UN CONCEPTO JUSTICIA SOCIAL

Frente a los ideales Rwalsianos y de otros escritores de la filosofía política contemporánea cabe mencionar que no hay apertura a un raciocinio abstracto de sus ideas en el contexto latinoamericano, sin embargo lo cito y esbozo brevemente, porque considero pertinente partir de un concepto y una teoría de la justicia social cercana a lo que idealmente se quisiese o se tuviese la esperanza de poseer en una estructura básica de sociedad tal como él la denomina, cuyas influencias se centran en los ámbitos sociales y económicos con tintes políticos de los llamados Estados de Bienestar.

Por otro parte, considero fundamental no adaptar ni acomodar forzosamente sus teorías o principios a un ambiente ajeno al original, pero si demostrar que como él lo indicó en algún momento en su monografía titulada Derecho de gentes, es posible soñar, tener la esperanza, la certeza de que sucederá en un futuro esa distribución adecuada de las riquezas, bienes y derechos en sociedades que respetan las instituciones sociales y en donde el estado hace presencia mediante el control y regulación de los procesos económicos . Aunque muchos de sus críticos han considerado sus obras como utópicas e idealistas que no tienen aplicabilidad o no encuentran los límites entre lo que se piensa y lo que se hace mediante la práctica política, plantea aspectos como los anteriormente mencionados que nos permiten tener un acercamiento con las sociedades de América Latina teniendo presente la diversidad y los pluralismos que nos han caracterizado desde los procesos de colonización hasta las independencias en ese intercambio impuesto durante un largo periodo de tiempo por países que como Inglaterra, Francia, Alemania tuvieron el poder imperante de expandir sus ideologías y sistemas de gobierno a los territorios que se anexaban mediante la invasión y expropiación de tierras y claro está la aculturación de unas costumbres ya muy arraigadas en la época.

Esto conlleva a que no estamos muy alejados de los universalismos que nos impiden realizar un análisis crítico desde la filosofía política contemporánea del tema que nos ocupa en esta investigación: La justicia social, y que por lo tanto al poseer una identidad creada o más bien proveniente de una cultura occidental, implica la viabilidad de reconocer que efectivamente si podemos establecer paralelismos que nos lleven, no a equipararnos con los estados de bienestar, pero si a fortalecer a partir de sus teorías que tanto nos han influenciado para encontrar un camino a la comprensión de las injusticias sociales en nuestros pueblos desde una visión filosófica ya no en universalismos referidos a una visión eurocéntrica, sino a particularismos referidos a pluralismos.

En la Teoría de la Justicia, Rawls busca desarrollar bajo el liberalismo político una concepción de justica social, en donde los hombres son ciudadanos decentes que cumplen y respetan las normas civiles y las leyes, bajo lo que él denomina la estructura básica de sociedad. En este sentido se hace necesario definir el objeto de la justica “como la estructura básica de la sociedad, o más exactamente, el modo en que las instituciones sociales más importantes distribuyen los derechos y deberes fundamentales y determina la división de las ventajas provenientes de la cooperación social” (Rawls,1978.,pp 23).

Además emplea una serie de principios que contribuyen significativamente a la construcción de una sociedad bien ordenada, en principio con unas instituciones políticas y sociales bien estructuradas, que actúan a favor de los ciudadanos y para los ciudadanos en un contexto donde no cabe la corrupción, las injusticias y el fraude, en caso de caer en semejantes delitos será necesario reestructurarlas o abolirlas.

En la Teoría de la Justicia, Rawls busca desarrollar bajo el liberalismo político una concepción de justica social, en donde los hombres son ciudadanos decentes que cumplen y respetan las normas civiles y las leyes, bajo lo que él denomina la gobierno, y en la búsqueda igualitaria y liberal de sus valores y principios; en este sentido se puede hablar de una sociedad democrática, aunque utópica, presenta elementos esenciales como la cooperación social, que basada en el criterio de reciprocidad, acogen una especie de colectivismo, cuyo objeto parte de la estructura básica de sociedad que a su vez, está determina por algo que Rawls llama pluralismo razonable, que en condiciones unánimes todos aceptan de forma racional, claro está, hipotéticamente, como las diferencias existentes entre los ciudadanos (físicas, culturales, morales) se respeta y se tolera la diversidad, pues recordemos que frente a la posición original no existe el reconocimiento sobre qué lugar ocupo en la sociedad, producto del velo de la ignorancia que cubre a todos los ciudadanos desde el momento en que ingresan a la sociedad, hasta que mueren, es decir, hasta que salen de ella.

Un concenso entrecruzado, y no un simple equilibrio de fuerzas como bien lo llama en el derecho de gentes, obedece a los principios de libertad e igualdad dentro de una sociedad doméstica. Los ciudadanos asumen una posición razonable frente a las desigualdades, producto de la teoría contractualista donde los acuerdos originales no se dejan en manos de intereses sociales particulares. Así el criterio de reciprocidad y la cooperación social cumplen un papel fundamental dentro del liberalismo político, pues no permiten los individualismos y reafirma la importancia de la distribución y redistribución de los bienes primarios en una sociedad donde las desigualdades sean válidas en la medida en que redunden en beneficio para los menos favorecidos.

Por otro lado, Rawls se apoya en un liberalismo contemporáneo que se caracteriza por dejar en el pasado su enfoque individualista y se centra en un trabajo colectivo que garantiza la estabilidad de sus afirmaciones e hipótesis en la Teoría de la Justicia y en sus demás escritos, demostrando que la concepción política de la justicia social es válida desde los principios de libertad e igualdad, y desde una idea políticamente razonable , que contribuye significativamente a fundamentar su tendencia utópica, pero que deja en entredicho la presencia de un régimen constitucional democrático en la estructura básica, acompañado de un socialismo, que contradice hasta cierto punto sus ideales, en tanto la democracia como sistema político no puede ser compatible con un enfoque económico como el socialismo, y mucho menos en una sociedad que se supone es igualitaria y equitativa. Por esta razón es preciso aclarar las consecuencias que trae el socialismo a cualquier tipo de sociedad que siga sus concepciones, pensamientos e ideales.

El liberalismo como modelo económico y social respalda en la actualidad la colectividad, la libertad que poseen los ciudadanos de realizar intercambios comerciales bajo la libre competencia, el libre mercado, con el fin de brindar beneficios mutuos, y asegurar la igualdad en la distribución de los bienes primarios. En este orden de ideas es preciso mencionar que el socialismo actúa bajo una planificación centralizada, que busca la abolición de la empresa privada y la privatización de los medios de producción, adicional también busca la igualdad, pero en los ingresos, dejando de lado la igualdad de libertades. El liberalismo por su parte concede un papel fundamental a las libertades básicas, pues aportan en gran medida al buen funcionamiento de las democracias constitucionales.

Escritor: Carolina Castro

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