EL CURRÍCULO FUERA DEL AULA

Pensar el currículo o curriculum suele reducirse en diversas ocasiones a una hoja de experiencia profesional, requerida para obtener un puesto en alguna empresa para la que se desea laborar, en ambientes como el educativo, se le reduce a un plan para el desarrollo institucional de los individuos. Pero no se contempla el hecho de que, curriculum es todo lo que rodea a una persona y no solo , una organización y dosificación del saber dirigido. Es posible contemplar lo curricular como aquello que forma a una cultura y a sus miembros, podemos decir que curriculum, es la vida misma de la persona.

Desde la mirada de autores como Gagne y Dewey, se puede apreciar la concepción del currículo enfocado al funcionamiento de un individuo dentro de una sociedad que ha prefabricado un plan para sobrevivir y reproducirse a si misma, tal como nos menciona Gagnè(1967) Se debe resaltar que contrario al concepto común que se tiene del currículo como elemento escolar, Gagnè no lo precisa al interior de una institución con esta índole. Sin embargo, esta suele ser la visión que en general se tiene del concepto del currículo, suele asociársele con el ámbito escolar y aun cuando el concepto no es erróneo en su totalidad, dicha percepción limita el alcance del concepto.

Fuera de la mirada común que se tiene acerca del currículo, este puede ser entendido como: el todo que forma a un individuo inmerso en una sociedad, la cual tiene destinado un fin para dicho sujeto. Es decir, el currículo no solo se debe mirar como un elemento escolar, sino como el determinante de la vida cotidiana de un ser humano, pues la construcción del mundo en que vive el sujeto no solo se depende de los aprendizajes en el aula, y no solo se logra por medio de la organización de contenidos en la institución, en esta visión del currículo, es preciso considerar al medio ambiente o contexto y a la organización no intencionada pero si existente en este.

Desde el nacimiento, el ser humano se halla expuesto a una serie de percepciones, saberes y conocimientos que asimilará en forma ordenada aun cuando no sea planeado, para construir saberes elaborados deberá comenzar por saberes sencillos, con los cuales le sea accesible crear una base sólida, además deberá aprender a distinguir entre aquellos conocimientos validados y sustentados, y los que no tienen esta naturaleza. También las sensaciones y percepciones que creamos a partir de ellas, además de las construcciones mentales con mayor elaboración y que dependen en mayor cantidad de la cotidianeidad de la vida, son una porción considerable para la elaboración del mundo del sujeto.

Incluso la elaboración que hacemos de conceptos no tangibles, pero influyentes en el entendimiento del mundo (conocimiento por la razón), deben tener bases que procuren evitar su destrucción; por lo cual, si reducimos al currículo a un ámbito meramente escolar, se dejaría fuera aquel bagaje de conocimiento no contemplado en esta instancia. Se entiende a estas elaboraciones dependientes del medio como la experiencia de vida del individuo que puede ser adquirida por distintos motivos.

Pensar entonces, que solo los saberes impartidos por la escuela pueden ser aceptados como los formadores del mundo en que el individuo se encuentra inmerso, provocaría la reducción del campo curricular, el cual queda limitado solo a la labor escolar. Lo anterior parece entonces un gran error, pues con ello se deja del lado, la retroalimentación que el individuo adquiere por otros medios y por tanto, se cae en el error de reducir la visión sobre el mismo.

Considerar entonces la importancia del currículo fuera del aula, resulta muy importante, pues los primeros contactos que el sujeto tiene con el mundo, son realizados en este medio y es aquí donde se da origen al preámbulo para la comprensión de conceptos escolares. Dewey (1916, p. 26) Desde este ángulo es posible observar que en todo caso, el conocimiento dependerá del tipo de contexto al que el hombre deba responder y el currículo entonces resultara como un medio para que el conocimiento sea distribuido y dosificado.

Es importante también pensar que el currículo y los saberes que un individuo debe poseer, estarán determinados (como ya se ha mencionado) por el contexto en que este ser se encuentre inmerso, pues quizá en un contexto diferente, los saberes no resulten importantes. Y entonces retomamos la premisa inicial en este documento curriculum es, la vida misma de una persona.

Bibliografía
1.-Hoyos, Santander Enrique. Hoyos, Paulina Ester. Cabas, Horacio Alfredo. ”Fundamentos, modelos, diseño y administración del currículo” Currículo y planeación educativa Actualización Pedagógica MAGISTERIO. 2da ed. Colombia 201

2.-Dewey, John. Experiencia y educación. Edición de Javier Sáenz Obregón. Tr. Lorenzo Luzuriaga. Biblioteca Nueva. Madrid. 2004
3.-Dewey, John. Democracia y educación. Tr. Lorenzo Luzuriaga. Sexta edición. Ediciones Morata, Madrid 2004.

Escritor: IVÀN SALVADOR VALERIO