Teoría Neoliberal

Si la postmodernidad es la lógica cultural del tardocapitalismo, la plena posmodernidad es el reflejo cultural del neoliberalismo, no en vano la edad de oro de un tardocapitalismo sin trabas. En otras palabras, el neoliberalismo es la base material de la postmodernidad en su auge común.

El mensaje de esta teoría quedó en estadio «teórico» durante más de veinte años. Todo cambia con el estallido de la gran crisis del modelo económico de posguerra, en 1974 [a partir de 1973 (crisis del petróleo)]. Los países capitalistas entran en una crisis profunda, combinándose una tasa inflación alta con una de crecimiento bajo. En este contexto, los ideales neoliberales se posicionan. Von Hayek y sus camaradas afirmaban que las raíces de la crisis se fundamentaban en el poder excesivo y nefasto de los sindicatos, y, en general, del movimiento obrero. Según ellos, los sindicatos habían socavado las bases de la acumulación privada (de la inversión) con sus reivindicaciones salariales y con sus presiones para que el Estado aumentara incesantemente los gastos sociales parasitarios.[1]

Estas dos presiones habían recortado los márgenes de beneficio de las empresas y desencadenado procesos inflacionarios (alza de precios) que no podían sino concluir en una crisis generalizada de la economía de mercado. En vista de ello, el remedio es claro: mantener un Estado fuerte, capaz de controlar estrictamente la evolución de la masa monetaria (política monetarista). Por el contrario, es necesario que ese Estado sea bien austero en el dominio de los gastos sociales, y que se abstenga de intervenciones económicas. La estabilidad monetaria debe constituir la meta suprema de todo gobierno.[2]

Según lo anteriormente planteado los estados deben garantizar una estabilidad monetaria y dependerá en gran medida de ellos que se asuman tendencias como el desarrollo sostenible. S i los estados asumen este tema como una prioridad para el bienestar de los países el camino sería más expedito. De esta manera se puede concluir de esta teoría en relación con el tema. que la voluntad de los estados está relacionada con los resultados que se puedan obtener, se precisa para lograr la sostenibilidad que el estado se identifique y lo asuma como una necesidad.



[1] Celso Furtado, La fantasía organizada, Eudeba, Buenos Aires, 1988, p. 90.

 

[2] Celso Furtado, La formación económica de Brasil, Fondo de Cultura Económica, México, 1962, y Celso Furtado, La economía latinoamericana  desde la conquista ibérica hasta la revolución cubana, Siglo XXI Editores, México, 1973.

Autor: Bernardo