Este escrito, contiene una reflexión sobre los aspectos que considero más importantes potenciar en la educación de los niños y los jóvenes y el papel que los libros de texto juegan en este proceso En primer lugar, si atendemos a los métodos de enseñanza/aprendizaje del profesor, es importante fomentar un aprendizaje significativo, que el aprendizaje esté adaptado al nivel de conocimientos del alumno (a su zona de desarrollo próximo), que se emplee un vocabulario y unas explicaciones asequibles, que los niños y jóvenes puedan aplicar estos aprendizajes a situaciones de su vida cotidiana y los puedan relacionar con sus
conocimientos previos.
Para conseguirlo sería interesante globalizar los contenidos, que la misma temática se aborde con diversos enfoques desde las distintas asignaturas, y atender más a la calidad que a la cantidad de los mismos. Es esencial que los alumnos dominen con soltura los contenidos básicos y repetir estos contenidos periódicamente, cuando intentamos diversificar mucho, el dominio de los contenidos esenciales es más somero y está menos afianzado.
Hay que fomentar sobre todo la adquisición de procedimientos y técnicas útiles que faciliten el estudio y doten al alumno de recursos prácticos, abordando las distintas competencias y sin olvidar la importancia de la educación en valores. La educación no debe reducirse a impartir conocimientos, es esencial trabajar las habilidades sociales y favorecer alternativas de resolución de problemas a través del diálogo, dado que en general, nuestros niños y jóvenes son bastante egocéntricos y les cuesta desarrollar la
empatía hacia los demás. Estos recursos no son innatos, se pueden aprender a través de la observación y la imitación, pero muchos alumnos requieren de un aprendizaje más pautado.
En relación a las características de los alumnos que deben potenciarse desde la educación, es importante favorecer una autonomía creciente, la adquisición de unos hábitos de trabajo y estudio diarios y dar importancia al papel del esfuerzo y la constancia en la progresión realizada.
Otros aspectos relacionados con las áreas que debemos reforzar, por el poco tiempo que se le puede dedicar en las aulas y por la repercusión que tienen en las demás asignaturas serían: la importancia de adquirir un hábito lector e interés por la lectura, el fomento de actividades que impliquen expresión oral y que favorezcan el enriquecimiento del vocabulario y el cálculo mental que proporciona fluidez al pensamiento matemático. Igualmente es esencial fomentar los aprendizajes mediante la experiencia directa y la manipulación de materiales, potenciando la investigación y el trabajo en equipo.
No podemos olvidar el papel esencial que desempeñan las familias como estimuladores y prolongadores de la labor de la escuela.Sobre el papel que juegan los libros de texto en la educación, podemos señalar como aspectos positivos que ofrecen orientaciones y una secuencia de enseñanza ajustada a un año escolar, proporcionan una fuente inagotable de recursos, son muy atractivos, permiten trabajar en el mismo libro en los primeros niveles, cuando todavía la
lectoescritura no está afianzada, están muy especializados, ya que hoy en día existen cuadernillos para reforzar todos los bloques, es un buen material de consulta y repaso y facilita que los padres realicen un seguimiento de la educación de sus hijos.
No obstante no podemos olvidar que su uso uniformiza y determina el ritmo de la clase, ya que no se dispone de tiempo suficiente para ampliar y reforzar los contenidos trabajados. Por todo ello considero que un buen libro de texto debe ser una herramienta de apoyo, que pueda emplearse de forma flexible y proporcione un banco de recursos variados: actividades de refuerzo y ampliación, material multimedia (que se pueda trabajar desde el ordenador y las pizarras digitales), que trabaje las distintas competencias y que favorezca el trabajo experiencial.
Escritor: Isabel López Gutiérrez