No hay nada mejor para un bebé que la lactancia materna ya que la leche materna se adapta a las diferentes necesidades del bebé, aún cuando sea un bebé prematuro.
La leche materna es fuente de inmunoglobulina A (IgA), lactoferrina, neutrófilos, proteínas y todo lo que le permitirá al bebé crecer y desarrollarse de manera saludable.
Si el bebé nace prematuramente, la leche materna contiene más proteínas, sodio, hierro y defensas para combatir las infecciones que la leche de una madre cuyo parto se desarrolló a término.
Es normal que las madres no tengan una gran cantidad de leche luego de dar a luz ya que la producción se incrementa con la succión del lactante y sobre todo, porque los bebés prematuros no ingerieren grandes cantidades de leche.
Priorizar la leche materna en los bebés prematuros es lo más recomendable.
Cuándo es el momento ideal para sumar la alimentación complementaria a los bebés prematuros suele ser la pregunta más comúnmente escuchada.
En caso de que el bebé se alimente con leche de fórmula, los pediatras comienzan a introducir alimentos a los 4 meses de edad (2 meses sin corregir la edad) El aparato digestivo, renal y hepático del bebé aún no está del todo preparado para comenzar a digerir los nuevos alimentos que se le administrarán.
La Anemia:
Los bebés nacidos prematuramente tienen más riesgos de sufrir anemia que los bebés que nacieron a término. Por esto, se le indica a sus padres que le suministren suplementos de hierro hasta que el bebé comience a ingerir carnes, legumbres, huevos y alimentos ricos en hierro.