El Arte detrás de la Ingeniería en la Integración Audiovisual

El desarrollo tecnológico y la creación de nuevos productos ha dejado de ser lo que nos maraville cuando hablamos de equipos de audio y video. Hace tiempo que ya sobrepasamos el límite de calidad perceptual y ahora las formas creativas en que los sistemas se interconectan, así como los contenidos preparados especialmente para que el usuario viva experiencias que antes sólo podía soñar es lo que sigue haciendo de la integración audiovisual una de las especializaciones más interesantes dentro de las ingenierías.

El espectro de acción de la integración audiovisual puede ser tan serio como cualquier oficina actual, con salas de juntas y sistemas avanzados de audio, video, comunicación y automatización, pasando por centros de monitoreo impresionantes con miles de imágenes para aplicaciones como video vigilancia, monitoreo de procesos y atención de crisis al estilo de películas como “911: llamada mortal”. O puede ser sumamente creativo, con un sinfín de aplicaciones en donde de lo más simple sería la difusión de contenido mediante tecnologías de señalización digital, hasta espectáculos en vivo con escenarios que se transforman en secuencias con la música o eventos que combinan imágenes, luz y sonido, como la crecientemente popular tecnología de mapeo de video (video mapping), aplicado inicialmente en grandes monumentos y edificios históricos, que ha evolucionado hasta diseñarse para aplicaciones en interiores y más modestas como eventos en salones de fiestas, donde un arreglo de proyectores es capaz de crear escenarios y narrar historias tan vívidas como la realidad misma y tan inverosímiles que parecieran haber salido de alguno de nuestros más extraños sueños.

Así pues, los artistas de la ingeniería unen sus esfuerzos con artistas del diseño en una conjunción de programación, análisis gráfico, manipulación de texturas, análisis de materiales, adaptación de espacios y técnicas avanzadas derivadas de la fotografía. Todo lo anterior respaldado por la última tecnología en sistemas de proyección, servidores con poderosísimas tarjetas de video y la combinación correcta de lentes.

Pero el proceso creativo no es fácil, y un proyecto de mapeo puede tomar un par de semanas, o hasta varios meses dependiendo de la complejidad, pues al final, el contenido es el que dará vida a toda la conjunción de elementos tecnológicos. Con técnicas de mapeo, hemos visto edificios cobrar vida, envejecer, rejuvenecer y destruirse en tan sólo segundos; las figuras animadas que aparecen y desaparecen en las ventanas y puertas de los edificios me recuerda que quizás uno de los sitios más constantemente animados sea el castillo de Disney Land con princesas y ratones reuniéndose cada noche en una secuencia diferente según la temporada.

Son precisamente los proyectos audiovisuales tan creativos como éstos los que hacen que la integración audiovisual se haya convertido en una nueva forma de arte, y por todo esto, es una de las profesiones de ingeniería más apasionantes, capaz de atrapar con su magia con una facilidad asombrosa a los incautos, pues en éstos proyectos, el límite es la imaginación, y la imaginación no tiene límites.