La autoayuda y la construcción del “yo” en los tiempos contemporáneos

El género discursivo de la autoayuda ha tenido una expansión notoria desde los años noventa, pudiendo encontrarse sus inicios como tal en la década de los setenta en algunas obras literarias estadounidenses (Tus Zonas Erróneas de Wayne Dyer, de 1976, es un Best Seller que sigue editándose en la actualidad). Si bien existen algunos otros escritos con temáticas similares en décadas anteriores, podrían ser calificados como antecedentes o condiciones para la producción de dichos productos masivos, ya que estaban ubicados en contextos sociales diferentes y no formaban parte de una producción en serie.

Es necesario situar históricamente el surgimiento y desarrollo del discurso de autoayuda, para poder intentar comprender su éxito y masividad en el mercado literario, en un comienzo, y en otros medios de comunicación (radio, tv, revistas, presentaciones en teatros de sus autores). Desde mediados de la década de los setenta se ha ingresado en un período histórico de diferentes denominaciones: Post-industrialismo, modernidad tardía, posmodernidad, etc. Algunas características claves, desde lo económico y social, ha sido la caída de los Estados de Bienestar, lo cual ha producido un cambio notorio en las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales.

Algunos de los aspectos a destacar de esta situación son el predominio del capital financiero, la inestabilidad y flexibilización laboral, el aumento del desempleo, el avance tecno-informático constante, entre otros. Esta nueva configuración ha impactado sobre la subjetividad de los individuos de las sociedades occidentales, quienes han visto afectadas sus vidas, en cuanto a la seguridad social (empleo estable y cobertura de servicios sociales) y debieron adaptarse a situaciones de constante cambio en lo laboral, lo cual ha impactado en el devenir de su cotidianeidad.en sus decisiones?industrial.

El filósofo italiano Franco Berardi, en su obra, “La Fábrica de la infelicidad”, destaca esta situación y agrega que el ritmo del mundo occidental actual es impensable sin el gran mercado de drogas legales e ilegales, fundamentales para soportar la aceleración. Algo similar podría pensarse con el consumidor de los diferentes productos de autoayuda, que proliferan constantemente, y proponen una solución que se encontraría en su propio interior, brindando una suerte de “tranquilidad” temporal. Como se destacó al comienzo de este artículo ya no es solo literatura; surgieron programas de tv, radio, revistas y demás productos mass-mediáticos que cumplen con las características del género.

Existen distintas corrientes, dentro de la autoayuda, a pesar de pertenecer al mismo género. Unos autores son psicólogos, otros provienen del marketing y el management, y algunos del estudio de religiones orientales, de las cuales toman elementos y los adaptan al discurso de autoayuda. Si bien existen “lecturas preferenciales”, como plantea el experto en estudios culturales, Stuart Hall, que los textos proponen a los consumidores, también, estos últimos, pueden realizar sus interpretaciones, dentro de los límites socio-culturales de un momento histórico determinado. Por ejemplo, quizás, a un individuo puedan resultarle útil aprender algunos ejercicios de meditación y mejorar en algún aspecto su calidad de vida.

En síntesis, no es la idea considerar que los productos mass-mediáticos de autoayuda produzcan mecánicamente sujetos individualistas, ni tampoco señalar que sus autores colaboren conscientemente en la reproducción del sistema social. Sin embargo, estos discursos circulan en condiciones determinadas, promoviendo un “yo” que coincide (con diferentes matices según el producto específico) con lo presupuesto y promovido por el mercado laboral occidental actual, en tanto la subjetividad construida aspira a un individuo que sea capaz de adaptarse por sí mismo a cambios constantes sin realizar cuestionamientos que apunten hacia las condiciones sociales de existencia.

Escritor: Daniel Bocchio