TIC: ¿herramienta pedagógica o herramienta instrumental?

En estos últimos años se ha presenciado un crecimiento exponencial de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en todos los ámbitos de la vida cotidiana pero, principalmente, en la esfera escolar a partir de la llegada de ciertos dispositivos al aula (computadoras, celulares con Internet, tablets, etc.). hasta la televisión, el cine, las revistas, las fotografías, entre otros medios). Como los educandos de hoy nacieron inmersos en estas tecnologías, el debate en el ámbito escolar acerca de los beneficios y las resistencias sobre las TIC ha cobrado enormes dimensiones: ¿Se debe enseñar sobre o a través de los medios? ¿Qué lugar ocupa el pensamiento crítico en la enseñanza de TIC? ¿La formación docente ha quedado obsoleta? ¿Qué relación debe establecerse entre los contenidos y el mercado laboral? Estas son algunas de las preguntas que la experiencia de las TIC en el aula han disparado.

Para intentar responder alguna de estas dudas es imprescindible recurrir a David Buckingham, ya que este profesor inglés hizo un minucioso estudio acerca de las creencias que instaló la tecnología en la escuela desde los años 80: cuenta que Seymour Papert, gurú de la tecnología estadounidense, sostenía que las tecnologías transformarían la educación, tanto es así que haría anticuada a la propia escuela y ésta sería reemplazada por las computadoras. Pero, ya en el Siglo XXI, se puede sostener que esa hipótesis ha sido refutada, no sólo porque la escuela como institución está aún muy presente, sino también porque esa ‘visión’ que tuvo Papert es muy corriente en la historia de los medios: Thomas Edison ya creía que a través de las películas se revolucionaría la educación, lo mismo se pensó sobre la radio, la televisión y las máquinas de enseñanza de los años ‘60, por lo que, ese discurso apocalíptico parece ser mucho más común de lo que se tendería a creer.

En contraposición a esta mirada tecnofílica, se ha desarrollado una perspectiva crítica que explicita que el objetivo deseable de las TIC es una educación sobre los medios, es decir, una enseñanza acerca de los agentes de los medios, sus mensajes, sus recursos, con el fin de que el educando conozca -y pueda ponerse en guardia- sobre las tácticas y estrategias que despliegan los medios masivos de comunicación (en todas sus versiones) para persuadir o convencer. Esta perspectiva crítica es defendida por docentes cercanos a la educación popular o la pedagogía crítica, ellos adoptan una posición antagónica respecto de una enseñanza a través de los medios que, argumentan, persigue un objetivo instrumental en función de las expectativas del mercado laboral, apoyada a su vez por políticas gubernamentales orientadas a “fabricar” mano de obra capacitada en tecnología para competir económicamente.

En verdad, estos dos polos no son excluyentes, sino que pueden ser pensados evolutivamente: cuando se transmita y se aprehenda sobre los medios y sus diversas aristas, recién ahí se podrá apuntar a una educación a través de los medios, abandonando la creencia de que Internet es la panacea de la educación y asumiendo que es una herramienta más que debe ser utilizada con responsabilidad y atención. Esto plantea, además, el problema ya conocido acerca de la formación docente pues hoy se manifiesta una nueva brecha digital, ya no entre pobres y ricos, sino entre educadores y educandos. El desafío que se presenta ahora es llenar esa brecha con un interés renovado, haciendo foco en la cultura digital de los jóvenes y, para esto, es imprescindible repensar la formación de docentes de manera universal, gratuita y de calidad.

Una de las principales paradojas que levanta esta contienda es que, mientras el campo de prácticas y hábitos técnicos se amplía, el campo de ideas y debates académicos se contrae y reduce. Eva Da Porta hace hincapié en este terreno pantanoso, la autora explica que, en lugar de reflexionar sobre la capacidad transformadora de los nuevos medios, el pensamiento pragmático ha ganado terreno en detrimento del pensamiento crítico.

De esta manera, se problematiza la falta de formación de muchos educadores que no están a la altura de las herramientas tecnológicas disponibles -docentes superados por las habilidades que tienen sus estudiantes- pero no se reflexiona sobre el uso instrumental de las TIC en el aula, o sobre el vínculo que existe entre la técnica (nunca neutral) y el poder hegemónico, o sobre las relaciones jerárquicas y el potencial creativo de los sujetos y sus deseos. En esta concepción donde la tecnología es adoptada como ‘la’ solución de todos nuestros problemas culturales, educativos y sociales, se desvanecen las tensiones que dan nacimiento a cualquier fenómeno social. Estos significantes, dice Da Porta, son peligrosos en tanto que representan una utópica sociedad transparente, igualitaria, interconectada y totalmente integrada.

Las TIC en educación tienen tantos fanáticos como verdugos, queda aún mucho por debatir sobre las múltiples potencialidades y limitaciones de estas herramientas. Aunque, a esta altura, la larga historia de los estudios culturales presenta una certeza ineludible: para apuntar verdaderamente a un sujeto crítico frente a la información y la comunicación es necesario poner la mira en los proyectos que comprometan e involucren a los estudiantes, brindando así no solo una alfabetización en TIC, sino también el desarrollo de la creatividad y la imaginación de todos y cada uno de los estudiantes: esto es un gran desafío que toda la institución educativa debería tomar, analizar y practicar.

Bibliografía

BUCKINGHAM, David (2006): “La educación para los medios en la era de la tecnología digital”. Ponencia para el congreso del décimo aniversario de MED “La sapienza di comunicare”, Roma.
DA PORTA, Eva (2011): “Comunicación y Educación: algunas reflexiones para búsqueda de nociones estratégicas”. En Da Porta, Eva (comp.) Comunicación y Educación. Debates actuales desde un campo estratégico. Córdoba: Gráfica del Sur.

Escritor: Maura Rivero

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