ORALIDAD Y ESCRITURA, ELEMENTOS IMPRESCINDIBLES EN LA COMUNICACIÓN HUMANA.

En el devenir de los años, la oralidad y la escritura han acompañado permanentemente a los seres humanos en sus prácticas comunicativas. Algunos teóricos han estudiado estos dos actos de la comunicación individualmente, destacando en cada uno de ellos sus ventajas, sus desventajas, sus bondades y sus carencias. Por una parte, la oralidad nace como una de las formas para que los individuos se comuniquen y se aprende dentro del contexto en el que el hablante se encuentre; por ejemplo, los colombianos hablan español latinoamericano porque el país donde crecen tiene este idioma como primera lengua.

Para que la oralidad se suscite, es importante tener en cuenta el aparato fonador, que se encarga de emitir sonidos articulados utilizando como vía de transmisión el aire (la respiración), codificados por el cerebro, emitidos por las cuerdas vocales, y articulados por la boca. Además, por ser aprendida dentro del contexto, la oralidad se utiliza con mucha más frecuencia que la escritura. Lo anterior implica que se practique cotidianamente, que se pueda modificar en el momento en el que se está llevando a cabo, además de tener una retroalimentación casi que inmediata por parte de los receptores. Teniendo en cuenta que a la oralidad la enmarcan circunstancias de carácter social de los contextos en las que se suscita, su significación se encuentra por fuera del texto, esto quiere decir que muchas de las cosas que se dicen quedan comprendidas porque a estas se añade el sitio y el tiempo en el hablante las está diciendo.

En las desventajas de la oralidad, se encuentra la permanencia efímera en el tiempo, ya que solo dura mientras el emisor esté llevando a cabo este acto comunicativo. Tiene un número limitado de receptores, está sujeta a cambios e interrupciones inmediatas. Al producirse de manera espontánea, por lo general se planea y se organiza simultáneamente, lo anterior puede generar que se descuide.

En el caso de la escritura, el individuo la aprende solo cuando hay procesos de instrucción que lo llevan a un constante entrenamiento para adquirir, comprender y pulir este proceso comunicativo. El aprenderla dentro de un contexto se hace necesario, ya que ésta se rige por unas normas enmarcadas dentro de la lingüística y la gramática, por lo tanto no está dada de manera natural, como en el caso de la oralidad.

Para que el acto comunicativo se lleve a cabo de manera pertinente haciendo uso de la escritura, es importante tener en cuenta que se manifiesta por medio de signos gráficos (grafemas), que pueden ser impresos o digitales. Una de las ventajas de la escritura, con respecto a la oralidad, es que por estar codificada en grafemas, tiene una duración mucho más amplia en el tiempo y en el espacio. Además de lo anterior, es importante resaltar que por los mismos procesos que esta herramienta de práctica comunicativa tiene, a los lectores les puede servir no solo para enterarse de algo, sino también para adquirir conocimiento, entender el mundo, o descubrir nuevas posibilidades por medio de la palabra escrita. De este modo, sin importar de qué tipo sean los textos a los que el individuo se acerce, permite que tenga un número ilimitado de receptores dadas las ventajas de su permanencia en el contexto.

Dentro de las desventajas que tiene la escritura, se resalta el que no sea de un uso tan frecuente como la oralidad. Al ser impresa, no tiene una corrección inmediata luego de que el mensaje ya se ha emitido, por ende, la información transmitida no tiene la posibilidad de complementarse con códigos extralingüísticos. Además, no es tan dinámica como la oralidad, por ello no permite que los lectores intervengan en el desarrollo del texto.

Para que el acto comunicativo de la escritura se lleve a cabo, se debe tener en cuenta que existe una motivación, planeación, ejecución, evaluación y edición del proceso. Esto implica que no es tan espontanea como la oralidad, porque además de cumplir con reglas establecidas por la gramática, también se ciñe a la coherencia, cohesión y adecuación del texto. Finalmente, aunque estos dos procesos comunicativos no se han visto anteriormente relacionados, es importante tener en cuenta que hacen parte fundamental de la comunicación humana vista desde cualquier intencionalidad (periodística, literaria, cotidiana, entre otras). Por ello, se debe procurar un buen uso de la oralidad y la escritura en todos los contextos en las que el individuo las necesite.

Escritor: JENNY ANDREA MORENO RINCÓN