Definir la situación futura del sector de biocombustibles

En un escenario de creciente demanda energética, curtido por las perspectivas de agotamiento del petróleo y por la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para luchar contra el cambio climático, son muchos los países que han apostado por aumentar el consumo de combustibles derivados de la biomasa. La Unión Europea se ha propuesto que en 2010 un 5,75% del carburante usado en transporte sea de origen renovable. En marzo de 2007, los jefes de Estado aprobaron un paquete de medidas sobre energía y cambio climático que incluye el 10% como objetivo mínimo vinculante para los biocarburantes en 2020.

La sustitución de una fracción, aunque pequeña, de los combustibles de origen fósil usados ​​en el transporte por carburantes de origen renovable debería favorecer la sostenibilidad del sistema energético. La diversificación de fuentes energéticas reduce la vulnerabilidad a la interrupción del suministro. Con el uso de biocombustibles se disminuye el uso de derivados del petróleo, de manera que en el ámbito local se reducen las importaciones de energía. A escala global, se contribuye a la preservación de los recursos fósiles.

Otro argumento que tiene que ver con el anterior es el de la reducción de emisiones de GEI. En efecto, al tratarse de carburantes derivados de cultivos, el dióxido de carbono que se libera a la atmósfera en quemarlos es el mismo que el vegetal capturar durante su crecimiento. Así pues, las únicas emisiones de carbono hacia la atmósfera serían las derivadas los combustibles fósiles que se utilizaron en el proceso de obtención del biocombustible. También se ha argumentado, a favor de los cultivos energéticos, que pueden favorecer el desarrollo rural y ayudar a reducir la pobreza en los países en desarrollo.

Desde el punto de vista económico, el biodiesel es interesante porque el gasóleo mineral encarece continuamente (estudios recientes avalan que el año 2030 ya la mitad de los combustibles líquidos serán de recursos renovables (y porque el biodiesel es libre de impuestos de hidrocarburos en muchos países de Europa (cierto es que en España esta situación aún no está definida por las autoridades competentes) De momento en el primer país consumidor europeo de biodiesel-Alemania-el precio de venta del biodiesel llega a ser incluso un 20% inferior al gasóleo mineral. En España la diferencia será menor, pero no olvidemos que, en los próximos meses, es muy probable que se produzca la llamada «armonización fiscal» a nivel europeo, que significa igualar los impuestos generalizados (caso del gasóleo y gasolinas de automoción). Esto provocará un aumento del precio de los combustibles en España y hará más atractivo el precio del biodiesel.

De todos modos España, como miembro importante de la Unión Europea, no puede quedar al margen de la empleamos del biodiésel en automoción, y es de suponer que tanto Gobierno, como empresas distribuidoras de carburantes y nuevos socios en este sector, lleven a cabo una política de investigación e inversiones que desemboque en una rápida puesta al día en la producción local de semillas oleaginosas que den respuesta a la fuerte demanda de aceite vegetal crudo. Dejar el abastecimiento de aceite crudo en manos de mercados internacionales es, una vez más, devaluar nuestro sector primario en beneficio de empresas importadoras que seguirán monopolizando la materia prima al precio que a ellos les interese.

Si las organizaciones de productores agrarios no están muy por encima de la evolución de este sector en estos momentos, después será tarde para poder entrar en él como productores de biodiesel con plantas propias de molturación y transformación como suministradores de semillas oleaginosas.

En mi opinión, en España se está evolucionando positivamente, en especial en zonas cerealistas o cultivadoras de remolacha por excelencia (Castilla La Mancha, Castilla- León, Aragón …) pero en Cataluña está costando mucho desarrollar proyectos interesantes, y tampoco hay voluntad real por parte de ningún organismo implicado (Gobierno, Agricultores, Universidad, Centros de Investigación, …) en desarrollar este nuevo sector económico desde el punto de vista agrario (que se hagan grandes plantas en los puertos de Tarragona o Barcelona como están proyectando, no ayuda nada nuestra agricultura, porque su idea de proyecto se basa en importar todo el aceite crudo o las semillas de otras países).

Autor: Sampiere

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