EL CICLO DE LOS GOBERNANTES

Una vez más se abre el telón democrático y Colombia se prepara para posicionar sus líderes políticos. La publicidad de diversos candidatos no se hizo esperar, los postes, las viviendas (en donde hace un mes tenían adornos decorativos de navidad) ahora con el candidato de apariencia bonachona, espacios estratégicos publicitarios, propagandas, pancartas y sedes invadidas de aparente idealismo por una sociedad con mejor calidad de vida “si escoge a aquel candidato”. Al hacer un paralelo entre las promesas de campañas electorales y las promesas construidas, realmente encontramos un gran vacío que es difícil olvidar, por varios años el mecanismo de democracia parece un rito de moda en donde las ideas brillan mágicamente cuando de elecciones se trata pero después brillan por su ausencia en el mandato del gobernante.

No obstante, también encontramos la buena fe, los ideales positivistas y la esperanza de un futuro mejor, para garantizar mejor calidad de vida del pueblo. Tendremos que hacer una asociación de los candidatos, el pueblo, la calidad de vida, las elecciones y los planes de desarrollo, para encontrar la verdadera función de cada una de las partes ya mencionadas, y así mismo se hallará lo que he denominado el CICLO DEL GOBERNANTE. Este ciclo consiste, en una serie de etapas que atraviesa un gobernante antes, durante y después de llegar al cargo administrativo gubernamental. Al mirar el término gobernante puede llegar a la mente otros conceptos, como buen gobernante y mal gobernante.

En el ciclo hay una serie de factores que vive el gobernante, en dónde encuentra problemas sociales necesidades colectivas, las necesidades propias y las bondades de ser gobernante, (ya sea por reconocimiento, mayores ingresos por la labor en el cargo, estimación por parte del pueblo y en últimas, el principio gubernamental, ayudar a los más necesitados). Se preguntará, ¿qué tiene que ver el gobernante, con todo lo anteriormente mencionado? La respuesta es sencilla: “hay gobernantes que tienen valores y hay gobernantes que su poder se deriva de los falsos valores, buenos y malos gobernantes, que darán las pautas de como jugar la partida de cartas de la calidad de vida de una población”, con esto encontramos que quienes ejercen, su profesión con los objetivos intachables a flor de piel, iniciarán una carrera de ayuda colectiva, sin importar si beneficia o perjudica su posición social. Aquí cabe resaltar que la perseverancia del buen gobernante se pone a prueba en medio de la política contaminada, la persona pondrá por encima el bien colectivo como prioridad antes de su propio bienestar.

Un gobernante con valores falsos, en cambio se preocupará por contabilizar que tanta utilidad acarreará, cada actividad que realice bajo su mandato, prefiriendo inflar su bolsillo, con el dinero del pueblo. La situación, puede ser peor, cuando el dinero desaparece en ostentosidades mientras la clase trabajadora une su fuerza de trabajo para cubrir aquellos gastos, triviales de los burócratas. Del gobernante con principios sólidos, es muy difícil hablar, porque son escasos en nuestra época, algunos ya fuera de este mundo al tratar de ejercer la voluntad real del pueblo. A continuación voy a citar las etapas del ciclo de los malos gobernantes, desde mi humilde perspectiva:

PRIMERA ETAPA: esta es la etapa en la que el futuro gobernante, es una persona normal, con sus propios criterios, en donde es consciente de las necesidades del país, con gobernantes e ideologías, propulsando planes de desarrollo. Todo combina, armónicamente como un cóctel de licor exquisitamente preparado. El jugador de este partido quiere la disputada curul ganarla es la meta y para ello deberá utilizar diferentes métodos de persuasión para conseguir seguidores adeptos. Puede ser un plato de lechona, un discurso aparentemente sincero, empleo para todos, salud al alcance, vivienda para el necesitado de techo y otras ideas creativas, de pronto también para algunos la compra de algunos votos y la compra de algunas conciencias pueden estar dentro de su canasta familiar.

SEGUNDA ETAPA: síndrome “Ya soy gobernante”. En esta etapa del proceso, se consiguió la meta, se vendió muy bien las ideas, y el gran objetivo SER GOBERNANTE, ya es un hecho. El estado de conciencia, debe ser polifacético en donde se logre un equilibrio entre estado-pueblo- gastos e ingresos. Aquí es donde todos llegan, pero pocos salen con las manos limpias o vacías, en medio del poder cerrando los ojos ante algunas prioridades bandera de la campaña electoral. En algunos casos LA DESVIACION DE RECURSOS, enfermedad típica colombiana politiquera ataca muy seguido a los gobernantes virus esparcido con síntomas de corrupción, al conseguir su objetivo ahora el gobernante intentará mantener el cargo sin despertar sospechas de algunos trucos de magia que el politiquero aprendió. Su show mágico se denomina “desaparece y no sabemos cómo”.

TERCERA ETAPA: se termina el tiempo del gobierno, se debe mirar en que invertir la utilidad. Ahora se finaliza el mandato y los resultados de las elecciones son notorias, porque el nuevo gobernante saluda desde un lujoso auto, invita a sus amigos a fincas excepcionales y algunas otras cosillas que ha adquirido el sufrido gobernante, en esta fase el político ya empieza a disfrutar de vacaciones y viajes.

En la última etapa aumenta la calidad de vida de los gobernantes y disminuye la calidad de vida del pueblo. Es oportuno aclarar que no todos los ciclos de los gobernantes tienen el mismo proceso, pero si podrá ser comparado con la mayoría de los casos. Poco a poco aparece una luz en el camino de nuestro país y aunque falta mucho por mejorar en este ciclo del gobernante, Colombia, país democrático espera terminar algún día con este típico caso para despertarse con un futuro promisorio con igualdad real de oportunidades, no en un papel, divulgando un plan de desarrollo trampolín, del político sino alcanzar lo que más añora el ciudadano colombiano, respeto, entrega, amor y pasión por la causa colectiva del progreso de nuestro grandioso pueblo colombiano.

Fin del Ciclo de los gobernantes…

Escritor: ANGIE ABRIL