ACTIVIDAD FISICA, EJERCICIO Y SALUD – 4 parte –

Esta opción que aporta el autor, permite que los grupos de población sedentarios, no habituados a la práctica de actividad física, o que no son capaces a mantener sesiones continuadas, puedan obtener los beneficios con una práctica discontinua y regular.

El Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) (36), de forma general recomienda de 15 a 20 semanas de ejercicio físico regular para conseguir beneficios en la forma física global del individuo, a pesar de que, en muchos de los casos, los efectos en la salud mental pueden ser inmediatos.

La ACSM, es el organismo oficial que diseña una guía general de ejercicio donde se concretan específicamente cada una de las variables que determinan el ejercicio y correlacionan con un buen estado de salud. El resultado se consigue en base al análisis de un gran volumen de publicaciones científicas en esta línea. Los resultados empíricos contrastados determinan las variables del ejercicio. El resultado final, es el diseño de dos guías complementarias, en una específica la recomendación del ejercicio físico aeróbico, y, en otra en la pauta de recomendación para el trabajo de la fuerza-resistencia muscular. Considerando el período de una semana, la actividad ideal corresponde a 3 sesiones de ejercicio aeróbico combinado con 2 sesiones intercaladas de trabajo de fuerza-resistencia muscular en un marco psicosocial agradable.

Finalmente, hay que considerar los riesgos asociados a la práctica de actividad física. Los problemas más habituales son el dolor muscular retardado (DOMS), mareo, disnea, lipotimia, caída, lesión muscular y esquelética, fatiga, que suelen producirse por una actividad física excesiva o por un comienzo brusco para el que el cuerpo no está preparado. Otros problemas más serios podrían ser el infarto de miocardio o la muerte súbita (aunque son mucho más raros y relacionados con la población sedentaria con condiciones de mal estado de salud y la presencia de arteriosclerosis avanzada).

Para evitar los peligros expuestos en el párrafo anterior, hay que considerar la revisión médica inicial, aumentando el nivel de actividad de forma progresiva, con un control directo con el pulsómetro, tanto de la frecuencia cardiaca de trabajo como de la recuperación post-y, regulada con la escala de Borg, G. CR-10 la cual identifica la percepción subjetiva de esfuerzo del participante. Se debe evitar que el participante llegue a un estado de agotamiento. Deben minimizarse los riesgos potenciales evitando los efectos no deseados asociados al ejercicio.

Autor: Manuel Rozalen