DIFICULTADES DE APRENDIZAJE EN LAS NIÑAS Y NIÑOS

Antes de adentrarnos al mágico mundo del aprendizaje y el conocimiento quiero invitarte querido lector, a que te devuelvas unos años o meses atrás para recordar aquellas situaciones en que se te dificultaban algunos procesos enseñados por tu docente, o algunas situaciones de tu experiencia personal que se relacionen con el título del artículo para que así reflexiones sobre los siguientes cuestionamientos: ¿Por qué en ocasiones el aprender genera pereza? ¿Por qué es difícil memorizar algunos conceptos? ¿Por qué algunos estudiantes se perciben desatentos y desconcentrados sin manifestar disposición de escucha? Tómate tu tiempo y siéntete libre de expresar tus opiniones, ya que esta página web es el espacio perfecto para que comuniques tus saberes y sentires. Todo esto, es importante tenerlo presente porque la educación debe movilizar pensamientos y cambiar la calidad de vida de las personas, promoviendo el aprendizaje significativo, el cual dura toda la vida y dejando un poco de lado la memorización momentánea (sin descartar que esta es importante en algunas circunstancias).

Ahora bien desde mi experiencia, considero que las expectativas que todo buen docente se traza en su quehacer, se centran en que los estudiantes adquieran aprendizajes significativos, que puedan aplicar en el transcurso de la vida, es decir, en sus problemas cotidianos, logrando así transformar su conducta o comportamiento en diferentes situaciones, para que su actuar vaya acorde con las buenas normas de convivencia y las buenas relaciones, ya que el estudiante no sólo presenta entre sus dimensiones humanas lo enfocado a lo cognitivo, sino que este es un ser integral que socializa, piensa, se comunica y se forma en valores según su cultura, por lo tanto un educador debe ver en sus estudiantes un conjunto de capacidades que deben ser trabajadas y valoradas, para que poco a poco vayan mejorando aquellos aspectos que no están bien desarrollados o fortalecidos. Partiendo de esto, cuando un docente comienza a evidenciar que los estudiantes están presentando dificultades de aprendizaje, es necesario que indague la causa del problema, ya que en esta clase de situaciones se ven involucrados tres agentes: el estudiante, el docente y la familia.

Estudiante: cuando este comienza a presentar actitudes como: Y por ende bajo rendimiento académico, se llega a la conclusión de que se están presentando dificultades en el aprendizaje, siendo este aspecto cierto pero no necesariamente el estudiante siempre es el responsable de dicha situación. Las características anteriormente mencionadas, hacen referencia a los dispositivos básicos de aprendizaje, los cuales son esenciales para que los estudiantes aprendan de forma significativa. Respecto a esto, siempre es necesario tener presente estas particularidades mencionadas, pero no abarcarlas como el punto focal, ya que el docente y la familia deben trabajar unidos para lograr que los educandos tengan las mínimas dificultades de aprendizaje en su proceso escolar. De esto, hay que tener claro que, ambas instituciones tienen responsabilidades al respecto, pero no se puede desligar una de la otra.

• Docente: tiene como deber respetar el ritmo y estilo de aprendizaje de cada estudiante, es decir, no todos los niños aprenden de igual forma y en el mismo tiempo, por lo tanto el profesor debe ser consciente de que cada uno es diferente. Además, para lograr respetar esto, debe implementar una metodología y estrategias didácticas que vayan enfocadas a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes, siendo lo suficientemente capaz de planear actividades que despierten interés y motivación, para que el aprendizaje no se convierta en algo monótono ni aburrido, sino que por el contrario sea una experiencia interesante, que les genere curiosidad de indagar cada vez más sobre lo que se les enseña.

• Familia: debe brindar un acompañamiento a los niños durante el proceso de enseñanza- aprendizaje, puesto que el hogar es el primer medio en el que ellos socializan y adquieren normas, y por lo tanto todo aquello que se vive en casa, se ve reflejado en el colegio. Es por esto que, los niños que carecen de un adecuado acompañamiento familiar, muchas veces se muestran inseguros y con baja autoestima, manifestando incluso que no saben nada y rehusándose a arriesgarse o a equivocarse, ya que ven el error como el causante de sus problemas, sin saber que este es un medio de aprendizaje, confrontación y retroalimentación.

Frente a estos ítems, es importante destacar que para lograr que el niño tenga un proceso de enseñanza-aprendizaje adecuado, no sólo debe prestar atención a las clases y estudiar las temáticas abordadas en el colegio, sino que los docentes deben proponerles actividades llamativas e implementar como herramienta el juego, para que aprendan de forma significativa, se diviertan y comiencen a ver el conocimiento como algo que transforma su vida.

En definitiva, con la intención de continuar reflexionando sobre este tema que incluye a niños(as), docentes y familia, se podría concluir qué, la educación de las niñas y niños no sólo es responsabilidad del colegio, sino también de los padres, los cuales deben brindarle a los pequeños un adecuado acompañamiento en: tareas, en las explicaciones de sus deberes y derechos, en la importancia del respeto hacia los demás a través del ejemplo, la inculcación de hábitos de estudio en casa, la formación para lograr ser personas responsables, capaces de soñar y alcanzar sus metas.

Así mismo, las y los docentes deben trabajar de la mano con los padres de familia, brindándole a los estudiantes situaciones que enriquezcan sus experiencias, proponiendo actividades motivantes que movilicen el pensamiento hacia el interés y gusto por estudiar y aprender de forma significativa, para que ellos logren realizar sus sueños, puesto que de este modo reflexionan sobre el sentido de la educación y el hecho de pasar varios años de la vida en un colegio, ya que saben que van a adquirir herramientas que los harán ser mejores seres humanos, permitiendo el desarrollo integral de cada uno de ellos.

Escritor: Carla Libandy Pérez Valencia