¿Cómo supero el complique de las tildes?

Nunca es tarde para estudiar y aprender las normas ortográficas

¿Cómo supero el complique de las tildes?

A diario nos enfrentamos con este inconveniente que no es exclusivo de
periodistas o escritores, sino de la gente del común que a
diario necesita comunicarse

Por Edwin F. Mejía Ch.

El terror de enfrentarse al papel en blanco cuando queremos escribir un texto, es un asunto que cada día debemos manejar adecuadamente, sin importar la profesión u oficio que desempeñemos en una sociedad.

Uno de los mayores ‘dolores de cabeza’ que a diario encontramos tiene que ver con las tildes. Hoy en día, las personas, sobre todo los muchachos, creen solucionar el problema de una manera fácil, aplicando el corrector ortográfico que trae consigo el computador.

No es el remedio
Pero la solución no es por ahí. Nuestro idioma es muy rico en palabras y vemos fonemas que pese a sonar y escribirse igual, a veces llevan tilde y en otras ocasiones no. Los expertos la llaman tilde diacrítica. Este dilema no lo puede solucionar nuestro equipo, por más avanzado que esté tecnológicamente.
Este inconveniente se da especialmente en algunos monosílabos, pero también en algunas polisílabas. Los términos en donde encontramos estos casos son, por ejemplo, tú, él, sí, por solo nombrar algunos. Por más que usted le aplique el corrector del componente, es muy difícil que la máquina lo saque del lío.

La solución
El único camino, en este caso, es estudiar, leer, prepararse para que no caiga en estos errores. Hay que tratar de hacerse amigo del diccionario y de los textos especializados en gramática y ortografía. Las personas deben escribir bajo las normas que dicta la Academia de la Lengua en cada país.
Pero como lo que necesitamos son soluciones rápidas, debido a que no siempre contamos con el tiempo necesario para leer, aquí les doy algunos consejitos para que los tenga en cuenta al momento de escribir un artículo.

El tú; para saber si lleva o no, cámbielo por usted. Si no se altera la frase quiere decir que va tildada. Ejemplo. Tú qué quieres (usted qué quiere); como ahí nada cambia, le ponemos tilde. Ahora veamos cuándo no la lleva. Este es tu libro. (Este es usted libro); ahí debemos abstenernos de poner la tilde. Con él podemos hacer un ejercicio similar. Cuando lo podamos cambiar por un nombre propio lo tildamos. Él llegó en la mañana; Juan llegó en la mañana. Compré el libro que me recomendaste, (compré Juan que me recomendaste); aquí no aplica, debido a que se altera el mensaje, por lo tanto no lleva tilde.

Otros ejemplos
Existen otros ejemplos que debemos tener en cuenta; entre paréntesis las palabras guía para hacer el cambio, tal como se hizo antes.
(Mí), lleva tilde cuando la pueda cambiar por (yo); más (cuando es cantidad); no se tilda cuando la pueda reemplazar por pero; Té –bebida-(sólo se tilda cuando la podamos cambiar por tinto o gaseosa) (Quiere té); en los demás casos no se tilda, te quiero pero no te amo.

Existen, además, palabras que la Academia de la Lengua ya modificó y los escritores pueden obviar las tildes, sin importar las circunstancias. Es el caso de aun y solo. Pero al mismo tiempo hallamos una pequeña lista de monosílabos que NUNCA se deben tildar: da, di, ti, fue, fui, a, e, i, pues, vio, dio, ya, des, me, le, les, fe, no.

También nos encontramos con algunas palabras que a veces se tildan y en otras ocasiones no: como, donde, cuando, quien, quienes, que, cual, cuanto, las cuales trataremos en una próxima entrega.

Las mayúsculas

Finalmente, por ahora, usted debe tener en cuenta y recordar siempre que las mayúsculas sí se tildan. En ocasiones escuchamos reproches acerca del tema. A todas las palabras se les debe aplicar las normas que dicten las academias en cada país y que, a la vez, aprueben en consenso, en las reuniones de todas las academias de los países que hablan español. La reunión se da por lo menos una vez al año en España. Allí aprueban los nuevos vocablos y los incluyen en el diccionario de la Real Academia Española, RAE, que se renueva cada diez años.