El color expresionista no pretende ser natural, ni exagerado, sino que intenta contribuir a una dramatización a la imagen. Este tiene un carácter retorico y trabaja con lo cultural y psicológico.
La siguiente categoría mencionada es la cromática fantasiosa. Esta es el opuesto las estrategias de representar las cosas lo más natural posible. Esta se opone a lo real, con lo que en algunas ocasiones se inclina a la escena fantástica y otras veces tiene a valorar la paleta cromática. Dentro de esta categoría se desarrollaran los colores imaginario y arbitrario.
En el color imaginario se busca un efecto irreal, un sentido fantástico. Estos cambios de color sirven para poder atravesar de un escenario real a otro de ensueño, siendo el color un gran soporte de la imaginación creativa.
Por otro lado el color arbitrario, a diferencia del imaginario, no corresponde a una imagen colectiva de mitos y literatura imaginable por el público, este no está sujeto a ninguna clase de visión cromática de la realidad, ni siquiera a sus aspectos psicológicos. El se impone sobre la forma icónica y la lógica de los colores de la realidad. Se apoya sobre la estética, la razón e incluso la ideología, pero no sobre la representación verista.
Por último se encuentra la cromática sígnica, donde se da un paso al abandono de la forma realista, figurativa y representacional, entrando a la forma y a la razón grafica. Se despega de los modelos visibles en la realidad usando sus propias herramientas: la superficie bidimensional del espacio gráfico y el manejo de elementos que forman al sistema tipográfico.
Esta instancia esta distanciada de la fotografía e ilustración y cualquier imagen imitativa, haciéndose libre de las referencias visuales. Es aquí donde el color por si mismo significa. El color esquemático y el señalético conforman a esta clasificación.
El esquemático se despoja de matices, sutilezas tonales y medias tintas para mostrar su naturaleza grafica plana y saturada. Se simplifica y se concentra en lo que es esencial. Mientras que el señalético puede ser considerado una variable funcional concreta del color esquemático. El señalético antes que ser un signo, señal óptica, donde lo que importa es lo importa es el significado del color y no la forma que lo contiene.
Forma
Las formas básicas del diseño gráfico son pocas, están constituidas por el punto, la línea y el contorno. Estas son las materias primas de toda la información visual que aporta una composición.
Antes de profundizar en los elementos básicos del diseño gráfico, primero es necesario tener conocimiento de algunas de las leyes que rigen la percepción, para poder crear un diseño que tenga una buena calidad.
Tanto la forma como el color, son captadas a través de percepciones, que comienzan siempre por los ojos. Posibilitando tener un mayor recuerdo de las imágenes que de las palabras. La percepción está condicionada por el aprendizaje o conocimiento previo que se tenga de los objetos.
Nuestra mente tiende a ordenar los objetos dentro de parámetros de referencias construidas por medio de las experiencias y conocimientos previos. Es por eso que mientras más básicas sean las formas del objeto construido, en este caso la marca, mas pregnante será.
Al percibir las cosas u objetos, lo primero que se hace es separar a la figura del fondo, y para eso se aplica las siguientes leyes de la percepción, también llamadas las ”Leyes de la Gestalt” según Kohler (1959).
Estas leyes no actúan de modo independiente, aunque se las enuncie por separado. Ellas actúan simultáneamente y se influencian mutuamente creando resultados que algunas veces son difíciles de diferenciar.
Entre las leyes generales se encuentra la ley de figura-fondo se percibe una figura que existe en un espacio, destacándose en relación con los demás objetos. El fondo es todo lo que no es figura, espacio que contiene a los elementos que no son centro de atracción. El fondo sostiene y enmarca a la figura y por su contraste menor, es omitido o desapercibido, o sea estas dos tienen un contraste evidente.
Otra ley general es la de buena forma o pregnancia. En la cual los elementos son organizados en figuras lo más sintéticamente posibles. Simples, simétricas, regulares y estables. Ya que se observa que el cerebro intenta organizar los elementos percibidos de la mejor manera posible.
Entre las leyes particulares se desarrollaran solamente algunas, entre ellas la ley del cierre o de la completitud. Basada en que las formas abiertas o inconclusas causan incomodidad. Por ende, las formas cerradas y acabadas son más estables. El ojo humano tiende a cerrar y completar las partes faltantes con la imaginación.
La ley de la continuidad es manifestada en la tendencia de unir los elementos que se encuentran separados, realizando así formas continuas en la mente. Al igual que la ley anterior, se completan las partes que faltan.
Autor: Daniela Mercado
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