Continuidades del imperialismo en Colombia

Al hacer una historia comparada de los hechos del presente y los acontecimientos del pasado en Colombia se podría afirmar que hay algunas problemáticas que siguen imperantes en la actualidad, tal es el caso del imperialismo estadounidense en el territorio colombiano, que efectúa diferentes prácticas. En el siguiente texto se comparará el actuar del imperialismo en Colombia con dos hechos históricos en específico, que son la pérdida de Panamá a comienzos del siglo XX y el Plan Colombia a comienzos del XXI, para resaltar que las prácticas imperialistas varían pero los objetivos siguen siendo los mismos.

Para hacer un estudio sobre el imperialismo estadounidense, hay que tener en cuenta el contexto económico que caracterizaba a Colombia a principios del siglo XX, y su diferenciación con el presente. En primer lugar, durante los primeros años del siglo pasado, este país estuvo azotado por la guerra entre los partidos políticos tradicionales que poseían distintos intereses, heridas que venían de conflictos en el siglo XIX; lo anterior trajo como consecuencia el aislamiento económico, político y cultural a Colombia, porque siendo un país sumergido en guerras civiles, no había el interés por parte de los extranjeros de invertir grandes capitales en Colombia:

“Aunque desde la independencia llegaron a la Nueva Granada algunos empréstitos extranjeros, primordialmente ingleses, el país no adquirió durante el siglo pasado (Siglo XIX) una vital importancia para el capital extranjero, ni desde el punto de vista de inversiones ni préstamos directos ni aun por la implantación de enclaves”

No obstante, en esta época el interés más grande que poseían entes foráneos era la construcción del canal de Panamá y controlar el recorrido de los distintos barcos que transitarían en la zona. Distintas potencias estaban interesadas en este proyecto, pero el que más sobresalía era Estados Unidos, debido a que en sus deseos expansionistas de Estado-Nación, le era necesario encontrar una ruta marítima que uniera sus costas Este y Oeste. Hay que recordar que esta potencia norteamericana durante el siglo XIX buscó invadir millones de kilómetros de territorios, exterminando pueblos indígenas al occidente de Norteamérica; arrebatándole tierras a México e invadiendo a Puerto Rico y Cuba.

Aquí hay una característica beligerante que viene a ser algo común durante la centuria antepasada y va a ser importante al analizar la coyuntura de 1903 con la separación de Panamá. A esta característica violenta hacia Latinoamérica Renán Vega la llama “La diplomacia de las cañoneras” . Antes de lo acontecido en Panamá habían ocurrido ciertos episodios en donde Estados Unidos arreglaba los desacuerdos diplomáticos, económicos y políticos amenazando con su poder militar.

Casos hay bastantes en América Latina de las amenazas violentas de Estados Unidos, pero para el caso específico de Colombia hay distintas intervenciones de carácter militar, la mayoría gira en torno al istmo panameño, por ejemplo: “En 1885. Panamá (Colón) 18 y 19 de enero: Para proteger objetivos valiosos en tránsito por el ferrocarril de Panamá y las cajas de seguridad y bóvedas de la compañía durante una actividad revolucionaria. En marzo, abril y mayo, en las ciudades de Colón y Panamá, para restablecer el libre tránsito durante la actividad revolucionaria.”

El 3 de noviembre de 1903, Estados Unidos oficializa el proceso de separación de la región panameña, aprovechando el conflicto que se llevaba a cabo en Colombia, la denominada “guerra de los mil días”, en donde se enfrentaban los bandos liberal y conservador, aquí se dio pie a que los norteamericanos vieran la “oportunidad de oro” para tomarse este territorio por la división política y militar que nuestro país sufría por el momento histórico que se presentaba. Hay que tener en cuenta que el Estado tuvo un abandono político y social en esta parte del país, algo que acrecentó entre algunos pobladores de Panamá sus ínfulas de independencia. Esta situación fue aprovechada por los gringos enviando parte de sus fuerzas armadas y navales para asegurar sus intereses en este lugar.

Con estas acciones, el deseo estadounidense era de crear una nueva ruta comercial, algo que más adelante se haría evidente con la construcción del canal que unió el océano pacífico con el atlántico, para el transporte de mercancías y también para tener posesión sobre un punto estratégico militarmente hablando.

Hay unos matices distintos en la actualidad con respecto a lo ya relatado. Es claro que ya no es necesaria una intervención militar en Colombia por parte de alguna potencia extranjera. Claramente los entes foráneos se alían con las élites que gobiernan económica y políticamente nuestro país. Frente a ello:

“En Colombia, el Imperio estadounidense no tuvo que elegir entre un régimen reformista de clase media y un movimiento revolucionario porque el sistema oligárquico bipartidista dominaba la arena electoral. EE.UU. no necesitó combinar el «palo con la zanahoria» sino que concentró todos sus esfuerzos en fortalecer el poder militar de la oligarquía dominante.”

Con el “Plan Colombia” llevado a cabo desde principios del presente siglo, se aumentó el pie de fuerza bajo la bandera de la lucha contra el narcotráfico. No obstante, con el aumento de los afectivos de las fuerzas armadas sólo se buscó defender los lugares donde existía extracción de materias primas (Para Estados Unidos, Colombia además de lo ya mencionado, es una nación fundamental en sus estrategias militares, porque su posición geográfica es una entrada importante a Suramérica); aquí hay enclaves económicos manejados por multinacionales de distintas partes del mundo (La mayoría son de origen gringo), aunque el Estado colombiano invierte gran parte de los recursos en el mantenimiento de las extracción de materias primas, provenientes por su puesto de los impuestos que pagan las personas y con dineros del “Plan Colombia”.

Escritor: Julián Andrés Romero Urrea