EL DOCENTE EN LA EDUCACIÓN

Son muchas las inquietudes en torno al quehacer social y especialmente educativo, por ello, no se puede dejar de hablar de los agentes que participan en el proceso de aprendizaje; ya que de su participación activa depende el desarrollo integral del ser humano.
El contexto actual requiere de docentes capaces de dominar los contenidos de su asignatura y contextualizarlos haciendo que las clases sean más prácticas que teóricas, donde los estudiantes logren vivenciar los objetos de aprendizaje dispuestos alrededor del ámbito en el cual se desenvuelven diariamente.

Es en el desarrollo de esta tarea, que el docente debe observar y conocer a sus estudiantes para resaltar en cada uno de ellos sus habilidades para potenciarlas y de esta manera, puedan afrontar los riesgos de la vida. Con el paso del tiempo se evidencia la necesidad de aprender en contexto y de manera significativa relacionando todos los conceptos para construir una totalidad. Observar en clase a los estudiantes brinda elementos para entender la forma en que ellos razonan y así implementar estrategias propicias a sus intereses.
El docente creativo, líder, respetuoso, que valora la opinión de los demás y permite que el espacio en el aula sea de interacción y construcción individual y grupal, genera que el conocimiento no sea estático y repetitivo sino por el contrario dinámico y en contante retroalimentación.

De esta forma, se aprovechan los contenidos curriculares y las experiencias y conductas cotidianas en el aula y en la escuela para promover la reflexión y el diálogo sobre asuntos éticos y sociales, que influyen en la calidad de vida, propiciando el desarrollo moral autónomo de sus estudiantes.

El docente debe mostrar a sus estudiantes que SIEMPRE EXISTE OTRO CAMINO, que las posibilidades son muchas cuando se quiere alcanzar algo en la vida, que el ser humano debe ser feliz con lo que hace, que el interés y la constancia permiten superar las dificultades que se puedan presentar en un determinado momento.
El entorno en el que el estudiante aprenda debe ser seguro, tranquilo, donde se puedan expresar sentimientos y emociones de manera libre; que los niños tengan conciencia de sus emociones e impulsos y puedan crecer emocionalmente y sean asertivos en la resolución de conflictos.

Son muchas las experiencias vividas en el aula por tal razón el docente, debe estar en capacidad de participar, juntamente con otros docentes, en la elaboración y la implementación del Proyecto Educativo Institucional, de acuerdo con el contexto social particular de la escuela. Incentivar la capacidad de asombro en los estudiantes para que ellos logren desarrollar la innovación para que puedan proponer y no seguir modelos ya existentes.

En este proceso de aprendizaje es necesario ir a la vanguardia de la tecnología porque no se puede ver como enemiga sino buscar las herramientas pedagógicas que complementen las tareas del aula, una consulta, un juego interactivo, multimedia, interacción en un blog, en un foro o chat; despiertan en los estudiantes la capacidad de descubrir y argumentar nuevas maneras de pensar y conocer la diversidad de culturas que enriquecen su visión del mundo.

Por último, la cercanía, el buen trato, el respeto, son elementos fundamentales a la hora de trabajar con los niños porque ellos esperan lo mejor de su docente, que sea ejemplo de vida, que la autoridad no sea impuesta, que sienta que la escuela es un espacio en el cual se pueda desarrollar plenamente.
Todos como seres únicos e irrepetibles dotados de capacidades, crecen día a día y aportan a la construcción de un mundo mejor NO ES EL FUTURO, ES EL PRESENTE EL QUE ESTÁ EN MANOS DE UN DOCENTE DE CALIDAD ACADÉMICA Y HUMANA CON VOCACIÓN DE SERVICIO.

Escritor: JENNY SULEDIY CÓRDOBA AYALA