A lo largo de la historia de la humanidad, las necesidades del tipo colectivo, así como las individuales a cada grupo de personas, han determinado las diferentes tendencias a la hora de responder a la pregunta: ¿Cómo aprender?
Ya sea por iniciativa propia o porque la situación lo requiere de forma definitiva, el ser humano se ha visto impulsado a atender sus necesidades, desde las más básicas (como las fisiológicas) hasta algunas de índole más complejo e intrapersonal (que rayan incluso en lo espiritual); de otro modo, se enfrentarían a un problema mayor que el fracaso, y ese sería, el aislamiento sazonado de insatisfacción.
Sin embargo, las necesidades y su prioridad dentro del orden humano varía persona a persona. Lo que para algunos resulta una receta exitosa, puede que para otros no tanto, o sencillamente es irrelevante.
Como reza una frase muy popular: Todo depende del cristal con que se mire, las necesidades pueden jerarquizarse según, la persona a quien se afecte. Pero es esa variedad en el enfoque lo que da paso a la técnica, y de allí que su aplicación se convierta en una teoría.
Teoría que bien podría ser una ley, si tan sólo, el fenómeno que describe no resultase tan inestable, impredecible y sí, complejo. Tal y como lo es el ser humano.
Algunos son pregoneros de lo que a su juicio, fue la técnica que les permitió adquirir conocimientos valiosos para un posterior desarrollo integral, y esto lo dejaron entre nosotros como un legado.
En cualquier caso, el propósito es claro: Aprender, y si bien, no existe un modo único de hacerlo, tampoco, el campo en que puedan ser aplicados los diferentes Enfoques Teóricos del Aprendizaje, lo es.
La Real Academia de la Lengua Española (RAE), define al Enfoque como la acción y la consecuencia de enfocar. Una de sus definiciones lo explica como: conducir la atención hacia un tema, cuestión o problema desde unos supuestos desarrollados con anticipación a fin de resolverlo de modo acertado.
En otras palabras, se trata de direccionar la atención, la mirada, o la orientación hacia un punto específico aunque eso no signifique que el punto desde el cual se enfoca sea único e igual para todos.
De acuerdo con Wikipedia, el aprendizaje es el proceso a través del cual se adquieren o modifican conocimientos mediante la experiencia, y como cada cabeza es un mundo, esas experiencias se pueden convertir en maestros con diferentes caras y perspectivas, según las viva el individuo. Claro está, el proceso que haya atravesado una persona para aprender un determinado conocimiento no implica que dicho proceso pueda ser validado como cierto ni mucho menos como definitivo para el resto de las personas. Ciertos aprendizajes pueden resultar dolorosos en el camino, y desde luego, si se pudiera elegir, estos procesos no serían considerados.
Dicho de otro modo, la conducta del individuo se ve modificada cuando emocional, social, o mentalmente ha recibido una nueva carga de información que valora como necesaria y acepta al punto de traducirla en actos diferentes de los conocidos y que le permiten un avance significativo de su estado anterior.