Hasta ahora el Cloud Computing estaba reservado a grandes corporaciones y multinacionales, pero ha llegado el momento de las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Adelántate a las masas y valora ya esta revolucionaria solución tecnológica. Todos usamos Gmail, Facebook o Linkedin, pero realmente no tenemos el programa en el ordenador: tan solo con un usuario y una clave podemos acceder a nuestros correos y cuentas desde cualquier ordenador del mundo. Estos ejemplos los podemos extender al resto de aplicaciones, que es lo que hace el Cloud Computing (Computación en la Nube, traducción literal del inglés), un concepto de sistema informático por el cual, en vez de ejecutar los programas en nuestros equipos, se ejecutan en un centro de datos compartido (la nube).
El Cloud Computing utiliza las redes de Internet por lo que el usuario accede al servicio o la herramienta informática contratada (aplicaciones contables, nóminas, control de procesos…) sólo cuando se conecta a través del navegador donde se aloja dicha herramienta. Son muchos los ejemplos prácticos: un comercial que viaje mucho, puede acceder desde cualquier sitio y cualquier dispositivo, no sólo a sus documentos, sino a todos los programas que utiliza; en la oficina, se puede trabajar desde cualquier ordenador; o una persona que esté acogida a políticas de conciliación en la empresa, puede trabajar perfectamente desde casa.
Además de la ventaja de no ser dependientes de un espacio físico, también es notable el ahorro económico. Los costes de utilización habituales de los sistemas de información de una empresa no son sólo comprar los equipos informáticos y las licencias de software, también hay que incorporar lo que cuesta toda la operación, y pagar técnicos que atiendan los equipos.
El sistema de pago con el Cloud Computing puede ser tanto de suscripción –pagando una cantidad mensual por su uso- o de abono por lo consumido, como hacemos con el móvil. Las firmas especializadas en la comercialización de este tipo de soluciones tecnológicas aseguran que pueden lograr reducir los costes más de un 25% comparándolos con el sistema tradicional. Es importante también destacar la flexibilidad que aporta el modelo del ‘Cloud’, ya que permite aumentar, disminuir o cancelar una contratación o una capacidad tecnológica, de forma muy rápida y sencilla. Se pueden llevar los datos de la empresa contratadora a las propias instalaciones, a otro alojamiento de internet, o si se desea cambiar a otro operador de Cloud Computing, se facilita un ‘contenedor virtual’ con toda la información almacenada.
Es de subrayar asimismo la rapidez de su puesta en marcha. Es más, desde la decisión de contratar Cloud Computing, al comienzo del empleo de los recursos informáticos (tanto software, como hardware) sólo pasan unas horas. Ofrece por ello a las empresas usuarias gran flexibilidad y rapidez a la hora de contratar sus tecnologías al reducir de forma sustancial el tiempo de despliegue de los nuevos sistemas tecnológicos que requiere.
Otra gran ventaja es la seguridad que el Cloud Computing proporciona. Aunque muchas pequeñas y medianas empresas entiendan la importancia de realizar copias de seguridad de sus datos, es difícil para una empresa con recursos limitados desarrollar un sistema fiable y sólo cuando hay una gran crisis, se demuestra la gravedad del problema. Con este sistema, una empresa, de forma desatendida, puede obtener una réplica completa no sólo de sus datos, sino de todas sus aplicaciones para que en caso de avería, incendio, etc, los usuarios puedan seguir trabajando en menos de cuatro horas.
Escritor: María Arroyo