De Autoridad a Aprendices Inservibles.

Pocas personas permanecen en un solo trabajo, dedicándose a esperar con ansias la efímera jubilación que “pronto llegará cargada de muchos beneficios”, la cual, sólo dan las instancias públicas; pocas instancias privadas lo ofrecen, pareciera más una obligación que un derecho.

Una de las tantas profesiones poco aplaudida, es la educación. A los docentes podríamos conocerlos bajo el alias “aprendices inservibles” y esto, con un sentido lógico. Antes, a los aprendices, les enseñaban a hacer un oficio que les permitiera ser productivos según la necesidad imperante; ahora, los docentes han pasado a un plano de “inservibles o inútiles”: no importa cuánto se esfuercen, la retribución social y económica no será suficiente pues, no les brinda una valoración más justa aunque intenten hacer de otros “la mejor versión de sí mismos”.

Hoy día no se ve al docente como una figura que merece respeto, sino como un niñero que debe cuidar más que enseñar. Por eso, los docentes han buscado emigrar de las aulas a otros ambientes laborales que les brinden mayor oportunidad de crecimiento personal y profesional para seguir enseñando desde la vocación con esmero y dedicación.

Escritor:  Gabriela Osorio

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