CAPACIDADES DIVERSAS

Artículo 2
1. “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.”

Esto cita la Declaración Universal de los Derechos Humanos, este sería el parágrafo que garantizaría el respeto y cumplimiento de toda la declaración para todo aquel que se incluya dentro del círculo como SER HUMANO y en teoría pareciera que se hace un gran esfuerzo por incluir en este círculo a las personas con discapacidades varias; Pese a esto no deja de ser más que una sombra dispersa de una realidad diferente que se mueve en todos los contextos donde las poblaciones “discapacitadas” interactúan diariamente.

En algunos sectores de nuestra sociedad las familias parecen estar debiendo a los demás el hecho de tener en sus hogares una persona con “discapacidad” , se sienten obligados a recibir todo lo que se les brinda para el “beneficio” de sus hijos o parientes, haciéndoles creer que son su única alternativa y no deberían desaprovechar las diversas oportunidades que se les ofrece; sin embargo se dejan de lado los intereses y reales necesidades de esta persona, que pareciera no tener voluntad, pues suele pensarse que tener más es mejor, que recibirlo todo va a hacer feliz a estas personas que por opinión parecen no oponerse a lo que se les quiere dar, mientras sus familias se sienten obligadas en un eterno agradecimiento donde no pueden rechazar lo que les den, donde no pueden preguntar si realmente beneficia a sus hijos o parientes con “discapacidad”.

Sin embargo se deja de lado aquel parágrafo primero del ARTICULO 2 que busca garantizar los derechos que simplemente dan a todos igualdad en participación y educación, siendo esta última la base para que los parientes “discapacitados” formen parte activa de la sociedad; el poder interactuar con personas de su edad, el poder participar de una actividad que requiera esfuerzo físico o mental, donde se permita a todos ofrecer sus diversas habilidades, donde todos los que se encuentren tienen diferentes limitantes que al no estar etiquetadas pueden ser aceptadas por la sociedad, donde el niño de pelo rojo opina igual que el castaño, donde se acepta que el afrodescendiente puede correr igual que el blanco, donde cada uno es llamado por su nombre y no por una etiqueta, donde se pueda decir, junto a María y no junto a la niña con “discapacidad”.

Este podría ser ese primer paso para que se incluya en una sociedad, borrar de nuestro repertorio la palabra discapacidad y sus derivados, y reconocer que todos somos humanos dentro del círculo, unos saltamos mas alto, unos corremos mas rápido, unos cantamos mejor, unos no sabemos montar bicicleta, otros no nos atrevemos a saltar desde un paracaídas, sin embargo esto no nos hace candidatos a ser excluidos de la sociedad, o a tener que aceptar lo que otros decidan que es mejor para nosotros, esto simplemente nos hace personas con capacidades diversas y es ahí donde está el valor de ser humano, es allí donde debe aplicarse todos los derechos que tenemos, donde se nos acepte por quienes somos y no por lo rápido que se muevan nuestras piernas, ni por lo claras que suenen nuestras palabras, si una persona quiere expresar algo, es de total validez e importancia, todos podemos decidir si queremos o no ser sometidos a tantas cosas que los demás nos ofrecen por pensar que es lo que mejor nos conviene sin ver si realmente nos ayuda a participar en la sociedad donde tanto se busca la inclusión; ¿por qué no usamos un sweater verde cuando queremos uno azul?, por algún motivo, y hacemos lo necesario para expresar a los demás que no nos gusta o nos sentimos incómodos con él; de igual manera las capacidades diversas permiten de alguna manera expresar lo que realmente queremos, un guiño de ojo, un movimiento, un NO, debe ser tenido en cuenta, porque tan importante es el discurso elaborado durante días, con borradores y citas literarias, como el gesto o expresión que una persona con capacidades diversas intenta realizar durante días, meses o años para poder expresar su agrado o desagrado ante algo que se le ofrece.

Respetar nuestros intereses y gustos es un derecho más; ahora que se mueve el DERECHO A LA INCLUSION, se ofrecen muchas herramientas que favorecen la misma, pero ¿es realmente incluida la persona en todos sus contextos? o simplemente se le permite compartir un espacio mientras sus pares interactúan en actividades, opinando, participando en decisiones, pensando en un futuro donde sean tenidos en cuenta en el circuito de la sociedad.

Es decepcionante ver que no es así, que aún hay adultos con diversas capacidades que quieren estudiar, trabajar y desempeñarse en uno de los muchos ambientes que se ofrece desde tantos oficios y profesiones y no cuentan con la oportunidad de hacerlo porque en algún momento de sus vidas alguien más se atrevió a decidir por ellos lo que a su criterio era mejor sin ver si realmente le permitía crecer como persona y no como un objeto más al que hay que cuidar y evitarle dolencias.

Por fortuna puedo decir que aún hay adultos, pues desde las generaciones nuevas se trabaja para fortalecer familias que reconozcan en sus familiares con diversas capacidades las habilidades que tienen y no se les vea más por las dificultades que puedan presentar, donde se trabaja para no aceptar todo lo que se ofrece como bueno sino donde se pueda decir NO, lo que realmente necesito es participación e interacción real como seres humanos que todos somos. Es reconfortante ver que en un futuro no muy lejano, los adultos con diversas capacidades serán miembros activos de la sociedad, y serán ellos mismos quienes dirán soy quien soy, porque la sociedad me lo permitió y me aceptó, sin distinción alguna de raza, color, sexo…tal como cita la Declaración.

Escritor: Anyi Lopez Alonso.