El proyecto filosófico de Nussbaum se centra en gran medida en la restitución de la importancia de la emociones en la construcción de una ética, aún más, para nuestro contexto, en la construcción de una ética dentro de una democracia; todo esto guiado por la indagación del papel de la compasión en nuestra construcción social. Pero darle importancia a emociones como la compasión dentro de la ética implica cultivar éstas de la mejor manera para que, lejos de ser perniciosas, aporten a la configuración de una vida en comunidad.
En el arte Nussbaum encuentra ese espacio idóneo para la educación de las emociones, esto básicamente por dos razones: la primera consiste en que el arte tiene la capacidad de presentar mundos ajenos a su público; la segunda es que el arte tiene la capacidad, por medio de la imaginación, de que su público sea capaz de ponerse en el lugar de un personaje atravesado por situaciones dolorosas y comprender esta situación, en concreto esto es a lo Nussbaum aludirá como imaginación compasiva.
En este texto abordaré estas dos características del arte; para ello recurriré a obras de Nussbaum como: El conocimiento del amor, Justicia poética y Paisajes del Pensamiento 2. El valor ético de las emociones En El conocimiento del amor Nussbaum se propone hacer una defensa de las emociones frente a toda una tradición filosófica que ha preferido dejarlas en un segundo plano por considerarlas engañosas e inconstantes para a partir de ellas establecer unas reglas de comportamiento. En su defensa Nussbaum se basa en nociones aristotélicas para restituir el papel de la experiencia en nuestra configuración de mundo; así comienza por definir la percepción. Ésta, explica Nussbaum, es una:
Habilidad para discernir con perspicacia y sensibilidad, los rasgos más destacados de una situación particular. La concepción aristotélica sostiene que esta habilidad constituye la esencia de la sabiduría práctica, y que no es sólo un instrumento para alcanzar la acción o afirmación correcta, sino una actividad éticamente valiosa por derecho propio (Nussbaum, 2005, pág. 84). El dar este lugar dentro de la ética a la percepción no es una negación de las reglas generales de la moral; se trata es de que la percepción, que tiene una sensibilidad hacia lo particular, permita hacer una revisión de las reglas generales incluyendo rasgos que no se han contemplado antes. Esto permite que se constituyan leyes generales que abarquen las necesidades de todos los sujetos, pero que no sean arbitrarias con las singularidades.
Ahora bien, frente al argumento en contra de las emociones que considera éstas como poco fidedignas, Nussbaum argumenta que las creencias también pueden ser poco fidedignas. De hecho Nussbaum establece una relación estrecha entre las creencias y las emociones. Argumenta que: “las emociones no son simplemente ciegos arrebatos de afecto, que se reconocen y se discriminan las unas respecto de las otras sólo por su cualidad de ser sentida; son más bien respuestas discriminatorias estrechamente relacionadas con las creencias sobre cómo son las cosas y qué es importante” (Nussbaum, 2005, pág. 90). Esto implica que las emociones no son de carácter netamente individual, pues en ellas influye la formación de creencias dentro de una sociedad y cultura.Desde este contexto, una educación ética debe darle relevancia a la experiencia, lo que conlleva a un cultivo de la percepción y de la sensibilidad, es decir, una educación de las emociones.
En Paisajes del Pensamiento Nussbaum se pregunta por el tipo de emociones que deben cultivarse para una apropiada deliberación ética. En esta búsqueda se encuentra con que la compasión ha sido la emoción que se ha visto con más aprobación dentro de la tradición filosófica. Esto porque provee un buen fundamento a la deliberación racional y a la acción adecuada tanto en la vida pública como privada. Pues la compasión es una emoción que expande las fronteras del yo al reconocer el dolor inmerecido de otra persona, es decir, en la compasión soy capaz de comprender el dolor inmerecido de otro que en principio me era ajeno (Nussbaum, 2008, págs. 335-338). Ahora bien, reafirmando la estrecha vinculación entre creencias y emociones, es preciso aclarar que la compasión por sí sola no asegura una buena educación de la sensibilidad, ella necesita de una constante crítica ética.
El arte, la imaginación y la compasión Dentro de la necesidad de educar las emociones, Nussbaum encuentra un espacio predilecto para este fin: el arte. Pero antes de proseguir en la explicación de esto es preciso aclarar que Nussbaum habla en concreto de la novela, aunque en ocasiones recurre a otros géneros literarios como lo son la poesía y la tragedia. En varias de sus obras Nussbaum da diferentes explicaciones al respecto, algunas de ellas bastante discutibles, como son las explicaciones que se encuentran en el Conocimiento del amor donde afirma que, a diferencia de las otras artes, con la novela se establece una relación más cercana al exigir más tiempo del lector, o la afirmación en Justicia poética en donde considera que la novela es el arte más fecundo en nuestra actualidad (Nussbaum, 1997, pág. 20). Pero considero que la explicación más oportuna para hablar desde el arte en general la da en Paisajes del pensamiento; allí expone que su experiencia con el arte está marcada fuertemente con la novela, por lo que nos habla desde allí; pero que esto no quiere decir que las observaciones que hace de la novela no puedan trasladarse al arte en general. Por esta razón ampliaré las reflexiones al arte en general más que encasillarme en una sola manifestación.
Ahora bien, empezaré por explicar el papel del arte en el cultivo de las emociones a partir de algunos planteamientos que se encuentran en El conocimiento del amor. Allí, refiriéndose a la novela, Nussbaum afirma que la experiencia de la lectura genera un tipo de reflexión ética más adecuada para la vida que otro tipo de experiencias. Esto se debe a que el arte es una extensión de la vida en la medida en que, por un lado, pone al espectador en contacto con acontecimientos, lugares, personas o problemas que de otro modo no puede conocer. Por otro lado, el arte proporciona al espectador una experiencia más intensa y más precisa que gran parte de lo que tiene lugar en la vida. Nussbaum nos explica esto a partir de las exposiciones de Aristóteles en la Retórica y Poética: “porque nunca vivimos lo suficiente. Nuestra experiencia, sin narrativa, es demasiado limitada y demasiado provinciana. [El arte] la amplía, haciéndonos reflexionar y sentir lo que de otro modo podría estar muy distante para sentirlo” (Nussbaum, 2005, págs. 101-102).
Pero, frente al propósito de encontrar en el arte otras experiencias a las que es difícil acercarse de otro modo por nuestro carácter finito, uno podría preguntarse: ¿Por qué el arte y no los libros de historia o las biografías? Nussbaum responde nuevamente desde Aristóteles, esta vez desde el libro 9 de la Poética: 30) . El buen arte para Nussbaum es perturbador de una manera en que raras veces lo es la historia y las ciencias sociales. Esto precisamente porque promueve identificación y reacción emocional en las experiencias dolorosas de nuestra historia, es decir, compasión.
Pero esta cercanía que nos da el arte con experiencias ajenas que nos permite involucrarnos emocionalmente con sus personajes o representaciones, son experiencias emocionales diferentes que las que acontecen en la vida real. Pues bien, mientras en nuestra vida podemos vernos envueltos en el «calor vulgar» de nuestros celos o enfados personales, en el arte, gracias a su carácter ficcional, es decir, a su fantasía, no nos dejamos afectar de tal manera por las emociones, pues la actitud que posibilita el arte frente a ellas es más una actitud reflexiva que pasional. Es esto precisamente lo que se denomina una actitud estética. Al respecto, influenciada por los aportes de James, Nussbaum afirma que esta actitud estética (con respecto a la ética) nos muestra el camino de la actitud emocional idónea (Nussbaum, 2005, pág. 103).
En Justicia poética Nussbaum expone la novela como una compleja mezcla de narrativa y crítica social, para ser más general, me atrevo a reformular la afirmación de la siguiente manera: el arte es una compleja mezcla de figuras poéticas y crítica social. Además, como ella misma lo expone, con estas figuras poéticas, con su lenguaje lírico, con sus personajes que inspiran confianza, compasión, o que nos hacen reír o asustar o provocar cólera y desprecio, nos provocan un placer densamente crítico. Esto se carga aún más de sentido cuando aquí mismo Nussbaum define la fantasía como aquella que permite ver una percepción como algo que apunta más allá de sí misma; ver en las cosas perceptibles y cercanas cosas que no están ante nuestros ojos. En conclusión, desde la perspectiva de Nussbaum la fantasía del arte puede entregarnos un marco intelectual y ético general para abordar nuestro mundo (Nussbaum, 1997, págs. 64-65).
Bibliografía
Nussbaum, M. (1997). Justicia poética. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello.
Nussbaum, M. (2005). El conocimiento del amor. Ensayos sobre filosofía y literatura. Madrid: A. Machado libros.
Nussbaum, M. (2008). Paisajes del pensamiento. La inteligencia de las emociones. Barcelona: Paidós.
Escritor: Verónica Coral
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