El siguiente texto trata de describir analíticamente la complejidad en que se desarrolla una política pública, que independientemente de su tipo y especificidad, desde los años 60’ numerosos analistas y asesores de políticos y dirigentes gubernamentales en el mundo, se han focalizado en buscar lograr la optimización de una policy. Desde la visión anglosajona pluralista de la política, sostiene la existencia de una hacedor de la política, es decir, es un profesional cuyo conocimiento racional y técnico, es experto en el análisis del proceso de políticas públicas: ajeno al contexto y/o medio físico y natural que se mueven las personas, cree que éste experto puede crear las medidas de gobierno desde el método incrementalista, es decir, simplemente se planifica y se ira realizando pequeños cambios frente a los problemas inmediatos y evitar tratar de crear un plan estratégico general.

Una de las críticas que recibió esta concepción fue su raíz conservadora, ya que no solo el experto no es una entelequia absolutamente racional y que debe contemplar el medio y el contexto, sino que también todo tipo de cambio que se deba realizar a una medida debe ser gradual. Además, ve al Estado como una caja negra que procesa las demandas de individuos y grupos de interés, y da una respuesta y/o solución. Sin embargo, años posteriores se ha reformulado estos conceptos y con el devenir de los procesos democratizadores de los años 80’ en América Latina, se ha puesto un nuevo énfasis en la visión del Estado y de las políticas públicas: el Estado es una relación social entre individuos, grupos o clases, que constituye una unidad política que representa y organiza a las clases dominantes.

Esta relación se materializa en el interior de sus instituciones, reflejando con ello, las distintas relaciones de fuerza social en una auténtica arena de disputa política pero que a su vez las moldea y las estabiliza: disgrega instancias autónomas que pueden llegar a competir entre sí, como así también expandir sus propias relaciones de clase o de interés. Esta autonomía relativa, convierte al Estado en una instancia de mediación o equilibrio posibilitando una política común.

El Estado y sus agencias públicas están atravesados e interconectados, por un lado, con las relaciones de producción y la división social del trabajo en el marco de una sociedad capitalista que a escala planetaria no tiene una homogeneidad de matices sino que tiene sus propias particularidades en la acumulación del capital de cada país o zona geográfica, y por el otro lado, en la posición o lugar de clase del personal del Estado, que es muy diferente a su origen de clase. Por tanto, una política pública sería un acorde de un proceso social tejido alrededor de una cuestión; sus ejecutantes son actores sociales (estatales y civiles) cuyas políticas van delimitando el ritmo del proceso social, es decir, las políticas de estado es resultado del choque reciproco de los diferentes individuos y grupos al interior del Estado y la sociedad.

Se puede jerarquizar a la pequeña burguesía en los escalones intermedios y a los sectores subalternos, en los estratos más bajos de la estructura estatal. La sola presencia de ambos sectores sumado al efecto de las luchas populares repercute en fisuras, rupturas y divisiones en las altas esferas. Las cuestiones consideradas socialmente problematizadas, son aquellas necesidades y demandas de ciertos grupos de interés o individuos que creen que pueden y debe hacerse algo, estando en condiciones de incorporar a la agenda de problemas, por su capacidad de recursos y movilización. Toda política pública tiene un ciclo vital que se extiende desde su problematización hasta su resolución, partiendo de su diseño, implementación, evaluación y diferentes alternativas. La resolución de la cuestión significa la salida de la agenda, aun cuando el problema está latente y no solucionado.

A lo largo del proceso, los diferentes actores, positiva o negativamente, toman una postura frente a la misma, tendiendo a modificar el mapa de relaciones y el universo de problemas, objeto de la arena política, en un momento histórico determinado. La toma de posición del Estado implica un intento de resolución de la cuestión, incluye decisiones de una o más organismos estatales, simultáneas o sucesivas en el tiempo. La complejidad dinámica de cada política, que responde al contexto de implementación, comprende:

A) Factor sistémico: la estructura que tiene el sistema internacional;

B) Factor institucional: es la capacidad y limitaciones institucionales y/o administrativo en las tomas de decisión;

C) Factor social: son las características de la población, territorial, cultural e histórica y económica;

D) Factor político: varía según sea el régimen político, alineación internacional, etc.

A modo de conclusión, se comprenderá que bajo la dimensión que se desarrolla cada política pública, adquiere su sentido y dirección, según cual sea la correlación de fuerzas sociales que gobiernen y determinen el tipo de acumulación capitalista. A modo de ilustración, la historia nos demuestra que cada vez que la clase obrera ha tenido participación en las instituciones gubernamentales, las medidas de gobierno han beneficiado el consumo interno y la solidaridad social. Y cada vez que la clase obrera no ha participado, las medidas de gobierno fueron orientadas a la reproducción del gran capital sin una justa distribución social.

Autor: Damian Sgro