Quien quiera que pronúncie un discurso semejante, debería abstenerse de tratar el tema de la educación. ministro de educación y cultura, exponiendo tal cantidad de barbaridades tiznadas con el color amargo de la dictadura franquista. «No puede ser de otra manera», palabras del candidato del PP, refiriéndose a una educación basada en la exigéncia y la competitividad por encima de todo. Y extrapolándolo a nuestra sociedad…»no podemos ser de otra manera». ¿Que valores quieren instaurarle, los señores del partido popular a nuestros hijos? No ha habido palabra coherente que saliera de las fauces de Mariano Rajoi, en lo referente al tema educativo, él a lo suyo que es la economía, la especulación y la crispación…eso sí que se le da bien. política del agua y dos, su tratamiento demagógico y sangrante del terrorismo.
Tanto es así, como relato, que vemos un Mariano Rajoi, que cual edificio ruinoso, parece desmoronarse…Hasta el punto de tener que recurrir, otra vez, a «la niña de John Edwards» *, que tan solo cumple la función de una pequeña viga de madera, fina y quebradiza, a punto de hacerse astillas. El alegato final del candidato popular en el debate de la semana anterior, dejaba un claro rastro sobre las papilas gustativas a pelicula americana de serie B, protagonizada por Chuck Norris o Steven Segal.
Señor Rajoi: Lo importante no es sí se suspende una, dos o cuatro asignaturas. Lo realmente fundamental, es seguir el ritmo del alumno, darle los recursos y apoyos necesarios para que se pueda educar libremente, y de este modo encontrar la felicidad. Ya que en esta sociedad en la que vivimos, hay que trabajar para poder hecharse algo al estomago… Y si en tu trabajo eres feliz, si vas con entusiasmo, si te reconforta…si te sientes preparado… Muy mal se te tiene que dar en el resto de ámbitos para que tu vida no sea plena y feliz. Todo esto se puede conseguir. Pero, a través de una educación laica, cientifica, que se centre en el ritmo de los aprendices, y sobre todo que inculque valores de compañerismo, fraternidad y cooperación. Y no como usted dice, con competitividad y exigencias.
Mire usted, señor Rajoi, negando que la dictadura ha retrasado nuestro progreso y la calidad de nuestro sistema educativo, no va a convencer a nadie que entienda o se interese minimamente por el mundo de la educación. Dedíquese a lo suyo, a los macroproyectos urbanísticos y a los proyectos ficticio-crispantes del cemento/agua que tanto le gusta predicar. Deje los temas de educación en manos de especialistas. A quedado usted en ridículo ante la comunidad educativa del estado y ante todo padre o madre, con un ápice de conocimiento que estime a sus hijos y vele por su futuro. ( Como bien dijo, Jim Field, Sigüenza, Guadalajara. Publicado en la sección de opinión de «El país» el lunes 3 de febrero, pág. 36).
Autor: Jorge Olcina Nuevo.