DANZAS Y CANCIONES DE RONDAS

Las canciones de rondas, mayormente conocidas como danzas, son rituales grupales generadores de energía usados en ámbitos recreativos, educativos o sociales. Por lo general se utiliza en el ámbito de la infancia, pero hay muchas experiencias con adultos en espacios sociales.

No hay mucho escrito sobre danzas y canciones de rondas, lo más común que podemos encontrar son los cancioneros en donde están escritas las letras de las canciones y alguna referencia sobre su ritmo y su baile, pero no logran ser muy efectivos en el caso de no haberla escuchado alguna vez. Cada danza se realiza de un modo distinto a las demás, algunas la cantan todos al mismo tiempo y otras la cantan por turnos; existen aquellas en las que los participantes repiten lo que el coordinador canta, y las que los participantes le contestan cantando una letra distinta. Es por esto que no basta solo con escribir la letra de la canción en una hoja, se vuelve muy complicado explicar en detalle de una manera clara toda la información que lleva una sola danza. La función real de los cancioneros es crear un archivo personal para que a través del paso del tiempo uno/a mantenga su propio repertorio activo y no la multiplicación.

A pesar de esto uno de los primeros resultados que aparecen al buscar información por internet, son cancioneros que publican los boys scouts, o paginas de Ed. Física y recreación. Estos cancioneros son rápidamente bajados por estudiantes o trabajadores que buscan interiorizarse sobre esta herramienta, pero rápidamente los cancioneros quedan obsoletos al no poder multiplicar el saber. ¿Qué conclusión podemos sacar de esto? Para aprender una danza no necesitamos solamente saber su letra, necesitamos conocer su dinámica, su ritmo, su baile y su objetivo. Es por esto que debemos verlas, bailarlas y practicarlas para poder incluirlas en nuestro propio cancionero. Las rondas son el espacio ideal para regular las energías de aquellos grupos que empiezan o terminan alguna actividad.

Funciona como un estabilizador que ayuda a romper el hielo en aquellas actividades en las cuales se trabaja poniendo el cuerpo y la energía por el otro, entiéndase por esto a organizaciones sociales que necesitan de la confianza grupal como motor para realizar sus objetivos, a las asambleas vecinales, centros culturales, espacios artísticos, etc.

Los participantes de estos espacios se ven contagiados por sus compañeros en el momento de cantar y la energía fluye fraternalmente cuando se alcanza la entrega total, de esta manera se logra poner en sintonía a todos por igual para obtener un registro del compañero y continuar con el taller o con el trabajo de la organización. Un buen ejemplo de esto es un estadio de futbol lleno de espectadores, ellos logran transmitir a su equipo un deseo, una motivación o un enojo, y la tensión que se genera puede ser observada por alguien que se encuentre fuera de este fenomeno.

Las danzas contienen las características de cualquier actividad grupal, pero se debe tener en cuenta que no es lo mismo cantar una danza que otra, como no es lo mismo realizar una dinámica grupal que otra. No hay una clasificación universal para las danzas, y cada uno puede hacer su propia clasificación como su propia danza, pero es importante tener en cuenta que para llegar a realizar ciertas canciones de ronda, el grupo debe estar preparado a nivel corporal y vincular para desinhibirse y poder exponerse a la mirada del otro. Esto último a lo que hacemos referencia, cuenta tanto como para niños/as y adultos, mas allá que en la infancia halla menos barreras y prejuicios que romper.

Se debe prestar atención el compromiso corporal que implica para el grupo hacer una danza, por esto se debe tener en cuenta qué es lo que estaban haciendo los participantes inmediatamente antes de comenzar a cantar. No es lo mismo hacer una danza con un grupo de empleados que vienen de un seminario de tres horas donde estuvieron todo el tiempo sentados, que hacerla con un grupo de scouts en algún campamento. De tomar el primer ejemplo no es conveniente comenzar con una danza de alto grado de exposición y mucho compromiso corporal, esto seguramente provocará que muchos participantes abandonen o no se comprometan mucho en la actividad. De esta manera el objetivo grupal será imposible de alcanzar, por eso un coordinador de danzas debe plantearse la totalidad del cancionero como un proceso, que como tal, tiene un inicio, un desarrollo y un cierre. Al mismo tiempo debe tener presente que las rondas forman parte de un proceso más amplio (campamento, viaje de estudios, encuentros recreativos, talleres culturales, etc.) en el que los participantes entran a la ronda con una sensación de vergüenza o falta de energía, inhibición, desgano y que con el correr de las canciones ven que su cuerpo se entrega, terminando por expresar corporalmente soltura, comodidad y disfrute.

La intensidad es también un tema a tener en cuenta, si con las canciones elegidas el coordinador propone danzas de gran desgaste de manera prolongada, se encontrará con el obstáculo del cansancio en el grupo, y sus posibles consecuencias (abandono, cansancio y ganas de mirar); esto es y debe ser una variable importante en una buena planificación. Hasta aquí un paneo general para poder comprender una herramienta tan importante como puede llegar a ser una canción de ronda grupal para quien tenga el rol de coordinar un grupo de estudiantes o de trabajo y cuál puede ser la mejor manera de adaptarlas a las distintas situaciones que se presentan en las dinámicas grupales.

Autor: SEBASTIÁN E. FRUGONI