No hay nada más complicado que vencer el temor al papel inmaculado. Tu mente está tan llena de ideas pero al mismo tiempo tan vacía, que no se te ocurre nada para llenar esa hoja en blanco.
Te sientes presionado a dar lo mejor de ti mismo e, imaginas como podría satisfacer tu escrito al lector. Es inevitable dejar de afectarse. Yo personalmente tengo un método el cual me suelta funcionar en algunas, sino la mayoría de ocasiones o situaciones. Este método tiene que ver con aterrizar en primer lugar las ideas. Esa maraña de ideas que anegan tu cabeza y, en determinado momento ya no te deja fluir nuevas ideas y, hasta llega a confundirte.

Aterrizar luego hilvanar. Hay un término bastante traqueado por colegas Administradores de empresas y es el de “Hacer una lluvia de ideas”. No es más que lo que acabo de exponerles: Generar ideas y después aterrizarlas. ¿Cómo lo haces?… Lo más complicado es el inicio. Es como cuando aprendes a caminar o a montar en bicicleta. Lo más difícil se llama: “Determinación”. Tengo una persona muy importante en mi vida a la que le he enseñado 3 secretos para conseguir mejores resultados académicos:

Secreto número 1. Disposición. Siendo totalmente literales con la definición del diccionario, disposición hace alusión al “estado anímico o actitud que se tiene para hacer o emprender algo”. Es un precepto que se impone en el momento mismo de pretender iniciar una actividad, sea cual fuere e independientemente de la naturaleza que la enmarque.

Secreto número 2. Concentración. Al igual que con la expresión anterior, tomaremos el significado que nos enmarca el diccionario, el cual señala que concentración es “mantener la atención fija en lo que se hace o en lo que se piensa, hasta llegar a aislarse de los demás”.

No obstante hay que aclarar un punto importante y es el hecho que no se trata de estar lejos de distracciones, de variaciones de estado y demás factores que contribuyan a alterar el orden natural de las cosas, sino que, a pesar de ello, se logre aislar la mente y fijar la atención en un objetivo.

Secreto número 3. Paciencia. De esta noción vale la pena rescatar dos conceptos, si no suena redundante decirlo de esta forma: Uno, es el hecho de asociar el término mismo de “Paciencia” con la capacidad que se tiene de sufrir y soportar o tolerar situaciones adversas con entereza y sin lamentaciones. Es una visión bastante fuerte pero para nada lejos de la realidad. Dos, es la noción misma del término que la representa como la “Capacidad de esperar con tranquilidad una cosa que tarda. Es bien asociado con el término “Perseverancia” siendo este sinónimo del primero. Disposición + concentración + paciencia = Excelencia. Pero, ¿Que es la excelencia? Si buscas el significado de excelencia en un diccionario, encontraras con sorpresa tal vez que, la definición no se ajusta con lo que tienes en mente al momento de utilizarla. Por ejemplo, esta es la definición de excelencia, extraída de dos diccionarios diferentes: ” .

Para mi, estimados lectores, la excelencia es la conjugación viva y plena de tres ingredientes: DISPOSICIÓN, CONCENTRACIÓN y PACIENCIA (PERSEVERANCIA) y, con ello mi definición personal: requerida para emprender un cometido, siendo capaz de alejarse de todo tipo de distracciones que aquieten mente y cuerpo, sin desfallecer por la obtención circunstancial de resultados adversos pues, esta condición le otorga al individuo la facultad de explorar, corregir y reestructurar, las vías utilizadas para alcanzar un objetivo, por aquellas que, una vez evaluadas, lo llevarán a obtener los resultados esperados. Son estos pues, señor lector, los tres elementos que comparto con usted y que, de seguro, contribuirán a mejorar sus resultados no solamente académicos sino en todo ámbito donde pretenda poner estos tres secretos en práctica.

Escritor: Liliana Guzmán