida en las aulas de clases.
Un trabajo interesante de articulación de los postulados y concepciones de las diferentes teorías de la educación lo ha llevado a cabo el Enfoque Ontosemiótico conocido como el .E.O.S, donde de manera sistemática, organizada y detallada expone la complejidad de la que se ha venido hablando.

Por tanto, para la vocación y profesionalización necesarias en los docentes y en pro de la actualización de su discurso, es necesario revisar trabajos minuciosos como los que aquí se han nombrado, pues la educación hace un llamado claro a la reestructuración desde el trabajo en el aula, lo cual requiere la optimización de las prácticas docentes para impartir la formación integral que tanto se promociona en los P.E.I de la mayoría de instituciones educativas.
Respecto a los estudiantes y su rol, necesitan ser orientados hacia el autoconocimiento de sus fortalezas, debilidades, miedos, angustias, gustos, sentimientos y pensamientos que los lleven a la proyección y a la buena conducción de su vida, pues el resultado se verá en el desarrollo social dado que hacemos parte de ese todo que constituimos como sociedad.

La importancia del autoconocimiento en el ritmo de vida acelerado, en los estragos de la rutina y la simpleza del individuo moderno, es esencial para no perdernos en el ruido de lo cotidiano, lo que está de moda o lo que aparentemente es esencial en la vida, en la construcción de una buena vida, de una vida plena.Seguramente ésta información no sea novedosa para quienes integran los procesos educativos, no obstante resulta interesante realizar por lo menos, por un día, la evaluación de lo que hacemos, los resultados que esperamos y ser consientes de lo que se tiene y se puede llegar a dar en la enseñanza y el aprendizaje de cualquier área del currículo escolar, que finalmente resultan siendo el pretexto para llegar a una buena formación, pero indiscutiblemente el afán y la presión del sistema por asignar notas cuantitativas de un proceso cualitativo y diverso termina por estropear las buenas intensiones en pro de la innovación pedagógica, de modo que una alternativa para el docente y para el estudiante sería la dinamización del tiempo que se pasa en el aula, reconociendo a los seres humanos que la integran a partir de la armonización de las relaciones entre estudiante, docente, saber y entorno: cuatro actores principales en la complejidad del aula.

En conclusión, estudiante y docente son llamados a dar lo mejor de sí mismo respecto a las invitaciones del saber para la transformación y desarrollo del entorno. De éste modo se logrará poner en práctica, el discurso en el papel que va en contra vía de la Educación Tradicional, que se ha logrado plasmar de manera coherente y cohesionada en los currículos escolares, en los Proyectos Educativos y en las conversaciones del cuerpo educativo pero que aún falta ejecutar para ver los resultados que se esperan: recuperar la función socializadora de la escuela y el progreso de la sociedad a través de la formación efectiva del individuo.

Escritor:: Cindy Moyano Londoño