NUEVAS FORMAS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA NOVELA

 Desde mediados del siglo XX, vienen surgiendo obras literarias relacionadas con otras artes como son la pintura, el cine y el llamado performance. Novelas que hablan de hechos habituales combinados con ficción y con un toque cómico, que emplean un lenguaje prosaico, que a su vez facilitan su comprensión e interpretación. Textos literarios que contienen una estructura que hasta hace pocas décadas no serían consideradas por el canon imperante y que se abren camino gracias a las perspectivas actuales para valorar el arte.

Lecciones para una liebre muerta de Mario Bellatín y el Infarto del alma de Diamela Eltit y Paz Errázuriz son un ejemplo de los fenómenos artísticos que marcan una pauta distinta en la literatura. Narraciones construidas fuera de los parámetros tradicionales, están escritas en fragmentos que no se articulan en una historia, sin una trama, ni una jerarquía. Muestras artísticas que son una transgresión al paradigma tradicional de los géneros literarios, una desestructuración del género novela, donde prima el placer momentáneo sobre la norma, y como todas las obras que preceden en la evolución de un arte se deben enfrentar a la tensión de lo culturalmente valioso y lo considerado profano.

A través de la historia de la literatura, podemos dar cuenta de la manera como la palabra cotidiana ha venido interfiriendo en los textos, haciendo la obra más asequible al público. La narrativa emplea términos tomados de la lengua común para plasmar las particularidades de la cultura en determinado momento al mismo tiempo que facilita la comprensión e intervención del lector. La novela tiene la capacidad de recuperar los lenguajes marginales, esas posiciones expresadas en un lenguaje popular e incorporarlas a la narrativa. Las nuevas formas de la literatura buscan que bajo la palabra conocida, el lector interprete fácilmente el texto, que identifique y comparé las características sociales de cada momento histórico a la vez que disfruta la lectura.

Numerosas prácticas estéticas modernas exploran una extendida variedad de formas y mezclas del arte que yuxtaponen ficción y fotografías, imágenes, memorias, autobiografías, blogs, chats y emails. Los autores contemporáneos buscan representar las características sociales y culturales de una manera nueva, asociando la literatura con otras formas del arte, como son el cine y las artes plásticas, que tienen como fundamento el goce estético que produce la imagen momentánea. La crítica contemporánea se cuestiona y es un poco más receptiva a las nuevas percepciones de la literatura, es por esto que algunos críticos tienen en cuenta otras características para valorar el arte, un ejemplo es el norte americano Boris Groys, él dice:

Los autores contemporáneos se disponen a aceptar el reto; quieren mostrar las características sociales y culturales de otra manera, asociando la literatura con otras formas del arte, como son el cine y las artes plásticas, y que tienen como fundamento el goce estético que produce la imagen momentánea. La novela sigue evolucionando y se abre nuevos caminos donde varía el lenguaje, las formas, las cronologías, y las temáticas, que permiten valorar el arte en concordancia con las percepciones de la sociedad actual.

Los autores modernos latinoamericanos cuestionan la estética formalista, que proponía un modelo para cada género literario; bajo una estructura racional jerarquizada, impuesta por un centro de poder, donde cada obra debe ocupar una posición, con parámetros establecidos. La escritora Diamela Eltit y Paz Errázuriz crearon un texto que no respeta un orden lógico tanto en el aspecto narrativo como formal. El infarto del alma es un relato testimonial, que se presenta en medio de un juego entre la escritura y la fotografía, al igual que Lecciones para una liebre muerta de Mario Bellatin es una narrativa que no se articula en una historia, un discurso fracturado, intervenido por silencios y cortes sintácticos, con una trama que omite acontecimientos que dan una lógica causal, convirtiéndose en simulacros en sí misma, trozos que se relacionan, con la vida del autor y con la realidad; presentando personajes anómalos que parecieran hacer una denuncia ante la indiferencia social.

Dicho proyecto artístico logra torcer la lógica de un discurso dominante, por medio del testimonio de sujetos marginados. En palabras de Eltit: “Mi proyecto fue restituir la estética que pertenece y moviliza esos espacios y dar estatuto narrativo a esas voces tradicionalmente oprimidas por la cultura oficial y estropeadas por una narrativa redentora”. Las formas modernas de la literatura buscan que bajo un lenguaje conocido, el lector interprete fácilmente el texto, que identifique y compare las características sociales de cada momento histórico a la vez que disfruta la lectura.

Los autores contemporáneos buscan incorporar la literatura a las nuevas formas de representaciones del arte, por medio de una narrativa espontanea, con un lenguaje sencillo, en medio de situaciones y personajes con características extrañas que buscan recrear la sensibilidad de la época con entretenidos textos que legitiman modos propios de la cultura. En la actualidad el lector aísla trozos de universo, busca explicaciones parciales, construye estructuras originales; privilegiando de esta manera la riqueza del lenguaje, el juego, el azar y el placer que produce la palabra escrita; donde lo primordial son las sensaciones que puede llegar a producir la imagen escrita en el lector, cuyo objetivo es el goce estético. Evitando que el texto literario sea olvidado o refundido entre los avances tecnológicos que proporcionan diversión a las nuevas generaciones, y pase a ser simplemente un recuerdo histórico o quede entronizado como pieza de museo.

Escritor: Kelly Johanna Acuña Duran

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