Hace dos años en la empresa en que trabajo se implementó el seguimiento presupuestal de las inversiones por medio de una herramienta tecnológica de la cual no teníamos conocimiento. A partir de allí cambiaron los procedimientos de contratación, facturación y presentación de informes. A nivel general fue un cambio traumático porque implicaba conocer la herramienta y cambiar todas las prácticas a las que estábamos acostumbrados.
Por fortuna la empresa implementó un sistema de capacitación que redujo el impacto a nivel general, sin embrago mientras todos nos adaptábamos al cambio los encargados del área cambiaban los formatos cada vez que lo creían pertinente en pro de la mejora, esto generaba mucho malestar porque implicaba muchos reprocesos y duplicidad en la información. Se requirieron varias reuniones y capacitaciones para adaptarnos al nuevo modelo, durante todo este proceso siempre pensé en que era un cambio que en un mediano plazo iba a reportar muchos beneficios económicos y de reducción de tiempos de respuesta en los procesos de la empresa, esto permitió que durante el proceso no me enfocara tanto en el esfuerzo que estábamos haciendo en ese momento, sino en los beneficios que nos iba a reportar en el futuro; del proceso lo más difícil fue migrar toda la información a la herramienta y establecer el formato que permitía presentar de forma ejecutiva y entendible la información, después fue cuestión de práctica.