Al iniciar con un proyecto empresarial son muchas las metas y sueños que se plantean, para cumplirlos es necesario tiempo y esfuerzo, más hará falta un tercer elemento que enlace los dos anteriores y es un plan de negocio, el mismo trazará los pasos hacia las metas planteadas. Por eso mismo, debe estar bien estructurado, ser claro y alcanzable, estas atribuciones le conferirán factibilidad y poner en términos reales qué tanto tiempo y recursos harán falta para que la empresa logre el éxito.
Definir metodología y objetivos
Partiendo del hecho de que una naciente empresa necesita de una buena administración para su sólido crecimiento, la existencia de un plan de negocio hará que se puedan tener claros una serie de puntos que permitirán dirigir coordinadamente las acciones a seguir, por lo que hay que tener claro que no se trata de un ítem más que puede ser omitido, sino que es el instrumento que permitirá utilizar eficazmente el tiempo, dinero y recursos.
Enmarcado dentro de este plan o diseño de negocio, deben trazarse los objetivos y el alcance del proyecto que se está iniciando, puesto que muchas veces se tienen claro y repiten verbalmente una y otra vez pero cuando se intentan plasmarlos en papel se notan los vacíos o incongruencias que pudiese haber en lo que se quiere. Una vez con esto resuelto se puede concretar la estrategia para alcanzar lo planteado, bajo los criterios de una correcta administración.
La base de una buena administración: un plan de negocio
Es bueno tener en cuenta que el plan de negocio, por el natural hecho de ser un plan, difícilmente se cumplirá al pie de la letra, más esto no significa que se esté echando por tierra su papel, hay que verlo como un camino trazado por un línea y si bien no todos los puntos que la forman están en la misma recta, no se alejan mucho de ella.
La forma de cuidar que nuestro plan funcione y se adecúe a cada etapa del negocio, incluyendo posibles eventualidades es que el mismo esté bien planeado, es decir que desde su realización haya tomado en cuenta la realidad y diferentes resultados a una decisión de importancia en el mundo de los negocios, lo que permite tener de antemano diferentes alternativas para lograr los objetivos ante el eventual fracaso de una.
Por otro lado, un plan de negocio no debe ser ambiguo, pues esto, con el tiempo podría llevar a contradicciones o divergencias que separen criterios y debiliten el proyecto empresarial, sobre todo en situaciones de tensión y decisiones, de aquí la importancia de que sea claro, para garantizar la estabilidad de la empresa aún en condiciones difíciles. La última característica que se suma a este elemento, es que sea alcanzable, como se trata de un instrumento objetivo, desde el inicio hay que estar claro con lo que se tiene y se puede lograr en un tiempo determinado, fundamental es tener altas expectativas y ser optimistas, pero siempre manteniéndose alejado y no caer en la ilusión que puede llevar a la decepción.