CREATIVIDAD, EDUCACIÓN Y EDUCACIÓN AUDIOVISUAL

Las actuales exigencias vinculadas a la educación activa se refieren al desarrollo de individuos en todas sus capacidades creadoras, por ello se debe reflexionar sobre la práctica docente para poder orientar el proceso de enseñanza aprendizaje hacia la búsqueda del desarrollo de la creatividad en los estudiantes.

Es necesario realizar un acercamiento hacia la conceptualización de la creatividad en primera instancia. En este sentido, son diversos los autores que han realizado estudios en torno a la creatividad en el ámbito educativo (como proceso implícito en la formación de la personalidad de los estudiantes), donde muchos mencionan cuatro tendencias fundamentales centradas en el proceso, el producto, la persona creativa y el entorno social, así como algunas de las características que definen a una persona creativa, y son: fluidez, flexibilidad, originalidad y elaboración.

Asimismo, para fundamentar la creatividad, es preciso reforzar los análisis pedagógicos y psicológicos desde el punto de vista epistemológico, sociológico, biológico, de manera que se incremente su carácter integral y científico. Se mencionan algunos a continuación. J.P. Guilford, quien fuera uno de los primeros estudiosos de la creatividad, diferencia entre el pensamiento convergente, aquel que se adapta bien a todo cuanto está establecido; y el divergente, aquel que es más propenso a ver las cosas de otra manera y cuestionarse lo establecido.

Para Freud, la diferencia entre el sujeto creativo y el que no lo es, es que el primero acepta y elabora sus fantasías, mientras que el segundo trata de eliminarlas. Así, los estudios psicoanalíticos señalan que la creatividad brota del preconsciente, espacio intermedio entre el inconsciente y el consciente, y señalan la importancia de formas simbólicas, sin las cuales no es posible el desarrollo de ningún proceso mental.

Sternberg concibe la creatividad como decisión más que capacidad mental o solución de problemas, que incluye procesos analíticos y sintéticos para cambiar el valor de las ideas o acciones. Torre desarrolla esta nueva concepción basándose en principios del pensamiento complejo donde la creatividad es el potencial humano para transformar y transformarse ante la adversidad; que va acompañada de conciencia de la situación, energía emocional y actitud superadora.

Mitjáns menciona que la creatividad está sujeta a la motivación intrínseca del sujeto, el cual será creativo en la medida que el área en que se desarrolle comprometa su esfera afectivo-motivacional, es decir, sus intereses. Así, las diferentes líneas de investigación manifiestan que la creatividad es una realidad compleja que surge de los campos cognitivo, afectivo, social y físico del ser humano.

Vigotsky asume a la creatividad como una actividad cerebral que además de retener y reproducir experiencias previas, elabora sobre la base de estos planteamientos. Así, diferencia entre algunas formas de unir imaginación y realidad, tanto a partir de la experiencia, del enlace social y emocional. Dado que la creatividad surge a partir de estos enlaces vinculados con la experiencia, se deduce que la fantasía del niño es más pobre que la del adulto, por tanto es necesaria la educación que fomente la creatividad a partir del incremento de las experiencias infantiles, la relación con la cultura y con el entorno social, resaltando el énfasis en la zona de desarrollo próximo. La escuela debe fomentar sistemas, estrategias y situaciones de aprendizaje que propicien el máximo desarrollo de los alumnos, así como potenciar en ellos capacidades críticas que sienten las bases para un óptimo crecimiento personal.

Orientando el proceso creativo hacia el área de arte puede afirmarse que este presenta una visión integradora respecto a los diversos lenguajes expresivos a partir de los cuales se manifiesta; y social, debido a que dichos procesos se dan en interacción con diferentes sujetos logrando el desarrollo de una creatividad colectiva, donde prepondere el pensamiento crítico y reflexivo, componente esencial de la educación creativa. El trabajo con lenguajes artísticos, específicamente el lenguaje audiovisual, precisa acompasar el pensamiento racional, lógico, con el pensamiento divergente, creativo y emocional.

Así, aunque el ideal es desarrollar la creatividad de los alumnos partiendo de la educación del pensamiento lógico, crítico y reflexivo, así como de la apropiación de experiencias diversas que enriquezcan este proceso, la actual sociedad informatizada, la videocracia, como diría Sartori – dada la predominancia de la imagen – nos aleja cada vez más de este propósito. El “homo videns” es un ser que debido a la multiplicación de estímulos externos alcanza la extraversión o capacidad para salir fuera de sí (en contraposición a la introversión); desfavoreciendo la introspección, por ende la reflexión y la meditación, factores esenciales para el despliegue y desarrollo de la creatividad. Es urgente entonces reflexionar acerca de la manera en que se plantea la educación visual en el marco de un clima desarrollador.

Un estudiante educado en el campo visual sabrá reconocer el impacto que este puede tener en su vida, sin dejarse llevar únicamente por el placer que este universo brinda a los sentidos. El trabajo audiovisual es relevante en la medida que permite al estudiante satisfacer su natural deseo de expresión como facilitarle herramientas para ayudarle a convertirse en un observador crítico y reflexivo así como un consumidor responsable respecto a la multiplicidad de imágenes que absorbe a diario.

En la realidad educativa, la práctica de las artes visuales se direcciona hacia la manipulación de materiales donde el objetivo muchas veces se confunde con la idea de lograr un resultado único, subyugando la trascendencia del arte a una cuestión técnica, al hacer por encima del sentir y el ser; esto último permitirá no sólo expresar el pensamiento creativo sino desarrollar la capacidad de apreciación de manera responsable, para llegar al disfrute estético. Para ello, el sujeto debe primero conocer la base de los elementos artísticos que constituyen la obra, su lenguaje, para que una vez familiarizado con él sea capaz de entenderlos y disfrutarlos desde una perspectiva estética. Encomiable tarea le corresponde a la escuela y a los docentes de arte.

Escritor: Esperanza Tapia

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