PROTECCIÓN SOCIAL vs. SEGURIDAD SOCIAL

Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos se han enfrentado a una innumerable cantidad de riesgos,  sobrevivir entre la misma especie, adaptabilidad al ambiente cambiante, alimentarse, sostener la familia, evolucionar al ritmo constante en que lo hace la sociedad,  todo encaminado a establecerse en sociedad y formar posteriormente un Estado, al que puedan de cierta manera delegarle el cubrimiento de estos riesgos, procurando para sí mismos una calidad de vida digna, preservación de la salud, evitar la  pobreza (en lo posible), conservar  un orden social, y en parte cuidar el medio ambiente que los rodea (atenuando las crisis que dejan las catástrofes naturales),  y con miras igualmente  a obtener  una asistencia a futuro, cuando las  oportunidades se agotan por causa de la edad  o del mismo deterioro de la salud, y se hace mucho más difícil mantener un nivel de vida básico.

 Gracias a la constante evolución del Estado, y sus distintas formas de organización, se han ido agregando más garantías a los asociados, ofreciendo en cierta medida una protección más concreta  contra los riesgos que tienden a desequilibrar la sociedad, y estableciendo algunas previsiones, tratando de evitar  que la industrialización, la urbanización y los avances tecnológicos, nos hagan más vulnerables a perder lo poco que se tiene  o cierren la posibilidad  a ganar mucho más de lo que se posee, es decir recibir las potenciales recompensas, de enfrentar, mitigar o evadir tales riesgos.

 En la actualidad, la globalización constituye  un riesgo en si misma, porque a medida que se extienden las oportunidades, igualmente crece la necesidad de establecer medidas que aseguren una estabilidad en caso de grandes crisis, que por lo general son económicas, y que generarían una falta  de fondos para poder  resolver  los vacíos que dejarían grandes inversiones, debido  a las  tendencias en la evolución de los sistemas comerciales, tecnológicos y políticos. El ideal básicamente se constituye en crear unas políticas  o sistemas eficientes del manejo del riesgo, que generen a su vez un equilibrio económico, que permita establecer mercados financieros  adecuados  y que conjugado con esto, se respeten todos los derechos y garantías que propone el  Estado, así como el fortalecimiento de las políticas sociales que generan bienestar a los asociados.

Por estas razones, por la necesidad de crear un manejo social del riesgo eficiente, es que empiezan a surgir términos, íntimamente ligados entre sí, como el de asistencia social, protección social, y a su vez el de seguridad social, premisas que básicamente esbozan las “medidas del sector público para proveer  seguridad  de ingresos a las personas, para mejorar el bienestar social”.

Pero entonces, son la protección social y la seguridad social términos complementarios entre sí o son sistemas diferentes que el Estado ha creado, como forma de manejar el riesgo y mitigar la falta de información que nos hace más vulnerables a sufrir las consecuencias negativas de los constantes cambios en el manejo del mercado, la exclusión social y las formas de consumo que nos obliga a repartir los ingresos de manera inadecuada.

Pues bien,  por  Protección Social  podemos entender “la acción pública para: Asistir a personas, hogares y comunidades en un mejor manejo del riesgo;  proporcionar apoyo a quienes se encuentran en la extrema pobreza; y  para que el Estado garantice un derecho que es exigible por parte de las personas y comunidades”[1], o como algunos académicos definen su objetivo, el de “lograr la redistribución de los riesgos  y corregir la distribución primaria  y de mercado de los ingresos para  lograr una distribución final mas (sic) igualitaria y corregida por el gobierno”[2], deduciendo entonces que  la protección social, es un sistema encaminado a diseñar mecanismos eficientes para el adecuado manejo del riesgo, procurando crear fondos de inversión social, sistemas de créditos dirigidos a los pobres y estrategias para regular las relaciones de trabajo, con el fin de superar y mitigar  dichos riesgos, todo esto enmarcado en las  políticas del sector público.

Aunque se considera la protección social  un elemento clave para proteger  el trabajo,  su  esfera de actuación no se limita solo a las relaciones laborales y lo que estas abarcan. Este sistema siendo una forma de mejorar el bienestar  de los asociados,  considera desarrollar  igualmente medidas eficaces en cuanto a  educación, salud, vivienda y pensiones se refiere, buscando disminuir  el riesgo de la población ante crisis económicas, y ayudar a la población más necesitada que enfrenta de manera más directa este tipo  de problemáticas a través de mecanismos de aseguramiento como el Sistema de Seguridad Social Integral  establecido como uno de los elementos principales del Sistema de Protección Social.

 La  seguridad social por su parte es entendida y aceptada como un “derecho que le asiste a toda persona de acceder, por lo menos a una protección básica para satisfacer estados de necesidad”[3],  o en términos de la OIT : «Es la protección que la sociedad proporciona a sus miembros mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos»[4].

Comprendiendo entonces la seguridad social como esa forma de organización  que busca proteger a los integrantes del Estado de los riesgos como accidentes (profesionales o no), el desempleo, incapacidad para trabajar, vejez, maternidad, muerte, al igual que las cargas derivadas de la actividad  familiar  y la problemática relacionada con la vivienda,  que tiene  cada ser humano, este sistema busca cubrir las necesidades  que nacen de los riesgos mencionados, a través de mecanismos como las pensiones, subsidios  y hasta las mismas cesantías, es decir, para que las personas afectadas  puedan acceder a algunos recursos financieros o si es el caso algún tipo de servicio que les ayuden a sobrellevar las responsabilidades que conlleva la vida diaria y que sean derivadas de una imposibilidad temporal o permanente, como puede ocurrir en el caso de salud.

Aun con el principio de solidaridad como base fundamental de este sistema, ya que recurre a las contribuciones de quienes hacen parte del mismo, para favorecer a los más  pobres, el sistema de seguridad social  ve necesario  dividirse en dos subsistemas principales, el de pensiones y salud y el de riesgos profesionales y el de subsidio familiar…, siendo especialmente el de salud, el encargado de cubrir uno de los riesgos mas costosos que enfrenta la sociedad.

 Siendo entonces la seguridad social  una forma de protección, y la protección social un sistema que se desarrolla a través de mecanismos de aseguramiento, podríamos terminar diciendo que, aunque ambos sistemas  se asemejan en sus definiciones  y  finalidades, no son iguales,  el Estado se ha visto obligado a crearlos, como formas de manejar los riesgos que aquejan a la sociedad en continua evolución, pero mas que ser diferentes,  estos sistemas  tienden a complementarse, pues la Protección social, como un sistema general y mas universal, busca desarrollarse a través de la Seguridad Social que se aplica de manera particular según las necesidades de cada país  o mas concretamente de acuerdo a las necesidades  que enfrente la  sociedad que lo conforma.

 En conclusión, trabajando estos sistemas de manera separada, el objetivo principal termina siendo el mismo, Bienestar Social, a través de un adecuado manejo de los ingresos, y otorgando mas garantías a las personas menos favorecidas económicamente para que puedan suplir sus necesidades de manera  mas “completa”, intentando igualmente preservar las garantías laborales  existentes y corregir las falencias que se presentan en este tipo de relaciones; cierto es  que se ha logrado una mayor sensibilización en cuanto a las necesidades que sufre la sociedad al enfrentarse a riesgos constantemente,  esquivando obstáculos de organización y financiación, aunque no estén completamente superados, el establecimiento de estos sistemas (Protección Social y Seguridad Social)  por parte del Estado y los contribuyentes, ha hecho posible una evolución en el Manejo social del riesgo, que aunque lenta, progresa a paso seguro, tratando claro, de mirar  estos sistemas desde un punto de vista integrador, pues aunque cada uno establezca sus “políticas” en el  desarrollo de sus funciones, uno no funciona sin la existencia del otro,  y las falencias que este encuentre pueden absorbidas de manera un poco mas directa por el otro, procurando establecer así, una participación estatal mas efectiva.

 


 

[1] http://desplazados.antropologiamedica.com/index.php?option=com_content&task=view&id=17&Itemid=5 – (En línea)-DEFINICIONES GENERALES- APROXIMACIÓN TEÓRICA AL FENÓMENO DEL DESPLAZAMIENTO DE GRUPOS ÉTNICOS UBICADOS EN ZONAS DE FRONTERA. Ministerio de la Protección Social. Grupo de Equidad y Género. 200

 

[2] HOLZMAN, Robert – JORGENSEN, Steen. MANEJO SOCIAL DEL RIESGO: UN NUEVO MARCO CONCEPTUAL PARA LA   PROTECCION SOCIAL MÁS ALLA. Revista de la facultad nacional  de Salud Publica. Enero-junio 2003, vol. 21, numero 1. Universidad de Antioquia. Colombia. Pág. 26 .

[3] http://www.monografias.com/trabajos13/segsocdf/segsocdf.shtml – (En línea)- Trabajo: Sistema de Seguridad Social,   realizado por  Moreno María Elena  y García Leyvis.

[4]La Organización Internacional del Trabajo [OIT]. Documento: «Administración de la seguridad social.” Publicado en 1991.

Escritor: Jennifer González Restrepo