y ciertas problemáticas educativas de la actualidad en torno al rol de la escuela y los desafíos que ésta debe asumir en el siglo XX. Frente a dicha situación se desata una discusión entre directivos, el colectivo de estudiantes, los profesores. Por un lado, los actores institucionales tildan el hecho como una falta de respeto y por lo tanto inadmisible de ser comunicada en público; por otro, los implicados destacan todos los rasgos de la institución que consideran negativos: la modalidad de enseñanza y la escasa relevancia de los contenidos, el desconocimiento de la opinión y los intereses de los alumnos por parte de la escuela, la poca atención a la diversidad de los estudiantes y en general a la homogeneización de las prácticas escolares.
De esta manera, la película, recorre una historia de la institución escolar desde su creación hasta el presente haciendo hincapié en la necesidad de cambio de los sistemas escolares los cuales privilegian los objetivos, desconocen los procesos de aprendizaje necesariamente diversos por los que atraviesan los estudiantes, privilegian únicamente los conocimientos formales, fomentan la competencia y el individualismos entre los alumnos, Asimismo, destacan el carácter exclusivo del sistema educativo y la poca interacción entre la escuela y el mundo exterior.
En este sentido, la película invita a pensar qué importancia tiene lo escolar en un mundo donde los espacios de socialización, intercambio y aprendizaje entre los estudiantes se ampliaron: existen los medios masivos de comunicación, los celulares con internet, las redes sociales. En un clima de época que postula el fin de las instituciones, considero que la escuela debe asumir un papel clave en tanto actor educativo. Por eso mismo, creo que el tratamiento de lo escolar en la actualidad debe centrarse en distintas dimensiones para enriquecer el debate y generar herramientas para poder potencial el rol de la escuela en la posmodernidad.
Por su parte, la película inicia, entonces, una serie de reflexiones en torno a una “nueva escuela”. Se destaca la necesidad de la autoeducación y se problematiza si acaso la escuela es la única institución donde puede darse la práctica educativa. Testimonios incluidos acuerdan en la urgencia de “desescolarizar la escuela” como proceso de expulsión de todos los elementos que impiden o retrasan el aprendizaje de los estudiantes. Se menciona la posibilidad de construir un nuevo paradigma educativo en el cual estén las condiciones dadas para que cada estudiante pueda autoexplorar y potenciar sus propios intereses y objetivos en la vida. En esta línea, la línea argumental del documental se pregunta si acaso las experiencias de tinte educativo que se llevan adelante en el seno de la familia, los clubes, las organizaciones sociales gozan de la misma validez que la experiencia escolar.
Así, el documental “La educación prohibida” abre una línea sobre la cual es enriquecedor construir el debate sobre el rol en la escuela en la actualidad. Evidentemente, la escuela como institución presenta fracturas, tensiones, avances y retrocesos. La existencia de nuevas prácticas y ámbitos educativos no debe permitir que se olviden los desafíos que en la actualidad atraviesa la escuela. En este punto, estoy convencida que la reflexión sobre estrategias educativas aporta positivamente a este escenario. Entender el aprendizaje como un proceso no lineal que ocurre en el tiempo en diferentes contextos en el cual el sujeto en cuestión debe volver sobre los temas, conceptos e ideas para resignificarlos, permite ampliar el panorama de la enseñanza.
Escritor: Sofía Mareque