ANTIOQUIA UN DEPARTAMENTO POR DESCUBRIR

En el año 2013 en todos los rincones del departamento de Antioquia se celebraban 200 años de su independencia, la gente en las calles, estudiantes y profesores en las aulas de clase conmemoraban la libertad de los habitantes de este territorio. Sin embargo muchos de estos celebrantes se quedaron sólo en palabras y gritos, sin imaginarse que ese 11 de agosto de 1813 el departamento inició el camino hacia la construcción de una identidad propia que aún en siglo XXI trasciende fronteras que hace que Antioquia sobresalga del resto de los departamentos de Colombia. Entonces cabe preguntarse ¿Qué hace de Antioquia un lugar tan especial para propios y visitantes?.

Para darle respuesta a dicha pregunta es pertinente recordar aspectos generales de su ubicación, éste se encuentra situado al noroccidente de Colombia, “limita al norte con el mar Caribe y el departamento de Córdoba, al occidente con el departamento del Chocó, al sur con los departamentos de Risaralda y de Caldas, al oriente con los departamento de Boyacá; Santander y Bolívar…” Esta ubicación estratégica le brinda múltiples ventajas geográficas, es posible hallar en él gran variedad paisajística, como son las imponentes montañas de las cordilleras Central y Occidental que lo atraviesan de sur a norte; las costas que posee sobre el Mar Caribe en la zona del Urabá o la majestuosidad de los valles de Rionegro y Aburrá.

Este particular espacio geográfico conllevó que desde la parte gubernamental se decidiera organizar por efectos administrativos a sus municipios, teniendo como principio fundamental la similitud en sus formas de relieve y características climáticas, surgiendo las nueve subregiones en las que se encuentra dividido, las cuales reciben el nombre de: Urabá, Magdalena Medio, Bajo Cauca, Occidente, Nordeste, Suroeste, Oriente, Norte y Valle de Aburrá. En esta última se encuentra la ciudad de Medellín su capital.

Antioquia además es diversa en su clima, debido a que presenta todos las escalas de los pisos térmicos, por tal razón es fácil pasar en pocas horas de viaje de lugares de climas cálidos como lo es Santa Fe de Antioquia, a los fríos de Santa Rosa de Osos o a los templados del municipio de Jardín.

Toda esta variedad física del territorio departamental ha permitido que muchos de los antioqueños se dediquen a la agricultura como medio de subsistencia, aprovechando de esta forma sus conocimientos sobre la tierra que en muchos casos han sido enseñados de generación en generación. Cultivando así las flores más hermosas del planeta las cuales engalanan las ceremonias más prestigiosas de diferentes países en los cinco continentes; como también el dulce y delicioso banano que se exporta desde el Urabá para el resto del mundo.

Pero no sólo la actividad agrícola se vincula con las características geográficas del departamento, también se encuentra relacionada con este aspecto el turismo, que con el paso del tiempo se hace más fuerte. Sus caminos no sólo son recorridos por antioqueños que buscan divertirse en un día de descanso, sino que también por aquellos extranjeros que cautivados por su belleza emprenden viajes que les permiten deleitarse con paisajes como los del Paramo de Belmira, la Piedra del Peñol, las playas de Arboletes, Cerro Tusa o los caminos de trocha por los cuales transitaron a lomo de mula los arrieros.

Es Antioquia un departamento de gente pujante que desde sus playas, montañas y llanuras han formado con sus acciones, sus vivencias y sus palabras la imagen de un paisa trabajador, luchador, carismático y amable, que recibe a propios y a extraños como uno más de su familia. Referirse únicamente a un prototipo de antioqueño es erróneo, ya que los hombres y mujeres que viven en cada una de sus regiones son tan diversos y únicos como la geografía de su territorio. Hablar del antioqueño implica comprender entonces múltiples formas de ver el mundo, costumbres y creencias que varían de un lugar a otro, respondiendo así a las exigencias que hace la sociedad para vincular al ser humano en grupos sociales que comparten ideales comunes.

Cada subregión antioqueña es habitada por afrocolombianos, indígenas y mestizos, cada uno de estos grupos poblacionales únicos en su ser, encantadores por sus grandes experiencias y miradas de la realidad con la que conviven. Con lo anterior se puede afirmar que la imagen del paisa que se difunde por los medios de comunicación con carriel, poncho y sombrero y que come la típica bandeja paisa, es sólo aquel habitante de los municipios ubicados en las grandes montañas.

A varios kilómetros en las riberas de los ríos Cauca y Magdalena y a orillas del Mar Caribe vive el antioqueño que siente en su piel y en la sangre que pasa por sus venas la temperatura del clima cálido, los ritmos de la música y de los bailes propios de la costa. Es así que hablar de Antioquia como uno sólo departamento, una sola geografía, una sola historia y una sola identidad es equivoco, porque cada milímetro de su territorio se constituye en un increíble mundo por conocer, un cumulo de maravillas que sorprenden los sentidos y que hace que propios y extraños cada vez más se sientan parte de este lugar.

Escritor: Maribel Mazo Díaz

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