En la búsqueda por mejorar el estilo de vida, el hombre ha tenido avances tecnológicos que lo han llevado a dejar de lado circunstancias, situaciones y momentos importantes en las relaciones interpersonales; es decir, en la actualidad las herramientas tecnológicas no sólo están siendo utilizadas en las áreas de la salud, la economía, el arte y la educación sino que en el campo social con la aparición de la telefonía celular, la Internet, los chat, las redes sociales y demás recursos que provocan la desaparición, poco a poco, del contacto con el otro, el abrazo, la caricia, el tacto o la palabra bien dicha.
Las TIC permiten al hombre optimizar los lazos de comunicación e interacción, siempre y cuando no se pierda el sentido de las relaciones interpersonales, puesto que con frecuencia se recurre al correo electrónico o el chat para iniciar, sostener y mantener una amistad. En este sentido, cabe resaltar la importancia de la comunicación anacrónica y sincrónica, acortando la distancia entre las personas de diferentes culturas. Por tal razón, es fundamental mantener un uso adecuado de cada uno de estos recursos de comunicación que ofrece hoy la tecnología, para no caer en la “monotonía juvenil” de socializar sólo con aquellos que comparten en una red social determinada.
La falta de contacto personal, hace que hoy tengamos jóvenes más solos, deprimidos, tímidos e impedidos, en muchos casos, para tomar decisiones puesto que no han adquirido la capacidad de reconocer en el otro un ser cargado de emociones y experiencias que lo hacen más interesante. La tecnología mal utilizada los ha llevado a tener problemas de desinformación o mala interpretación de asuntos que deben ser manejados con mayor precaución y sin tanta libertad. De igual manera, ha provocado que se pierdan sensaciones y expresiones de sentimientos que sólo pueden tenerse cuando compartes en el tú a tú.
En otro sentido, es de considerar que los avances tecnológicos permiten que las personas se acerquen con mayor facilidad a lo desconocido y/o puedan mejorar en la calidad de vida, puesto que no se trata únicamente de la comunicación sino que la tecnología y sus avances llevan al hombre a crear, mejorar y repensar cada una de los objetos con los que interactúa. En este sentido, la tecnología se convierte en una herramienta útil en la medida que une al hombre con sus intereses y no lo aparta de la realidad socio cultural; puesto que lo puede absorber fácilmente si no hace la diferenciación entre la necesidad, el gusto e interés por el uso de cada una de las herramientas que hoy encuentran en el mercado.
Volviendo a la tecnología como mecanismo de comunicación, es de resaltar que ésta debe ser encaminada en la consecución de relaciones interpersonales en las que no se pierda el buen uso de la palabra, la ortografía, la sintaxis, la semántica y la semiótica con todo el lenguaje simbólico que puede expresarse sólo con una mirada y que, difícilmente podrá ser reemplazado por un emoticón; llevando así a mantener lazos comunicativos eficaces y confiables. De igual manera, propiciar espacios en los que el contacto virtual esté dado por la cercanía, la sensibilidad y las emociones; olvidando la mecanización de los procesos comunicativos virtuales.
Finalmente, las TIC mal utilizadas, en vez de unir, están creando brechas enormes entre las personas, por eso no es raro hoy encontrar un grupo de amigos sentados en una reunión cada uno con el celular, el Smartphone o la Tablet; en silencio pero con el sonido de los teclados puesto que prefieren comunicarse por medio del chat y las diversas redes sociales que les permiten seguir en búsqueda de una realidad socio virtual, tal vez, difícil de encontrar puesto que predomina la ficción, la frialdad y la deshumanización misma del lenguaje.
Escritor: Diego Arley Chaverra Barrera
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