Chamanismo: creencias y tradición

El chamanismo ha sido descrito como “la profesión más antigua” de la humanidad debido a que existen evidencias arqueológicas que indican que se ha estado utilizando desde hace más de 20.000 años, por lo que es calificado como el antecedente de todas las religiones organizadas. De hecho, se considera que los primeros sacerdotes, sanadores y filósofos fueron probablemente los chamanes. Incluso algunos de sus aspectos, como sus prácticas místicas y simbólicas, se mantienen en el fondo de muchas religiones.

Según el antropólogo Igor Rowest, el chamanismo es un sistema de vida diferente que ha estado presente en casi todas las religiones y cultos de la antigüedad. Apareció cuando el ser humano se dio cuenta de que no era más que una pequeña parte del universo, una pequeña parte de la naturaleza en la que estaba integrado. Se basa en la premisa de que el mundo visible está dominado por fuerzas o espíritus invisibles que afectan las vidas de los seres vivos, y que la muerte es una transición, un pasaje que marca la culminación de un ciclo evolutivo.

Para el chamán, todo objeto, mineral, animal, alimento o incluso los sueños, son cosas que viven. Así, la totalidad del mundo está tan viva como las personas. Cada una de sus partes está interconectada a todos los niveles de la realidad, es decir, todo lo que sucede tiene efecto y repercusión en el resto de las cosas. Se estima que los orígenes del chamanismo están en los desiertos de Asia central y Siberia, desde donde se fue expandiendo a otras partes del mundo: a Europa, transmitiendo su conocimiento a los druidas, y atravesando el estrecho de Bering, a América, dando paso a los chamanes de las tribus indias y a los chamanes esquimales. Sin embargo, es importante aclarar que el chamanismo no es un fenómeno homogéneo, y no se practica de igual forma en todo el mundo, por lo que lo más correcto sería hablar de una pluralidad de chamanismos que siguen un mismo camino y poseen unas prácticas comunes.

Dentro de esas creencias y prácticas tradicionales, los chamanes trabajan con técnicas de éxtasis y comunican con el mundo de los espíritus, quienes juegan un papel importante tanto en las vidas individuales como en la sociedad humana. Dichos espíritus pueden ser buenos o malos, y ser los causantes de enfermedades a las que el chamán se tendrá que enfrentar. Para ello empleará técnicas con el fin de inducir trances e incitar éxtasis visionarios, donde su espíritu podrá abandonar el cuerpo y entrar en el mundo sobrenatural con el fin de buscar respuestas.

Visión chamánica del universo Dentro de la visión chamánica, el universo está formado por varios mundos, cuyo número conceptual puede variar independientemente de la cultura madre del chamán. Básicamente hablaríamos de tres: el mundo subterráneo, el mundo intermedio y el mundo superior, que están conectados a través de un eje. A estos tres mundos se los conoce en varias culturas como “el árbol del mundo”. En el mundo subterráneo se encuentran los animales de poder y los espíritus de los muertos.

En este mundo, representado por las raíces del árbol, el chamán se enfrenta a todo lo que atenta contra la salud del individuo. También en el mundo subterráneo se encuentran sus guías espirituales y las almas perdidas de sus pacientes. El mundo superior, representado por las ramas del árbol, es aquel en donde habitan los dioses, los ángeles, los espíritus superiores y los maestros espirituales. Los chamanes viajan al mundo superior para obtener conocimiento y sabiduría.

El mundo intermedio, representado por el tronco del árbol, es aquel en el cual viven los seres humanos y constituye la realidad ordinaria. En la concepción chamánica polinesia añaden un mundo más a estas realidades: el ike papakahi, el ike papalua, el ike papakolu y el ike papaha, que representan respectivamente el mundo ordinario, el mundo psíquico, el mundo de los sueños y el mundo existencial. Para el chamanismo esencial, el universo es sagrado y todo tiene un propósito y un significado: somos espíritus que han tomado forma en nuestros cuerpos y que hemos bajado desde nuestro hogar en los cielos a este mundo para aprender en diferentes vidas y existencias.

Chamanismo celta Dentro de la descendencia chamánica, merecen mención aparte los druidas de la cultura celta. Portadores de una gran tradición religiosa pagana con caracteres animistas heredada de sus orígenes chamánicos indoeuropeos, los druidas eran los sacerdotes celtas, responsables de los sacrificios religiosos y mediadores entre los hombres y los dioses. Además eran jueces, historiadores, médicos, maestros, consejeros, astrólogos y magos. De hecho, fueron uno de los cuerpos iniciáticos más importantes de la antigüedad.

y realizaban viajes a través de ellos mediante estados alterados de conciencia. Estaban unidos a la naturaleza y se comunicaban con los espíritus de las plantas, de los árboles y de los animales. Además eran médiums que hablaban con sus antepasados y recibían información de ellos. El sacerdote druida creía en la inmortalidad del alma o espíritu que anidaba en el interior del cuerpo; por eso la muerte era un hecho muy importante: la vida era un sueño y lo real estaba al otro lado, en el otro mundo. Normalmente la formación de los druidas se realizaba desde la niñez. El camino iniciático en las enseñanzas y prácticas druídicas era un proceso largo y arduo, en el que el aprendiz debía sufrir un proceso de muerte y resurrección hasta alcanzar el conocimiento y convertirse en un druida.

Autor: David Sentinella