El entorno sociocultural como gestor de la acción educativa

La profesión docente es un trabajo inserto en una relación bastante estrecha con otros –los alumnos, por sobre todo-, por lo que es posible asegurar que la influencia que presenta la realidad socio-cultural sobre la acción educativa docente debe ser uno de los pilares que sustenten las prácticas educativas. Es así como, si nos reconocemos como entes sociales, es evidente que la labor docente se debe originar en el entorno sociocultural de los alumnos.

El entorno/realidad nos entrega supuestos válidos para orientar el trabajo en el aula, pero es necesario tomar en cuenta la concepción de realidad que construyen los/as alumnos/as, conocer su contexto familiar, el barrio, etc. para delinear de forma pertinente la acción docente específica: preparar una enseñanza significativa.

Si entendemos la realidad como una construcción social y sabemos que la labor docente se desempeña en el campo de lo social, podemos establecer el vínculo claro entre la acción educativa misma y el entorno en donde se trabaja. Desde este punto de vista se hace posible enfocar la profesión docente hacia lo que el medio le entrega a los otros y lo que ellos, a su vez, van comprendiendo como real. Por ende, este entorno es el que nos entregará las posibilidades y/o habilidades para la internalización adecuada de la realidad.

De esta forma, el entorno se configura de una forma bastante más compleja, puesto que posee arraigados los conceptos, ideas, modelos, etc. de escala mundial, característica propia del mundo globalizado y que nos obliga a desarroparnos de lo cercano/inmediato como contexto del grupo.

Ya habiendo conocido lo que entendemos por Entorno Sociocultural, es menester definir lo que entendemos por acción educativa. En el sentido estricto de la concepción de la realidad antes descrita, el objetivo es explicar y fundamentar legítimamente la importancia de la contextualización de la enseñanza a partir del proceso diverso y dinámico de la comprensión del entorno, identificándolo, además, como posibilitador en el desarrollo de las habilidades sociales en cada sujeto. Por ende, ¿qué se entiende por acción educativa? y ¿cuál es la importancia de su contextualización dentro de la labor docente?

Partamos definiendo acción educativa. La entenderemos particularmente como el qué y cómo enseñar (contenidos y metodologías aplicadas). De esta forma, hablamos de contextualización de la enseñanza, para lo que no es necesario enclaustrarse en el término de cercanía, puesto que gracias a las actuales condiciones de la aldea global, será posible identificar en el entorno lejano una realidad cercana para los alumnos. Es así como, los contenidos se estructuran a partir de la realidad nacional, lo que el Estado nos entrega como base y las posibles adecuaciones que se puedan proponer en la práctica docente, teniendo en cuenta un marco sociocultural que define los intereses de los principales destinatarios: los alumnos.

Por el otro lado, en cuanto al cómo enseñar, se debe tener en cuenta que la realidad y el entorno sociocultural de cada estudiante, para que de esta forma se pueda armar un esquema dinámico, flexible en pro del aprendizaje del alumno; aprendizaje que cuanto más se acerque a su entorno, más significativo resulta. Por lo tanto el cómo se enseñe ciertamente depende de la realidad sociocultural en donde se trabaje.

De esta forma, el contenido y la metodología adquieren un sentido próximo al estudiante, en donde será posible que trabajen entre límites que doten de significado real el aprendizaje y que se muevan entre las características propias de su realidad (familia, colegio, país). Por consiguiente, podemos encontrar dos actores fundamentales en la acción educativa: la escuela y su entorno. Éstos se encuentran interrelacionados a partir de las características que los unen como contextos simultáneos, en donde el uno tiene una injerencia trascendental en el otro. De esta forma podemos plantear que: el entorno puede utilizarse como objeto de estudio y como recurso pedagógico; los dos se relacionan en cuanto a los aprendizajes, cotidianos y escolares; y como la inserción de lo escolar a actividades sociales en cuanto respuesta a la intervención crítica ante la sociedad. Es así como se marca la influencia del contexto social en el aprendizaje escolar, bajo el enfoque social-crítico del aprendizaje.

Finalmente, es clave la relación que se establece entre la construcción social de la realidad y su influencia en la estructuración del entorno sociocultural del individuo en cuanto ente social, influenciado por las características propias del medio en donde se desenvuelve. Siendo así como en la propia escuela se trabaja a partir de lo que en sociedad hemos construido como realidad, por lo tanto los contenidos, metodologías, materiales, etc. –la labor pedagógica en su totalidad- debe enmarcarse en la comprensión de esa realidad. Realidad que nos pertenece y que debemos seguir construyendo.

Escritor: Magdalena Pérez Medel